Y el amor se acaba, y el nuestro también se acabó. Bastante
tarde por cierto, porque acabamos a las
22:30de la noche.
Estábamos reventados, hacía un frio enorme, de hecho
recortamos la zona del hall, porque el frio que entraba era insoportable.
Cuando una relación amorosa está rota, los integrantes
están deseando acabar todo pronto y que el proceso sea lo menos doloroso posible. Pues eso
nos pasó a nosotros, nos metimos en el local y en un tiempo record,
empaquetamos, recogimos y guardamos todo lo antes posible y lo mejor que pudimos.
Menos mal que este trance, largo y pesado, nos lo amenizó el
padre de Marina, poniendo buena música desde su móvil.
Todo recogido, saludos abrazos y camino de vuelta a casa, por el
polo Norte, que frio, charlando con mi Alvarito.
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