El domingo pasado, 21 de febrero del 2016, estuve de estreno, bueno de estreno
para mí.
Me estrené en Helarte de Magia, la obra ya había
sido estrenada en La cochera cabaret, unas semanas antes, pero el pasado domingo fue mi
incorporación a esta pieza infantil.
Aun me queda una función más por hacer y espero que esta no sea la ultima. El próximo martes
nos reunimos para hablar del futuro y ya os contaré si hay muchas más o no.
La primera cita fue en Cartama, para los que no conocéis
Cartama, os diré que es un pueblo muy cercano a Málaga, donde la gente de la
capital se va todos los domingos a tomar el solecito del campo, a relajarse y
comer sus buenos platos de pueblo, o sea, que van de domingueros.
Y eso era lo que me apetecía a mí , irme a
domin-
guerear a Cartama y así me lo tomé. La gente se va a descan-
sar al solecito del campo y yo a descansar haciendo algo fácil y divertido a su teatro.
guerear a Cartama y así me lo tomé. La gente se va a descan-
sar al solecito del campo y yo a descansar haciendo algo fácil y divertido a su teatro.
Es más tanto fue mi afán por ir de domin-
guero que cuando llegué a Cartama y vi esas terracitas al sol, plagada de gente con sus tapitas, tramé un plan, via Whatsapp, con Alba, para acabar juntos almorzando en una de esas terrazas, pero la premura del tiempo, nos hizo comer bocadillos en el patio de butacas.
guero que cuando llegué a Cartama y vi esas terracitas al sol, plagada de gente con sus tapitas, tramé un plan, via Whatsapp, con Alba, para acabar juntos almorzando en una de esas terrazas, pero la premura del tiempo, nos hizo comer bocadillos en el patio de butacas.
Me levanté muy relajado, después de una placida noche, donde no pensé que
tenía que madrugar y de pronto me vi envuelto en un mar de dudas y cambios de última
hora, sobre mi vestuario, atrezo, coche en el que me iba... Eso me desilusionó un
poco, por cierto, que me pillaron todos esos cambios tumbado en el sofá de casa
repasando el texto.
Al final me pasó como en The Nose Theatre, acabé viajando
con el jefe, toma ya, que corte. Pero al final fue un viaje muy ameno, de
charla, cambiando impresiones sobre actores y teatro, la verdad, que está cerca, pero de todos modos el viaje
se me hizo muy corto.
Llegamos pronto, y estuvimos bajando el baúl y esperando a
que nos abrieran el teatro, yo hice poco pues me pusieron a cuidar unas maderas
en la puerta del teatro.
Mientras miraba esa calle, tan coqueta, con todo el
mundo paseando, saludán-
dose y comen-
tando el aconte-
cimiento del día, el Málaga jugaba con el Madrid. Todos iban a llevar a sus hijos, claro que a nosotros esoo no nos venía bien, porque nos dejaban sin público.
dose y comen-
tando el aconte-
cimiento del día, el Málaga jugaba con el Madrid. Todos iban a llevar a sus hijos, claro que a nosotros esoo no nos venía bien, porque nos dejaban sin público.
De pronto el domingueo se convirtió en caos, caótico. El
teatro se llenó de personas, Antonio y su hijo, Alexis y sus familiares y amigos, Alba, los técnicos... Todos iban de
un lado a otro, menos yo, que no tenía, ni sabía qué hacer.
Intenté ordenar mis cosas, el atrezo que tenía que colocar,
pero fue un fracaso, no me servía el orden que había marcado, así me busqué otra función y nada hasta que
finalmente me hice con todo mi vestuario, bajé a los camerinos, los ordené,
marqué mi territorio, como los perros y ya todo fue coser y cantar.
Organicé las cosas del atrezo y me senté en el patio de
butacas a ver los trucos de magia y las pruebas de luces. Luego como digo
almor-
zamos Antonio, su hijo, Alba y yo, unos pedazos de bocadillos, realizados por la señora de Antonio, gracias, pero lo mejor fueron las papas fritas.
zamos Antonio, su hijo, Alba y yo, unos pedazos de bocadillos, realizados por la señora de Antonio, gracias, pero lo mejor fueron las papas fritas.
Tras una interesante conversación sobre cuáles eran nuestras
princesas Disney favoritas, hicimos un ensayo general. Este me sirvió para
mucho, porque me aclaró, ordenó el show en la cabeza y supe bien mis funcione, muy bien.
Eso si mis personaje los hice sin detalles porque me daban fatiga hacerlo para
ellos.
De allí a comprar un té para Alba y buscar un dulce, inultamente,
para mí y a vestirnos al teatro.
En esos camerinos escondidos, están construidos dos plantas más abajo
del nivel del escenario... vamos que se te olvida algo o tienes que ir al baño y adiós
función. Pues allí en el subsuelo como los topos nos cambiamos, con bastante rapidez.
Alexis, Alba y yo compartimos el
camerino y fue todo muy ameno y de mucho colegueo.Para nada me me sentía el nuevo, Alexis en todo momento muy atento a mí.
Y de allí al escenario, que Cartama nos esperaba.
Aunque no es de Disney, Leia es la mejor princesa.
ResponderEliminarCuidando unas tablas, me parto.