
Todo fue como una comedia romántica, la bombona de helio,
nos jodió la vida a Álvaro, Marina y a mí, pero tras el caos y catástrofe inicial,
fue ella la que nos unió y nos hizo que acabáramos sentado en el suelo, bueno
yo no, en un local desalojado de la zapatería Maripaz, en el centro comercial
Vialia, María Zambrano, diciendo tonterías y hartandonos de reír y llenado el
techo de corazones y figuritas amorosas.

Mientras yo abría los globos, Marina los inflaba, Álvaro les
ponía los lazos y el techo se iba llenando de globos. Después fuimos a por los pequeños que tampoco fue fácil inflarlos, pero ya seguimos con el cachondeo.
Entre ellas:
El trabajar sin descansar, nueve horas y media, pero sin
ningún intermedio ni descanso, pensaba que mi cuerpo no soportaría eso, al menos
no llevaba zancos como en Navidad. Y eso
ya me animaba mucho pues podría payasear y el ir vestido de corazón tampoco era algo que
me hiciera mucha ilusión.
Pero cuando Marina, sacó mis medias, jersey y sombrero, me
gustó tanto, pero tanto, lo vi tan gracioso que me invadió la ilusión de ser corazón
y repartir, gamberreando, amor por todo el centro comercial.
Así que la ilusión me llegó e hizo que a las doce en punto,
nos tiráramos al barro e iniciáramos nuestra relación amorosa a tres bandas Álvaro,
Marina y yo, con el resto del centro comercial.
Que chula la caracterizacion, estas muy gracioso.
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