Aquí estoy frente al papel, bueno a la pantalla blanca del
ordenador y no sé que poner. No sé qué escribir, debo de escribir, como siempre
hago, del pase de ayer de A saco con la psico, pero no sé que poner.
Fue extraño, no fue como debería haber sido, hubo fallos,
errores, problemas y un largo etc. que no quiero ni debo contar por aquí.
Esta introducción la escribí el pasado viernes 29 de enero
del 2016, por la mañana y es verdad que me sentía muy raro y no sabía que
escribir.
Hoy es sábado 30 de enero del 2016, me he puesto de nuevo
frente al ordenador, pero parece que han pasado mil años desde ayer por la
mañana.
No me apetece mucho escribir, el triste recuerdo de la
actuación del jueves, se ha empañado o casi olvidado, con otro triste recuerdo ocurrido ayer por la noche.
Lo que parecía algo grande, una actuación correcta,
profesional, como dijo Nora, pero no perfecta, ni viva, o sea, que no fue un
buen trabajo. Ha perdido su importancia y su fuerza, porque hoy mi cabeza lo ocupa otra
cosa.
Ayer viernes 29 de enero del 2016, mi socio en tantos
teatros y proyectos benéficos-teatrales, el señor Fernando Cabello, porque sí,
porque es un señor, perdió las elecciones a Hermano Mayor de la Cofradía del
Cautivo. Sé que es un tema externo al teatro, que no suelo ni debo comentarlo
aquí, pero hoy me siento así, un poco chunguillo, vacio y quiero expresarlo.
No he dormido bien, he dormido con una sensación de vacío,
de perdida. Bueno lo dicho no tiene nada que ver con el teatro directamente,
pero si indirectamente y ¿por qué? Pues
os voy a contar por qué.
Hoy veo con otros ojos la actuación del jueves, parece que
han pasado dos siglos y ya todo no lo veo tan negro, lo veo de otro color. Es más, puedo resumirlo todo en dos palabras.
Os voy a contar como fue dicha función, pero hoy con menos
drama-
tismo que si la hubiera contado el viernes.
tismo que si la hubiera contado el viernes.
El viernes era un drama y hoy es algo para contar, fácilmente.
El jueves 28 de enero de 2016, teníamos nuestro segundo pase
en La Cochera Cabaret, todo hacía presagiar que no iría mucho público, además
fue un día donde tuve que hacer muchas cosas, eso unido a la emoción de las elecciones
cofrades del día siguiente, me hicieron estar todo el día muy tranquilo y ver
la actuación, como un trámite más, como una parte más de mi vida.
Si estaba tranquilo, cuando salí de dar clases a mis niños
que fue genial, por cierto, salí eufórico
y muy, pero que muy, relajado.
El problema fue que cuando llegué a La Cochera, junto a Nora y Steven, comencé a
ponerme muy nervioso, pero demasiado, estaba dándole una transcendencia a todo
muy grande, parecía que era mi primera actuación, creí que lo olvidaría todo.
Luego llegó el momento de actuar, solo para seis personas y
aunque Nora nos pidió que diéramos el cien por cien y creo que lo dimos, se
notaba la frialdad de ver una sala vacía y solo seis personas y dos de ellos repetían.
La Cochera no es enorme, pero es una sala bastante grande y
esa frialdad la notábamos, ambos.
Después hubo fallos técnicos, fallos en el atrezo, fallos de
textos y todo esto enturbio más la actuación. Todos estos “fallitos” con una
sala llena que nos diera calor, nos hubiera importado un carajo, pero como estábamos
prácticamente solos, cada “fallito” lo vivíamos como un drama, era como un
puñal más a nuestros pequeños corazoncitos.
Pero pese a ello, la obra salió, dimos lo mejor de nosotros,
a veces, yo sentía que demasiado, porque inten-
tábamos animar al público fuese como fuese. Pero también debo decir que esa conexión total entre Steven y yo, esa unión y esa cosa, no se dio el otro día.
tábamos animar al público fuese como fuese. Pero también debo decir que esa conexión total entre Steven y yo, esa unión y esa cosa, no se dio el otro día.
Pero bueno el día seis se espera mucho público y a triunfar
de nuevo, también somos humanos ¿no?
Yo al principio es que estaba muy nervioso y algo fuera, luego enganché pero con el frio, de la sala vacía, me costaba enganchar.
En resumen y como bien dijo Nora, no salió Pablo y Don
Manuel a actuar, sino Steven y Lolo, los profesio-
nales que estuvieron perfectos, pero no brillantes. Fue un trabajo más que un acontecimiento artístico. Fue correcto.
nales que estuvieron perfectos, pero no brillantes. Fue un trabajo más que un acontecimiento artístico. Fue correcto.
PD: Si siempre quiero ser sincero en mi blog, debo de decir esto, aunque a lo mejor no es correcto. Pero el jueves, de he confesar, que también salí un poco enfadado a actuar, porque me parece que hemos hecho un gran trabajo y a penas he visto en Málaga publicidad de nuestras actuaciones.
Viva el imperio romano!
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