La
lectura de la tesis de Marc Montijano fue un pelín accidentada, al menos para un servidor.
Ya ha pasado, por lo tanto, ya puedo contarlo. Marc Montijano
leía ayer, jueves 14 de enero de 2016, su tesis doctoral basada en su trabajo Metamorfosis.
La tesis estuvo cargada de sorpresas, puesto que a lo largo
de la misma hizo una de sus instalaciones, Metamorfosis. Pues bien, mientras él
las realizaba, sus alter egos, una chica y yo, leíamos parte de la tesis.
Ayer no solo fui el alter ego de Marc Montijano, sino
también el de Alba Novoa, porque ayer cual divo, o sea, tal cual ella, me
desplacé por Málaga vía taxi.
Ahora te comprendo, en parte Alba, está muy bien que te
lleven de un sitio a otro. Mientras tu estas con tu móvil, no te pesa la
mochila, ni las bolsas, no pasas frio y desde el coche, tranquilito, ves las calles
que normalmente ves andando y también ves a los mortales, caminando, y piensas: “yo antes
era uno de ellos”.
Pero Alba, todo pierde el encanto cuando oyes al conductor
que dice que ya ha llegado y ves el
marcador del dinero y pone seis euros o
siete.
Entonces de un golpe despiertas a la cruda realidad y te dices: "la próxima
vez andando".
Fuera de broma ayer iba muy ajustado de tiempo, por tanto,
Marc me pidió que al salir del colegio, de dar mis clases, cogiera un taxi para
ir a la facultad de Bellas Artes, lugar de la lectura.
La parada de taxi estaba lejísimo, después me equivoqué de facultad
y había mucho tráfico con lo cual llegué con el tiempo muy justo.
Nada más llegar me encuentro, en el hall, a Susana, sonriente,
amable y muy nerviosa.
Subo con ella, en el ascensor más fashion que he visto en mi
vida, en una universidad.
Llego y compruebo que
la chica que iba a leer no es otra que la grandísima, María Arguelles, ex
compañera de la ESAD. Aunque no tuvimos mucho contacto en la escuela, aquí no
paramos de hablar y de reír.
Quedaba menos de quince minutos y me cambié rápido de ropa e
intenté leer de nuevo mi texto, pero me puse muy nervioso.
Y a partir de ahí comenzó todo, la lectura programada para
una hora determinada, comenzó con más de sesenta minutos de retraso, la razón
no la sabemos.
Ese tiempo, aparte del nerviosismo de tanta espera y de que iba llegar tarde a mi ensayo tecnico.
Dio lugar
a todo tipo de situaciones, aburrimiento, nervios, críticas al sistema, persecuciones imaginarias a
doctores, saludos a personas que no sabía quiénes eran, reportajes fotográficos
robados, charlas, confesiones y muchas risas entre María, los ayudantes de Marc
y un servidor.
El taxi esta muy poco valorado, es mucho mejor invento que el movil o el bidet.
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