martes, 26 de enero de 2016

" ERES LA POLLA" Y OTRA BANDERITA MÁS, ESTA VEZ, GRANADA.



Esas fueron las palabras  que me dijo Rafa Berón, grandísimo actor, al salir de escena la noche del sábado 16 de enero de 2016,  tras su larga intervención, que incluye el monologo de “ser o no ser” y cargando con el enorme títere que representa a Hamlet. El pobre se deja el alma.

Debo de decir, para ser sincero, que  al acabar  el ensayo previo,  me dijo: “tío o me ayudas más cuando me veas que descachazo o no puedo con esto”, es cierto, también, que en el ensayo no estuve al cien por cien, pero porque creí que él tampoco lo estaba.


Pero en la actuación lo di todo, tanto que al acabar me dolía bastante la mano izquierda de sujetar al títere por la espalda y me sudaba esta como un cochino.

Todo cuadró perfectamente, pese a que hacía tiempo que no lo hacíamos y solo estuve en un ensayo, cuadraron los tiempos, las intenciones y el atrezo, es complicado porque el actor está haciendo cosas con el títere y yo al ser solo una mano debo cuadrar con el resto del cuerpo, o sino el titere  parece, una cosa extraña.
 
Chema al acabar el ensayo, previo,  me dijo que no me asomara mucho por delante del títere. En el ensayo lo hice, pero  para recordar los movimientos. 

En la función, si, estuve escondido todo el rato, es más estaba casi siempre detrás de Rafa.

Pues, bien por todo lo dicho anteriormente, al salir de escena Rafa me dijo eso: “Muy buen trabajo tío, eres la polla”. Rafa y sus frases.

Lo mejor de la actuación, según mi opinión personal, fue el previo. No sé por qué pero en ese escenario oscuro, oyendo la música ambiental, que era preciosa, y con el telón cerrado me sentía como en casa. Suele ser una situación previa de nervios, pero estábamos allí todos de charla, tranquilos, riéndonos, moviéndonos de un lado a otro, sin una pizca de nervio o inseguridad.

Fue muy chulo ese momento, hubo mucha unión. Juntos éramos un todo y  estabamos dispuestos a demostrar a Granada lo que sabemos hacer. 
 
No sé como contarlo era una sensación placentera, de control total y ahí fue donde pensé eso de: “Estoy en un teatro de una capital, así que, otra banderita más en el mapa. Esta vez Granada.”

Otra cosa, que me sorprendió mucho, fue que se abrió el telón y salí a escena, como si tal cosa. 

Además al inicio de la pieza, yo estoy un rato, de pie, completamente quieto y con la cabeza tapada. 

Pues ahí estaba,  como si tal cosa, mirando la espalda de Álvaro, cuando me dije: “hace años era yo el que estaba en esas butacas, pero en Málaga, viendo compañías de fuera donde no conocía a nadie y me preguntaba, ¿cómo habrán llegado hasta ahí?  O ¿Cómo puede estar ahí tan quieto, sin ponerse nervioso y todos mirándolo? “Pues ahora era yo el que estaba arriba y muy tranquilo.

Hubo momentos divertidos, como las dos sillitas, que coloqué estratégicamente, para sentarnos Andrea y yo, a charlar y descansar, mientras nuestros compañeros hacían su primera escena. Estábamos ahí como dos divas del teatro, de toda la vida, de cháchara como si tal cosa.

Otro momento divertido fue que ese teatro tiene las calles muy abiertas, con lo cual el público desde cualquier butaca, ve todo el interior del escenario, con lo cual, fue como jugar al escondite, nos movíamos como ratoncillos entre las bambalinas, buscando el minúsculo ángulos muertos, para que no nos vieran.

Pues eso que me lo pasé muy bien, que se me hizo muy corto todo. Como en esta obra salgo de apoyo, pues lo ves todo un poco desde fuera, relajado y eso mola. 

Me gusta mucho actuar con esta gente, porque son una familia y aunque yo tengo menos contacto y he sido el ultimo en entrar, me siento que formo parte de ellos, muy acogido y muy bien.
 

  

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