Aquí voy, satisfecho, esa es la palabra que define el pase
de hoy de Viajando con el
Quijote.
Por favor, que gusto da estar con Alba sobre un escenario,
bueno o en el pasillo de un autobús.
Acabo de ver ,en el móvil de la susodicha, un truco de magia,
realizado por ella misma, muy chulo, por cierto.
Vamos de
vuelta de nuestra actuación de el Quijote para Teatro bus. Hoy volvemos de
Campanillas, ella va en su asiento y yo en el mío. cada uno con nuestro móvil,
ella poniéndose al día y yo escribiendo esto.
Hace menos de cinco minutos que ha terminado nuestro Quijote
Party. Eso ha sido hoy, sábado 23 de enero de 2016, el pase del Quijote,
una fiesta y dos factores han contribuido a esto.
El primero ha sido
Alba Novoa, la tía donde va convierte todo en una fiesta y hoy lo ha hecho,
porque se ha puesto a improvisar, sobre el texto. En su primera intervención ha
metido una de esas morcillas que ha hecho que todo el bus se echara a reír. Y
yo he pensado ya está todo ganado y así ha sido.
Y el otro punto a favor ha sido el público. Era un público difícil.
Una asociación de vecinos, donde madres y padres llevaban a sus hijos.
Como digo era difícil
había que entretener a ambos públicos y lo hemos conse-
guido. Desde el chiste de
Alba, se han entregado a la función y han estado entregados y arriba los
sesenta minutos de la pieza, han pedido divertirse y nosotros se lo hemos dado.
Mi Alba ha estado soberbia, ayer no sabía ni la existencia
de este texto. Hoy cuando nos hemos visto en la parada del bus, camino a
Campanillas, estaba muy nerviosa, dormida y sin mucho espíritu.
Llegamos a la base de los autobuses y nos cambiamos de ropa
y después hicimos un repaso del texto.
Alba me juraba y perjuraba que el texto
no se lo sabía bien y se le estaba olvidando todo, pero en el repaso
iba muy bien, hasta que me di cuenta que estaba leyéndolo en una chuleta.
Pero en cuanto hemos empezado, se ha crecido, no ha fallado el texto en ningún momento, ha habido una conexión total y ha estado de lujo.
Se ha hecho un pase doble, porque hemos hecho una función
para los niños y a la vez, para los mayores.
Hemos seguido el texto y todo lo que este conlleva, pero sin
olvidar a los mayores, responder a sus comentarios, estar atentos a ellos y
jugar con ambos.
Recuerdo, la carita de pena que han puesto dos pequeñinas
cuando Sancho cuenta que se han reído de él o la señora que gritaba y parecía
que estaba en el futbol, la otra señora que respondía en nombre de su bebé, la
niña de los pantalones rotos, o Dulcinea que no quería ser la novia de Quijote.
La fiesta ha acabado con un gran baile, donde todos, con el bus
parado, hemos bailado y cantado la canción de la serie de televisión de “Don Quijote”.
Vamos que hoy hubiera yo pagado por hacer dicho espectáculo.
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