Con esta
“gentuza”, me encontré en cuanto llegué a Granada, concretamente al Teatro de
José Tamayo en Las Chanas, el sábado 16 de enero de 2016.

Eso hicimos,
allí ya me reencontré con todo el grupo.

saciones muy interesantes, vamos, que ellos mismos se definieron como “pervertidos y degenerados”. Qué mala suerte, solo pillé los últimos coletazos de esas conversaciones interesantes, a mi me tocaron, de pleno, las escatológicas. Creo que con todo su cariño las guardan para mí.
Tras el
café, reencontrarnos, curiosear y reírnos mucho, nos fuimos para el teatro.
Aun quedaban
más de tres horas para comenzar la función. Visité el teatro y los camerinos.
Me gustó mucho. Me dio mucha seguridad y me hizo sentir en casa.
Por cierto,
en los camerinos hacía un calor horrible, debido a la calefacción, pero en
cambio el escenario parecía el Polo Norte.
Tras colocar
parte de las cosas, Andrea me mandó de excursión.
Y ahí me
fui, de nuevo, perdido y solo, porque en Granada, o al menos en esa zona, no
había un alma, que ciudad más vacía.
Pues si me
fui de excursión a buscar un chino donde comprar cinta de carrocero.
Aunque
Andrea me prometió que había muchos, justo en la acera de enfrente.
Yo estuve un rato andando y sin poder
preguntar a nadie, hasta que encontré uno y no era chino, era una granadina
muy simpática, lo de la "mala foya" es un mito. Lo compré y de nuevo
al teatro.
Por cierto
dos apuntes, no llevaba mi cartera, con lo cual, no pude comprarme un dulcecito típico, con lo
que me gusta a mí eso y en segundo lugar, ese barrio debe ser muy pequeño
porque al pasar por un bar todos los que allí habían me miraron. Aunque no
puedo asegurar si lo hicieron porque era nuevo o porque iba vestido de
esquimal, y para lo que es Granada, ese sábado no hacía mucho frio.

Al acabar
Chema me pidió que me escondiera más al usar el títere.
Y yasta a
esperar que comenzara la función, recuerdo dos momentos que me gustaron mucho.

Y el otro
fue, con Juan, Andrea, Álvaro y Tina Turner, aunque esta última solo nos
cantaba a través, del móvil de Álvaro.
Mientras
Andrea maquillaba a Juan yo lo hacía con Álvaro, no me quedó muy mal, la
verdad. Pero lo pasé muy bien con ellos. De broma, charlas, risas, recuerdo de nuestros
tiempos de la ESAD y mucho colegueo. Es bonito trabajar, profesionalmente, con
gente con la que has estudiado.
Y poco más
que al rato me vestí y nos fuimos al escenario a currar.
El viaje de
vuelta también fue muy chulo, gracias a las conversaciones con Álvaro.
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