Ayer, miércoles 24 de agosto del 2016, como digo en entradas anteriores, no
repasé, ni calenté, estuve escribiendo en el blog y cuando oí a Juampe tocar la
flauta, me levanté y comencé mis pases.
Hicimos cuatro pases y hubo para todos los gustos. Debido a que hoy una compañera tiene compromisos profesionales y no podemos actuar ayer hicimos cuatro.
1.- Fantasmas:
El primero de los pases, fue otro pase infantil pero esta vez, para niños exigentes. Vamos que iban totalmente externos al pase y a lo que veían. No querían andar, ni oír, ni estar en el grupo.
Pero los padres eran similares a ellos.
Ha sido un grupo difícil.
Como decía un compañero, parecían fantasmas, porque no estaban para nada en la historia, bueno ni en nada. Eran fríos. Es más cuando bajaba del mirador, no me creía como podían haber pagado, lo que habían pagado, para venir tan apáticos.
Una señora protestando por la duración del pase, porque su hijo estaba malo, otros niños diciendo que querían irse.
Solo he jugado, un poco, con un hombre que quería ser el protagonista y fue mi forma de pararlo.
Solo al final me encontré con una familia muy simpática.
He sentido mi trabajo infravalorado. Estilo yo te pago y tu ,comico, hazme de reir.
2.- Gertru y los pesados:
Otro grupo de toma pan y moja.
En este pase tuve el honor de que vino a verme, mi compañera, buena amiga, gran actriz y también profesora Gertru.
Pues bien, hubo un momento en que pensé que había venido acompañada por todos los niños a los que da clase.
Que lio de grupo, creo que eran más niños, que adultos. De nuevo cada uno iba a su rollo, a su bola y a su ritmo, pero estos eran peor, porque gritaban y los padres los acompañaban.
Yo me sentía un extraño entre ellos, que les molestaba, puesto que ellos hablaban, andaban o hacían lo que querían.
Me dio pena porque no pude hacer el pase que me hubiera gustado que viera Gertru, pero creo que lo pasó bien.
Hubo un chaval al que entre bromas el personaje lo mandó callar, porque pegaba voces y a un mayor también se lo hizo. Menos mal, que todo el mundo rió mi ocurrencia y ellos se callaron.
La bajada del mirador charlando, con Gertru y sus costumbres fue deliciosa.La verdad, que los recogí pronto, porque los niños no paraban de gritar y no era plan de quedarme afónico.
3.-Un respiro molón:
Menos mal, que tuvimos un respiro en el tercer pase, porque si no… Era un grupo, de nuevo, con gran cantidad de niños, pero estos eran muy buenos, estaban atentos a ti, jugaban contigo, te buscaban y hasta te hacían preguntas. Bueno hubo una pequeña que estuvo todo el pase pendiente para hacerme una pregunta pero no se atrevía.
Luego hubo una familia encantadora. Hubo una mujer rubia que me siguió el juego todo el rato. Me contaban los personajes que había visto antes que a mí y yo no la creía porque ya estaban fallecidos. Empecé a decirle que andaba mal de la cabeza y a ese mismo juego se unió su madre, su hermana y su hija y no paramos de reír.
En ese pase fuera donde fuera, me daban conversación y reíamos nosotros y los oyentes. Los notaba con ganas de colaborar y de pasarlo bien, sin maldad, sin afán de protagonismo y yo lo disfruté mucho. Se me hizo muy corto.
Había gente joven, que estaban muy integrados en todo, una pareja de enamorados que se quedaban siempre los últimos y ya digo gente muy especial. Se creó esa magia que a veces se crea en el jardín.
4.-Broche de oro:
Tan buen rollo me dio el grupo anterior, que llegué al cuarto lleno de energía y de ganas de hacerlo y no defraudaron.
Desde el primer monologo, caras de alegría, sonrisas y movimientos de cabeza asintiendo a lo que le contaba . Eso ya crea buen rollo y genera una atmosfera positiva que sigue y que siguió a lo largo del pase.
Hubo de nuevo familias enteras que estuvieron pendientes a mí, el momento en el mirador fue muy bonito, todos estaban super atentos, hubo un grupo de hombres, mayores, que me estuvieron hablando de los negocios y la vida industrial del norte y encontré también a una familia de paisanos, del País Vasco, que desde entonces no pararon de hablar conmigo y seguir mis bromas sobre mi “acento fingido”. Pero ya digo fue un pase muy bonito, con niños atentos, personas que se divierten, que se entretienen y para nada iba cansado, es más no quería acabar el pase, lo alagué y jugué todo lo que pude.
Al salir a la calle los paisanos se despidieron de mí.
Rafael Echeverría me enamoró. . .jijiji todo un placer. Lo pasé,lo pasamos (el "pescador" también) genial.
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