viernes, 5 de agosto de 2016

CUATRO APELLIDOS VASCOS Y LA QUIJOTE PARTY.


Fue una mezcla entre The Hole, Cabaret, el infantil de Don Quijote y para los que peinan canas, el programa de televisión La Clave.

Allí hubo fiesta, pi-
cardía, co-
queteos, juegos, ani-
mación in-
fantil, teatro y mucha cultural.

También hay que dejar claro que ayer, jueves 4 de agosto del 2016,  fue el desvirgamiento oficial, de Juan Luna y un servidor, como Quijote y Sancho, para foráneos de Málaga y también lo fue del espectáculo El viaje de Quijote por Málaga, que por cierto, por fin cobró su sentido original para el que fue creado.

Por fin, las historias que contamos sobre Málaga eran oídas por oídos curiosos que no las conocían, los lugares donde llevamos a los viajeros eran auténticos descubrimientos y ángulos desconocidos de la ciudad y el video fue un recordatorio de todo lo que habían visto y un dar a conocer cosas nuevas.

Pero empecemos por el principio. Mientras estábamos en nuestra parada, esperando, un día más, por si viene público, allí tumbados y a medio vestir y sin maquillar,  Juan repetía; “Lolo un día mientras estamos aquí tumbados esperando para actuar, va a venir alguien, nos va a pillar y en un segundo vamos a tener que actuar”.


Pues tal cual ocurrió. A las 15:55 horas, nos metimos dentro del autobús a tumbarnos con el aire acondicionado, cuando de pronto, Pepe, el nuevo conductor, llama a Quijote y vemos que hay dos espectadoras.

Una de ellas no estaba animada porque le parecía muy caro el espectáculo... Y la otra la convenció. Yo estaba que me temblaban las piernas de miedo.

Eran dos chicas solamente, preparar el show en menos de cinco minutos, actuar para dos personas y una sin estar animada.

Pero como  somos dos monstruo, hemos hecho un pedazo de show. A las 16: 02 minutos las chicas subían al bus, estaban animadas al mil por cien, por tanto, nosotros nos hemos animado igual que ellas y hemos hecho entre los cuatro un pedazo de show.

Ya digo para ser nuestro estreno, ha sido una fiesta total con dos vascas encantadoras, que nos han animado en todo momento.
 
Sin fal-
tarnos una palabra del texto, he-
mos impro-
visado lo más gran-
de, pero rápida-
mente sabíamos llevar la historia de nuevo a su lugar exacto, los tiempos han cuadrado, hemos hecho una hora y cinco minutos de show y a la media hora estábamos justo en el lugar donde debíamos estar.

Yo lo he pasado genial y Juan ha estado para 10. Que gusto es trabajar con alguien que trabaja. Pese a haber dos personas ha trabajado como si fueran cien y estuviera en el Centro Nacional de Teatro, eso es lo que hacen los buenos profesionales.

 Cuando los espectadores te piden dos besos antes de irse y te dicen con una sonrisa que te agradecen tu trabajo, que lo valora y que se han culturizado, reído, divertido y aprendido mucho, te vas contento para casa.



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