Ayer viernes, 5 de agosto del 2016, fue un día de doble honor y doble despedida.
Doble ho-
nor porque de nuevo y por segun-
do día con-
secutivo Don Quijote de la Man-
cha y su fiel escudero partían de viaje rumbo a la farola y ya digo por segundo día consecutivo. Y como dice el refrán no hay dos sin tres. Así que el lunes más.
Y tuvimos el honor de que nos acompañara don Luis de Quijano, o sea, el
señor Quijano, padre de mi señor don Quijote. Vamos nos acompañó Luis Luna, padre de mi
compi Juan Luna. Que no paró de grabar al hijo durante la actuación.
Y fue día de despedidas porque se acabó la semana. Semana de nuestro despegue
y porque con un abrazo, me despedí de mi gran Juan Luna, pedazo de actor y mejor
compañero, que pese a todos los pesares, ha dado siempre el cien por cien y nunca
ha protestado. Él con su eterna sonrisa y cortesía, se nos marchaba de vacaciones.
amos para poco pú-
blico, dos abuelas y una nieta. Las tres con el mismo nombre y no era un nombre común, curioso.
Lo pasaron muy bien. Me costó un poco arrancar, sobre todo porque de
nuevo eran malagueños. La niña fue la auténtica protagonista de todo. Todo
lo dedicábamos a ella.
Cuando actuó lo hizo súper bien y las abuelas estuvieron
entregadas en cada momento. O sea, que genial.
De hecho al irse nos dijeron que nos querían recomendar.
Lo mejor, Juan luchando contra la farola e intentando cortarle los cables que
le dan luz. Genial.
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