martes, 6 de febrero de 2024

CONQUISTADA Y VIVA LA MALAGA HISTORICA.


Llegué el primero a las puertas del Cementerio Inglés de Málaga, allí iba a tener lugar el ensayo in situ y aquel que me diera el visto bueno o no al trabajo previo que había realizado, para la visita de Historia de Málaga Viva,  iba preparado a toda clase de cambios, variaciones y observaciones.

Pese a ser un día tan importante tenía potestad para llegar tarde a la cita. Venía del cole y aunque sabía que podía llegar bien de tiempo, un retraso en el bus o en una madre, podría modificarlo todo. Isa, mi jefa y examinadora, lo sabía y tenía su autorización. Ella esperaría. 

Al final llegué tan a tiempo, que fui el primero, previo paseo por el centro, charlita con José y dulce en La Canasta

Iba seguro, pero a la vez con las mariposillas, porque nunca sabia lo que me podía encontrar, cómo era Isa, qué pensaría de mi propuesta etc.

Entramos y la chica fue muy amable, yo también. Subimos la cuesta del cementerio, siendo muy correctos, cada uno manteniendo sus posiciones. Ella de jefa que iba a hacer el examen y yo de alumno/ empleado que iba a ser examinado.

Una vez que llegamos, comenzó a explicarme todo el trabajo previo que debía hacer y yo como estaba deseando soltar ya, y sabía lo que era, se lo hice saber: " Debo hacer esto así, aquí, aquello allí de esta forma y lo otro de la otra y de lo más complicado tengo fotos para recordar".

Ella celebró mi comentario con un:" Qué capacidad de retención, ojalá fuera todo el mundo así. Lo tienes claro así que empezamos". 

Ahí hubo un acercamiento, un primer incio mínimo de confianza.

Comencé el primero de los 5 monólogos, después eso sí, de aclarar cuando salía, pues cuando vi el pase, no me lo indicaron bien.

Es cierto que estaba pelín nervioso y claro, texto dicho por primera vez ante alguien y encima examinadora y jefa, pues me comí alguna palabra y cierta expresión no fue literal.

Lo acabé, esperaba sus indicaciones y se vino directa hacia mí para darme su enhorabuena y decirme que lo había hecho coloquial como si fuera un hombre normal hablando y no como un  texto aprendido, que le encantó que me trabara, que pensara y que repitiera, que parecía real. Vivo estaba vivo, como el nombre de su grupo. 

Le dije que esa era la intención y me dijo que le pareció precioso. 

Desde ese momento ya estábamos en el mismo nivel. El buen rollo, la coloquialidad y el hablarnos de tú a tú inundó el ambiente. 

En el segundo monólogo aporté algo y potencié mucho más la coloquialidad, ella ya no me observaba, me disfrutaba. Cambié el orden de un texto pero estaba tan seguro que ni se notó.

En el tercero, aporté un montón de cosas, que vi cuando visite el pase de mis compañeros y noté que se perdían frases, bromas o posibles acciones muy chulas. Ella las recibió con gratitud y sonrisa en algunas de ellas me dijo :" Es que eso es supuestamente lo que se debía hacer,  creo que debo venir a controlar, pues se está desvirtualizando todo."

El primer diálogo lo hice con ella, carecía de importancia y me equivoqué en un nombre que le hizo mucha gracia y nos hartamos reír. 

Ya había total compenetración. Me estaba valorando como actor. Me sentía respetado, llevaba ella mi mochila, mi chaqueta. Creo que es una mujer muy especial, me cayó muy bien. 

Estábamos unidos y ya no era una prueba o un examen, sino una demostración de lo que sé hacer y yo feliz. 

El cuarto monólogo es muy sencillo y solo me indicó donde colocarme mejor para que me vieran y en el diálogo igual. De nuevo aporté algo 
 que mejoró una cosa que a ella no le convencía. Me cambió la presentación de un personaje dos veces, una porque la hice sin importancia y en la segunda porque parecía el presentador de un circo.

Y llegó el temido monólogo dramático, el último el que más temía. Como estaba tranquilo, me dejé llevar y acabó con Isa cogiéndome las manos y diciendo:" He visto este monólogo mil veces, dicho por varios actores, pues es la primera vez que lo he oído como debe ser y que me ha emocionado". 

Y eso que me lo cortó al principio porque de nuevo me habían explicado mal una posición. 

Aunque alguna palabra se me fue y los nombres extranjeros no me salían, me dejé llevar por la emoción, por disfrutarlo, por vivirlo y quedó muy bien. 

Me dijo, que no hacía falta más ensayos, que donde había estado yo metido, que todo le había encantado y que nos veíamos el viernes si no llovía. 

Tan buen rollo hubo que hicimos casi la mitad del camino a nuestras casas, juntos, hablando de mi trayectoria. Ya en confianza le pedí poder llevar mi propio vestuario y me dijo que sí.

Cuando le dije que en el pase tendría más vida, me dijo :" Más todavía. ¿Todavía puedes hacer esto mejor?". 



Málaga, a martes 6 de febrero de 2024.






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