domingo, 11 de febrero de 2024

PREPARANDO EL LIENZO PARA EL ARLEQUIN DE PICASSO.


Con motivo de la Semana Cultural, en mis tiempo se celebraba en esas fechas, con motivo del día de Andalucía, ya que nuestro protagonista era malagueño o  porque el cole es así de guay, el viernes 23 de febrero del 2024, el cole Manuel Siurot, organizaba, según yo entendí, unas visitas teatralizadas por el colegio, hablando de la infancia en Málaga de Picasso, y yo hacía el personaje del Arlequín.

Escribo esto, mucho tiempo después, y no recuerdo realmente cuando me informó Edu de ese proyecto, pero creo que no me contó mucho, ni yo le pregunté la verdad.

Si sé que el  domingo 4 de febrero del 2024, me envió el guion, estaba tan liado que creo recordar que ni lo leí.

No fue hasta casi una semana después cuando se creó el grupo de WhatsApp, o sea, el viernes 9 de febrero del 2024, informando que el primer ensayo era el domingo día 11. Día que yo no podía asistir.

Ese viernes, viendo que llevaba ya con el guion en mi correo electrónico 5 días y ni lo había tocado, me puse a estudiar.

Esa tarde llovía con maldad. Yo decidí hacer un infructuoso viaje a Teatinos en metro, pero el trayecto me sirvió para empezara a leer y estudiar el texto.

Habían muchas cosas que no entendía y que me descuadraban, se hablaba de lugares concretos que en el colegio no podíamos visitar, el texto era extenso para niños chicos, las palabras complicadas y aún más la forma de decirlo.

No entendía nada, pero comencé a estudiar, y justo cuando me bajé del metro y me dirigía a mi destino, recibí una llamada de Edu. Una llamada que fue como el maná para los judíos, algo así como la tierra prometida.

Edu me aclaró que la pieza, no era una visita en sí que yo sería el presentador estático de los personajes, y que actuaría para los más pequeños.

El texto era solo una guía. Unos documentos para que yo los leyera, me informara y ya después sacar los datos  que me interesan para hablarle a los niños, con un lenguaje sencillo, claro y breve.

¡¡¡ Qué alivio!!!. Ya solo tendría que tener claro cuales eran los personajes que iba a presentar e inventar juegos, bromas y decidir los datos que quisiera usar.

Ya era pan comido, y feliz  me fui a ver altares y cultos cofrades como el de Dulce Nombre.



 

   

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