Me quedé solo en el Museo Revello de Toro. Bueno, realmente no recuerdo si me quedé solo o no. ¿ Estaba completamente solo en el patio? o ¿ Yo me hice el solo y me independicé de los compis?. No me acuerdo pero creo que la opción 2 es la ganadora.
Una vez vestido y retocado todo, llegó un momento en el que me salí al patio del museo, me metí en mi propia pompa, me concentré y me preparé para lo que venía.
Vaya hablo como si fuera Concha Velasco antes de una función de Hecuba, cuando lo que iba a hacer era un monólogo muy trillado y que controlo. Pero esa mañana me enseñó que no hay que confiarse y ya sea una tragedia griega, un monólogo pequeño o una sola frase, hay que tomarlo en serio y ser como Concha, porque en cualquier momento puede pasar cualquier cosa.
Bueno, sigo el hilo de la historia, ya fuera, me arreglé un poco, me hice algunas fotos y en un alarde de "súper profesionalidad" repasé el texto. Esto era un trámite más, estaba diciendo el texto y pensando a la vez en otras situaciones y personas, cuando se me atrancaron unas frases y encima eran las del principio.
Os juro que empecé y no las recordaba, pero nada, cero, borradas de mi disco duro mental, hasta que pronto aparecieron y punto.
Pero ya, Manolito el mete miedos, apareció en mi escena ( mi cabeza) y no me dejaba. Por más que repasaba más me liaba, más mal la decía y más mal, me salía, me paraba para pensar y más y más y más inseguro estaba. Lo repasé como 3 veces íntegro y salió perfecto, pero el come come de la cabeza no se lo llevaba nadie.
En ese lio personal me avisan que me tenía que ir y me fui.
Cuando llegué a calle Alcazabilla, otro imprevisto y otra gestión que debía resolver yo solo si quería que todo saliera bien.
La calle era una mezcla entre la calle Larios un día de las luces navideñas, la Malagueta el día de los fuegos y el barrio de la Trinidad en el traslado del Cautivo.
El centro interpretación del teatro romano, estaba abierto y era un fluir de personas entrando y saliendo.
Estaba clarísimo que entre los planes del Ayuntamiento de Málaga, no estaban cerrar un rato un monumento para que yo actuara, ni iba a actuar con mil personas dando vueltas a mi alrededor.
Me puse a los pies del teatro romano, pero el mogollón de gente era horrible, me fui frente y aún peor, es más unos judíos empezaron a hablar de mi y hacerme fotos.
No solo había gente, sino muchos grupos y claro yo tampoco quería ponerme en contra a los guías, porque un tío disfrazado llamara más la atención que ellos, así que los intentaba esquivar y pasar desapercibido.
Ponerme donde yo quisiera no me parecía bien porque Edu llegaría y se volvería loco pues no sabía dónde yo estaba y que tampoco me iba a meter yo en un follón legal por ponerme donde no debo.
Escribí a Inma en el grupo y ella me dijo que vendría conmigo y me diría donde Edu había decidido.
Poco rato estuve solo pero qué largo se me hizo, paseando de un lado a otro, la gente mirando pero con pocas ganas la verdad y yo inseguro por el texto.
Llegó Inma y todo fue más fácil, elegimos el sitio me hizo fotos y estuvo pendiente a mí todo el rato, también es verdad que eso me hizo no poder repasar y estar de nuevo nervioso.
Me avisó que Edu llegaba, esto empezaba.
Málaga, sábado 10 de febrero de 2024.
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