Adoro mi profesión, es una de las cosas que más me gusta de mi vida y me siento un afortunado por trabajar de lo que hago, y cada día que me toca actuar es un honor y un gustazo a la vez.
Odio, no hay una cosa que odie más, que madrugar, no puedo, se me pone mal cuerpo, me duele todo, es una sensación horrible.Pues bien cuando se unen las 2 y encima en sábado, ¿ Qué ocurre?, ¿ Quién gana? ¿ La ilusión de trabajar o el odio a madrugar?.
Si soy sincero, os diría que... casi que gana la segunda, no soporto madrugar y ese momento del despertador y levantarme, lo odio tanto, que lo odiaría aunque fuera a recoger un millón de euros. A esas horas por mucho que te guste el teatro, uno tiene cero ganas de actuar.
Pues, ¿ Sabéis algo?. Tengo la solución a esta extraña y horrible combinación, dormir, la noche anterior, con tu sobrina.
Esta vez volví a oscurecer y a agrandar mi barba con el lápiz negro, como hice la vez anterior, pero en esta ocasión me quedó más falsa, menos bonita.
Estaba con todo controlado cuando, mi sobri, me dijo que el chico venía tarde.
Me alegré por 2 razones, porque el chico no me conocería así y porque el hecho de intentar llegar puntual a la cita "sobrinil", me hizo realizarlo todo mucho más rápido y animado.
Tras ultimar, hacerme unas fotos, besé a mi sobri, me despedí de ella y me dirigí a la casa de hermandad de la cofradía del Sepulcro, lugar donde tendría que estar a las 10:30 horas.
Llegué un poco retrasado, pero debo decir, que el camino fue fluido, tranquilo y sin nada que destacar.
Era sábado, temprano, había madrugado y mi sobrina ya no estaba, así que, entré otra vez en modo off y esa mañana primaveral, de cielo celeste, sol y pre-cuaresma, me parecía horrible.
Málaga, sábado 10 de febrero de 2024.
Que chorra tienes hio...y suerte ya ni te digo.
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