Madrugón de campeonato, sueño a discreción, mal cuerpo y
dolor de pie, el maldito dolor de pie seguía constante, todo esto fue lo que definió mi camino hasta el Teatrobus.
Conseguimos que nos recogieran en Málaga, cerca de donde
vivimos, pero para mi pie dolorido, el camino fue un calvario. Además hacía mucho tiempo que no me levantaba
tan temprano y era completamente de noche. Por cierto, que durante todo el camino iba repasando el
texto, que solo lo había leído, por encima, el día anterior, pero lo recordé
rápido.
Tanto Diego, con el bus, como Andrea, mi compañera, como yo, llegamos puntualísimos
a la cita y en comisaria nos reunimos los tres .
Nos subimos y nos fuimos camino a nuestro destino, Alora.
Por cierto, que nos citaron a las ocho menos cuarto de la mañana, y antes de
las ocho y veinte ya estábamos en un descampado del pueblo, esperando nuestra
hora para entrar en el mismo.
Durante el trayecto, Andrea. Os contaré un poco de ella,
ante la imposibilidad que algunos de los actores, programados para hacer de Don
Quijote, lo hicieran, se recurrió a una actriz.
A esta ex compañera de la ESAD, con la que yo ya había trabajado
anteriormente, le dieron el texto dos días antes de la actuación, pero pese a
tener otros proyectos en marcha, sacó un poco de tiempo para estudiar. Pues
bien, a lo que iba, durante el trayecto me dijo de repasar un poco el texto,
nos pusimos y antes de comenzar me pidió
perdón, porque no selo sabía bien, cuando empezamos a repasarlo… SE LO SABÍA TODO
A LA PERFECCIÓN, pero no parecido, sino usando las mismas palabras en
castellano antiguo, impresionante, eso es una currante con las que da gusto
trabajar.
Nos vestimos, comentar que nos lo pasamos bomba, mientras
Andrea se transformaba de mujer a hombre. Fuimos viendo y bromeando de como poco a poco el maquillaje fue cambiando
su bello rostro en esa especie de hombre, raro.
Y a la hora en punto, todo listo que técnicamente funcionó a
la perfección, comenzamos la actuación.
Aunque eran unos niños algo mayorcitos y pensamos que se
podían aburrir durante la función, estuvieron pendientes en todo momento,
riendo, participando, jugando y contento con todo lo que ocurría a su
alrededor.
Temíamos que los niños protestaran o bromearan con que Don
Quijote fuera una mujer, pero no es que respetaron a mi compañera, es que
además ella lo hizo tan bien, que nadie dijo en ningún momento nada, es más
estuvo actuando de una manera impresionante, yo la miraba porque estaba
realmente impresionado, no hubo ni un fallo de texto, ni perdió una intención y
la hora pasó volando.
Yo como estaba con el pie regular, quizá estuve dándolo todo
pero me recorté un poco en cuanto a movimientos, a saltos y demás, pero Andrea
lo suplió todo porque hizo un Quijote enorme.
El viaje fue muy curioso porque no lo hicimos como siempre,
por el pueblo, sino que la actuación fue durante el trayecto de Alora a Málaga.
Luego los niños volvieron a su pueblo en tren.
Por tanto, al acabar
ya estábamos en Málaga, nos cambiamos y Diego muy amable nos dejó cerca de
nuestras casas.
Hasta la próxima Teatrobus y quizá el próximo sea especial.
Extrañabamos ya al chino Quijote...
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