Yo tengo un defecto y lo reconozco. Cuando se algo acaba, en lo último, nunca pongo el cien por cien, tengo ese
problema.
Nunca disfruto el final de algo. No lo siento como una apoteosis, sino como todo lo contrario, pienso más en lo que viene
después y lo ultimo no lo tengo en cuenta.
Por tanto, el sábado 26 de septiembre de 2015, temía que eso
pasara, tras el éxito del día anterior, pensaba que nada podría salir mal y si
así era, tanto Steven como yo, nos podíamos permitir tener un día de fallo después de los tres
anteriores tan buenos. De hecho Nora nos dijo que nos veía demasiados
tranquilos, seguros y relajados, como dándolo todo por hecho.
Nora no merecía que yo no estuviera ese día al cien por cien
y por eso estuve pendiente en todo momento en darlo todo y no caer en mi
defecto de dejar pasar el final.
Pese a la emoción de la mañana que cuento en la entrada
siguiente, por la tarde y concretamente tras el almuerzo, me entró de nuevo un
ataque de nervios y un cansancio que de hecho se resintió hasta mi voz, lo que
me hizo acostarme una hora.
Me desperté como una rosa, el momento de espera es feo, pero
cuando me encuentro con Nora y Steven en
la puerta de casa ya todo empieza a florecer.
El ánimo de los tres era efervescente, la llegada al teatro
fue muy buena, pues nos encontramos a un extranjero que quedó prendado por
nuestro cartel y tras hacernos una foto junto al mismo, incitó a sus amigos a
venir a ver la pieza y por la noche eran cinco los que vinieron.
Fue muy bonito, como cada uno de nosotros, fuimos preparando
nuestras cosas, juntos pero a la vez independientes. Luego hicimos un pequeño
pase técnico mientras Nora hacia otras cosas ajenas a nosotros, o sea, dejándonos total libertad. Confía
en nosotros.
Esta vez, el momento previo a la actuación, solo, en el
camerino esperando para salir, se me hizo muy duro y varias veces tuve que
darme fuerzas, porque temía que la seguridad acabara en fallo y además venía mi
sobrina, algo que para mí era una prueba de fuego ella es muy dura y temía su
reacción.
En cuanto salí a la calle y me dio el fresco de la tarde, me
llené de energía de ganas y de fuerza, en ningún momento sentí pena por ser la última
función en el Alameda, porque lo quise ver y lo vi como una etapa acabada de A
saco, que dará lugar a otra nueva aun mejor .El éxito de esta pieza no se puede
acabar así como así, por tanto, no es más que el final del principio.
Pero siento deciros que la protagonista del sábado no fue la
pieza, ni Nora, ni Steven, ni yo y aunque agradezco a Miguel, Marco, Pili, mis
padres y sobre todo Susana, Verónica y
María la verdadera protagonista fue mi
sobrina.
La casualidad hizo que me sentara justo en la fila de atrás de
mi pequeña y que esta me mirara raro y
riera en cada una de mis acciones, igualmente hubo un momento muy especial con
ella durante la pieza y me encantaba verla con su cara de ilusión, de pie o
apoyada en el asiento delantero buscándome para verme bien. Y el mejor momento
fue cuando cogido de su mano y tras acabar la pieza, me pidió que le mostrara,
los camerinos, el vestuario, el atrezo, o la sala grande entre bambalinas, que
buen viaje, mostrando mi mundo a mi
pequeña María.
La pieza fue muy especial, de nuevo acabamos con el público
en pie y a gritos de “bravo”, de nuevo oímos comentarios del público, risas, y
aunque en algún momento vi la pieza desde fuera y pensé que no llegué a muchas
emociones al cien por cien, fui feliz.
Es una pieza muy dura físicamente hablando, pero… cada vez
la disfruto más.
Aunque no es el final ya os digo, debo dar las gracias a
Nora, por hacerme este regalo tan maravilloso y decir que Steven no es un
compañero, es mucho más, es un verdadero
animal de escena, gracias a Dios por
ponerme al lado de ese monstruo. Es alguien con el que no tienes que pensar,
sino solo actuar, te da una seguridad
del cien por cien y sabes que con él puedes jugar, improvisar y vivir. Ha sido
un placer y un orgullo currar, porque hemos currado, con él, tal como predije el día en su lectura
dramatizada.
Pues ten cuidado que como se entere los espectadores tendras las salas vacias en tu ultimas actuaciones...je je je
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