martes, 8 de septiembre de 2015

VIVIENDO UN SACOMARATONIANO.



El pasado jueves 3 de septiembre de 2015, vivimos un maratón de A saco con la psico.

Desde las diez de la mañana hasta las siete y media de la tarde, o sea, nueve hora y media de ensayos, de pruebas, de trabajo, de innovaciones, de aprendizaje... Pero eso sí, con mucha diversión. Teatro y creación en estado puro.

 La mañana la comencé trabajando duro, estaba muy nervioso. El ambiente de trabajo con Nora y Steven es ligero y fácil. En ningún momento, ni siquiera en los primeros ensayos he estado nervioso, pero el jueves estaba fatal.

Se iba a montar una parte totalmente nueva, para la que necesitábamos ayuda externa. 

Una vez en la Caverna, se me pilló un nudo en el estomago que fue creciendo mientras llegaba dicho momento. Esa ayuda externa era solo para mí y mientras Nora y Steven iban a su rollo preparando cosas yo estaba cada vez más tenso.

Nora me había asegurado que la persona que venía a ayudarnos era  estupenda, pero yo seguía igual de tenso. Pero al llegar todo fue coser y cantar, en cuanto empezamos a preparlo todo, me animó mucho, porque decía que me veía muy bien y desde ahí todo fue rodado y me sentí muy a gusto con dicha persona.

Es una persona superamable, atenta y bondadosa, en el mundo del arte cuesta mucho que el que sabe, entregue a quién no sabe, aquello que ha tardado años en aprender. Es más, esto pasa hasta en las escuelas y academias, pues bien, esta persona fue un encanto y puso todo su arte a mi disposición, y creo que el resultado será bastante bueno.

Tras marchase esta persona,  digo persona para no revelar nada, hicimos un primer pase completo de la pieza, acabamos muertos, pero se creó un ambiente tan bueno. Estábamos mano a mano Steven y yo, reaccionando a cada frase y dándonos mucho el uno al otro. Tan buena fue la relación, que en el listado de mejoras que nos dió Nora al terminar, destacó eso, que habíamos actuado solo para nosotros dos.

Después, muertos de cansancio, nos fuimos a almorzar, eso nos ayudó a  conocernos más, a hablar de teatro, a dar puntos de vistas.

Con la barriga llena hicimos otro pase, en ese pasé, no fui consciente de lo que estaba  pasando, estaba al cien por cien en el personaje, es más, llegando al final  me dio  pena saber que se acababa la pieza. 

Muchas veces hemos hecho solo un pase y hemos acabado muertos, pero el otro día acabamos con la energía a tope, como nuevos, pese a las horas de trabajo, estábamos  como si nada hubiera ocurrido. Creo que deseábamos hacer ese pase y disfrutarlo.

Por último nos pusimos a montar otra parte, pero… ya no dábamos mucho más de sí y tras nueves  horas y media, el súper maratón se terminó.
 
Que feliz iba para casa.

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