Esta entrada debería haberla escrito ayer, porque hoy las
sensaciones ya son distintas, acabo de lavar, a mano, parte de mi vestuario
para mañana y ahora me he sentado a escribiros cositas de lo que ocurrió ayer, miércoles 16 de septiembre de 2015, durante
el ensayo en el Teatro Alameda.
Fueron muchas las sensaciones y sentimientos que viví, lo
primero que quiero contaros es que a las dos de la madrugada estaba en la cama
oyendo a Nacho Cano, concretamente, De las ruinas al dolor y no me podía, ni
me quería, dormir porque estaba a mil, pese a que tenía que madrugar, no quería
perder esa euforia.
Pero como os digo fueron muchos sentimientos, no os voy a
hacer una cronología de hechos, sino un paso por todos mis estados de ánimo.
Al salir del Teatro, mientras esperábamos a Nora que andaba
liada al teléfono, estaba satisfecho, pero sentía ese nudo en el estomago, esa
sensación de cuando algo te preocupa, que estás bien, pero siempre tienes esa
cosilla ahí que te tiene alerta y pensé: “
Que chulo es la sensación previa a un
estreno.”
El momento de cargar la escenografía en el coche, desde La Caverna al teatro, fue como una fiesta,
estaba como un niño que va al parque de atracciones y estas deseando llegar,
pues así estaba, deseando cargar y llegar ya al teatro, de hecho no paraba de
hablar, pobre Steven.
Pena, fue lo que sentí cuando entré, solo, a la Caverna,
para soltar mi viejo pantalón de ensayo. Estaba a oscuras y comencé a mirar cada rincón a decirle adiós,
y se me venían flash de los ensayos y todo lo vivido allí.
Como Steven tuvo que dar dos viajes para trasladar la
escenografía y Nora estaba trabajando, tuve un momento de soledad, yo y la
sala. Como si de un ritual se tratara fui montando toda la escenografía, con
mucho detalle, emoción y ya digo ritualidad.
Ya todos juntos, estuvimos colocando luces, Nora de nuevo me
regañó, por mis trabajos manuales. Je,je,je. Nora sabías que iba a ponerlo.
Orgullo sentí cuando vi toda la escenografía montada, que bonito
estaba todo, que ganas de que el público lo vea.
Después hicimos un pase, fue a medio gas, era como un ensayo
/ calentamiento. Fue muy especial, porque de nuevo improvisamos, Steven y yo incluso bromeamos, así se vio
claramente la gran química que hay entre ambos, en un momento me lie con el
texto y sobre todo sentía miedo, ¿le
gustará a la gente?, ¿después de dos días descansando el personaje, lo pillaré
bien? ¿Y si no se ríen? ¿Y si la gente se aburre?
Como veis fue una montaña rusa de sentimiento, pero si me
encantó un detalle, normalmente somos dos actores y una directora, a la que
debemos demostrar nuestro trabajo y seguir sus indicaciones, pero ayer éramos
tres, tres personillas que se enfrentaban a un público. Es nuestro niño el que
va a nacer y sentí como Nora era parte de nosotros, estábamos los tres unidos,
incluso la noté nerviosa porque no paraba de bromear durante el ensayo.
Bueno cinco horas de ensayos, de cómo dijo Nora .” Del último ensayo”.
Cuando puedas pon la hora de las actuaciones, que seguro a alguien le puede venir bien ese dato.
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