Y POR FIN ENTRAMOS EN EL ALAMEDA.

Como os conté, con anterioridad, en otras entradas previas, el jueves 10 de septiembre de 2015,  ocho días antes de nuestro estreno, tuvimos nuestro primer ensayo en la sala donde actuaremos en el Teatro Alameda Up.

 

Steven tenía una cita laboral, por tanto, Nora  y yo quedamos previamente, para ensayar en la Caverna, una parte en la que principalmente solo participo yo, pero un problema, debido al extravio de unas llaves, hizo que llegáramos tarde a la Caverna y no pudiéramos ensayar previamente. Lo que si hiciemos fue  cargar toda la escenografía que nos íbamos a llevar para dicho ensayo, esperamos a Steven, tumbados en los sofá de la Caverna, mientras hacíamos publicidad.

Steven al final no pudo venir y Nora y yo nos fuimos al Alameda en taxi, en el segundo que vimos, porque hubo un taxista “muy agradable” que nos quiso llevar.

Llegamos, montamos y ensayamos, hicimos algunas partes de la pieza para ir cuadrando las necesidades de la pieza con el espacio y luego hicimos un pase, era un pase casi técnico pero nos metimos tanto que lo hicimo entero.

Para mí fue el mejor de todos los ensayos, no es lo mismo ensayar viendo el fondo de la Caverna y una columna negra, que ver todos aquellos asientos que pronto estarán llenos de público. Yo me subí e incluso improvisamos mi compañero y yo muchas partes. 

Hubo parones debido al espacio, pero yo acabé en una nube, reventado, pero en una nube y la interactuación con Steven fue  genial.

Esa sala es muy especial para mí y sus recuerdos me hicieron sentirme allí muy feliz y seguro.

Al acabar, nos dirigimos a casa, pero estábamos tan cansados los tres, que hubo contestaciones y tensiones, algo normal porque no podíamos más.