Si el
viernes 25 de septiembre de 2015, me hubieran hecho una función homenaje no
podrían haber elegido mejor al público.
El viernes
estaba la Sala Up del Teatro Alameda, a reventar, estaba abarrotada y casi
todos eran amigos, conocidos o compañeros de teatro.
Siempre digo
que el público bueno es el que no te conoce, porque el reconocimiento de
familiares y amigos, está un poco edulcorado.
Pues el viernes, hubo mucho de
eso, amigos y familiares, o casi familia.
Pero no eran de los que te regalan el oído,
eran especiales, puesto que había personas que hacía años que no veía,
otros que jamás me habían visto actuar y otros compañeros de teatro que no me
conocen mucho, pero saben de qué hablan.
Acabamos con
el público en pie, gritando "bravos" y pasaron cosas maravillosas, como la interactuación con
el público.
Comencé la pieza entre ellos y
fue llegar a la sala y cargarme de fuerza. Pablo me poseyó y desde ese
momento me iban fluyendo, suspiros, movimientos, comentarios y formas de
comportarme nada planificadas pero dadas por el personaje, eso fue ya un ir
creciendo, hasta el final de la obra.
Muy especial
fue el momento en el que el publico contestó a Nora, o cuando todos
se pusieron en contra de Steven y a favor de mi personaje. El publico del viernes
estaba vivo y la sala vibraba, éramos un todo, un corazón en conjunto que
llevaba un ritmo y solo latir.
Pero también
fue especial porque, fueron diez niños y
niñas, y digo bien, niños y niñas de mi colegio que estuvieron conmigo en
párvulos y ahora venían a verme actuar, al llegar y verlos me dieron mucho
miedo, pero en un momento que me acerqué a uno de ellos, y lo vi disfrutando,
me sentí pleno, al final sus abrazos fueron sinceros y Jesús estuvo muy
cariñoso conmigo, gracias, Francis, José, Manoli, Silvia, Susana, Mari Carmen,
Alberto y señora.
Después
estuvieron los de siempre, mi Carmen, mi Vane, que siempre está dándome ánimos y cariño, Juan, Feli, María del Mar que se ha
hecho toda una fan y su José y por supuesto mi socio y mi musa, que me abrazó
como nunca, os quiero a todos. Gracias Noni y Ricardo.
Los primeros
fueron un examen, los segundos eran una prueba casi superada, pero luego estaban
los teatreros algunos nuevos como Lucia o Eva, nuevas en esta plaza. Que al verlas al final
estaban muy emocionadas.
De ellas he recibido dos cosas muy buenas: de Eva, su hija,
una niña de 11 años, yo no sabía si le gustaría la obra o no, pero cuando me vio
se echó feliz y contenta a mis brazos,
quizá el abrazo que más recordaré de ese día
y Lucia, que hizo que a la mañana siguiente llorara de emoción al darme las
gracias, porque el mensaje de la pieza había llegado y llenado de vida y
esperanza a una persona muy allegada a ella.
Me ilusionó mucho
vee a Luisa, Zumaquero o Nuria, gracias y a mi Eli, aquella que solo me conocía
como contable y ahora me veía actuar, me encantaron sus palabras diciéndome que se
alegraba viéndome así, que esa era mi vida.
Y dejo para
el final a mi casi familia, Anai, Natalia y Chema, ellos me conocen desde el
principio de mi carrera y nunca he visto a Anai tan orgullosa con mi trabajo,
además es dura de reír y estaba en primera fila y la vi que no paraba de
hacerlo.
Con todo eso
en el cuerpo llegué a casa y me dieron
cerca de las cuatro de la mañana, en la cama,
oyendo música y viendo videos de Semana Santa. ¿Por qué? Pues no lo sé. Pero me apetecía. Estaba como levitando. Ese tipo de música me hace sentir mucho, me crea muchas sensaciones
y estaba con la emoción a flor de piel y pese al cansancio no quería dejar
de sentir eso.
Aunque en la
madrugada levité, durante el día la cosa no había ido muy bien, los nervios y
el miedo a perder el personaje, porque no habíamos ensayado en toda la semana
me agobiaba. El estar esperando todo el
día, encerrado en casa, sin poder
hacer nada y hasta el dolor de pie que no se me quitaba, me hizo estar todo el
día raro. Pero cuando se acercó la hora
de irme, cuando me recogieron Nora y Steven y cuando entré en el teatro me
llené de fuerza.
Hicimos un
pase rápido y completo de la pieza para refrescar el texto y luego, después de
ordenar todo nos fuimos a camerinos, allí nos vestimos y preparamos, el
ambiente era muy bueno bromas y confesiones de Nora, que graciosa es.
Y sobre las
nueve menos cuarto, después de hablar en el camerino por Whatsapp con Alba,
comenzó el sueño.
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