Os dije que no hablaría del corto de Alex hasta que no estuviera estrenado por si contaba cosas que no debía, pero hoy voy a hacer una excepción, no por nada, sino porque esta serie de entradas de la tarde "apretá" no tendría sentido.
La tarde del miércoles 22 de junio del 2022, llegué al IES Jesús Marín, muy bien de tiempo. No era la primera vez que iba, así que entré por allí, como si estuviera en mi propia casa, me dirigí al lateral de recepción y ahí estaba parte del reparto.
Éramos muy pocos los habíamos llegado puntuales, pero al segundo nos dijeron que saliéramos fuera que allí estaba el resto y así fue, nos dirigimos juntos a la calle, a la puerta lateral del colegio y ya se encontraban allí, los extras, el chico de sonido, la de la chaqueta, el cámara, los de iluminación, los chicos del making of, Alex, por supuesto y hasta sus padres.
¡¡¡ Qué ilusión me hizo ver a Gloria!!!. La madre de Alex, a Juanjo, su padre, también, pero yo siempre tuve predilección por esa mujer y hacía más de 3 años que no nos veíamos.
A partir de ahí no sé lo que pasó, a mi alrededor ocurrían mil cosas, pero yo estaba aislado. Gloria y yo nos habíamos creado una burbuja donde nos encerramos y no parábamos de hablar y contarnos cosas.
Quiero dar las gracias a Alex porque tenía muy presente mi falta de tiempo. Llevaría solo unos minutos hablando con Gloria, cuando me pidió que me cambiara.
Como se rodaba en el interior de un coche, solo me cambié de camisa y lo hice en mitad de la calle, me metí en el interior del mismo, oscurecí mi barba y empezamos a trabajar.
El coche se cargó de gente, que si Alex, el cámara, con ella a cuestas, el chico del sonido con todo su equipo etc. Se comenzaron a hacer pruebas y fue cuando vi en el espejo retrovisor que tenía una enorme mancha roja en la nariz, que no había tenido nunca.
Llamé a la chica de la claqueta que dijo que siempre llevaba maquillaje por si hacía falta, le pedí que me tapara con base la dichosa mancha, lo hizo, probamos que no se veía en cámara y a trabajar. ¡¡¡ Gracias, la chica fue muy servicial en todo momento!!!.
A partir de ahí, todo fue rodado. Solo había que grabar dos frases o tres, y no hubo problema, se hicieron, a Alex les gustó y a partir de ahí todo fue repetir usando distintos planos que Alex iba sugiriendo al momento. Eso llevaba planificación, prueba y grabación. Sin perder ni un segundo, algo poco usual en el mundo del audiovisual.
Me encantó la profesionalidad del chico de la cámara, que para algunos planos tenía unas posiciones imposibles, encima el coche estaba cerrado y hacía un calor horrible, pues siempre estaba dispuesto, contorsionándose para poder cumplir el deseo de Alex, sin rechistar, siempre con una enorme sonrisa y amabilidad.
Yo me sentí muy bien, pues repetí las entonaciones, los gestos y las miradas casi de forma milimétrica en cada repetición y eso que esa secuencia solo se ensayó una vez, me gustó la gestualidad del personaje, no me sentía que fuera yo y sobre todo me gustó las pausas, en audiovisual no suelo ser pausado.
Se iban acercando las 17:00 horas, ya los que grababan eran mis compañeros, empecé a impacientarme, ya si se cuidaban los planos o se ponían un extra podían grabar sin mí, le dije a Alex que ya casi era la hora y me dejó ir, por si hacía falta el extra, les dejé mi camisa.
Me cambié, cogí mi mochila y dando las gracias mil veces, pero sin casi despedirme, emprendí mi camino al ensayo.
Esta entrada es gloriosa.
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