domingo, 19 de junio de 2022

EL OSCURO ACTOR ROMANO.

 

Cuando me llama Eduardo Nieto para un nuevo proyecto de Eventos con historia, siempre es por la mañana temprano y siempre hablo con él desde la cama y esta  vez no fue menos.

El sábado 4 de junio del 2022, muy temprano, me llamaba y me comunicaba que volvería a meterme en la piel de ese actor divo, altivo, soberbio y teatralizado que representé hace ya años a los pies del teatro romano.

Se iban a realizar unas visitas históricas teatralizadas por el centro de Málaga, dentro de unas de las muchas actividades culturales que un IES de Salamanca había organizado para sus alumnos, que venían de viaje de fin de estudios a la capital de la Costa de Sol.

Me gustó la idea, este personaje amanerado y soberbio siempre enganchó mucho con el público y creo que con unos adolescentes iba a cuajar muy bien.

El texto sin mucha gestualidad, ni entonación, no llega ni al minuto, es excesivamente breve, pero por muy breve que sea, hacía tanto tiempo que no lo trabajaba que le pedí a Eduardo, por favor, que me lo volviera a enviar y el domingo 5 de junio así lo hizo.

El miércoles 8 nos metieron, como es tradición, en un grupo de WhatsApp donde informaron de la cita para el primer ensayo. Al que yo no podía acudir y que al final quedó suspendido. ¡¡¡ Ay amigo!!!.

El siguiente se programó para el domingo 19 de junio del 2022, era el último y por cierto el único, y ahí deberíamos ir todos y fuimos. 

Tuvo lugar a las 21:00h. En el cementerio de San Miguel y allí asistimos todo el elenco.

Días antes me aprendí el texto sin problemas, ya dije que era muy corto, además el personaje lo tengo súper cogido, lo repasé un poco y listo. 

No iba a ser fácil volver a entrar al San Miguel, faltaba un compañero, que para mí era mucho más, un gran amigo. Hice un gran esfuerzo mental antes de entrar. Allí iba a trabajar y eso haría, trabajar y no recordar. 

Lo hice, lo conseguí, pero el ambiente no podía ser más feo, se notaba y mucho que todos estábamos haciendo el mismo esfuerzo. 

Se palpaba la falta de ganas generalizadas, las risas, las bromas y las conversaciones divertidas eran totalmente forzadas y marcadas por un falto postureo. 

No hubo una extensa charla previa, yo calenté un poco el personaje y poco más.

Como era el primero en actuar, fui el primero en ensayar. Lo hice sin mucho ánimo, no tenía ni poses, ni movimientos marcados, ni mucho menos ganas de meterme en la comedia o de hacer reír. 

Ensayo a Edu le gustó, me corrigió una palabra, me dijo que en vez de señora al final de debía decir señor y listo.  

Fue tan breve que no puedo decir más, solo que no lo tenía tan pillado como otras veces, ni me sentí tan estirado, ni con esa entonación basada en Ursula la de La Sirenita.

Vi al resto de compañeros ensayar y a casa.

Pd: Las fotos me las hice después en mi balcón, ni de eso había ganas. 






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