sábado, 2 de marzo de 2024

AY LA SOLEDAD.

 

Creo que llevo más de 5 años haciendo La Cena de las Emociones, pues nunca me entero del horario: " A las 20:30 llegan los comensales y a las 21:00 horas sales tú." Me repite Raúl en cada cena que hacemos, cada vez con menos paciencia. Normal.

Pues, repito, como dije en todas las entradas anteriores, no quería estar mucho tiempo en mi habitación. Esta vez tenía que esperar, solo, hasta la hora de la actuación, por ello cuando tras el pseudo ensayo  todos se fueron a las habitaciones a arreglarse y descansar, yo, como dije antes, me fui con Raúl, a ultimar y a robar los maximos minutos posibles a mi soledad.

Pero claro ya eran las 19:40, en 50 minutos debía estar listo y al tener habitación me quería duchar y etc.

Por tanto, el momento crítico y no deseado de irme solo a la habitación, había llegado, pero como me ha demostrado la vida, sobre todo en los últimos años, ni las expectativas, ni los miedos sirven para nada. Porque la vida luego hace algo y todo es lo contrario a lo pensado. 


Recibí, yo creo que fue en ese momento, un mensaje de WhatsApp, como también dije antes, de alguien que me necesitaba, y mucho, estaba viviendo algo que yo ya he vivido alguna que otra vez, es una auténtica tontería, pero ese pensamiento, si se escarba y te regocijas en él puede ser muy feo. Feísimo.

Así que mi gran problemón, se convirtió en nada, ¡¡ Qué preocupación más estúpida tenía en mi cabeza!! Anda ya tonto, esa persona me necesitaba y ese era mi eje principal, hasta Víctor y la cena pasaron a un segundo plano, más bien a un plano número mil, así que imaginaos mis miedos a donde fueron. 

Subí a la habitación, preparé mi vestuario en la cama (19:47), cosa que no se hizo antes, ordené el maquillaje, descansé un segundo y a las (19:53) ya estaba en la ducha, pero eso sí siempre acompañando como podía a esa persona. 


Era capaz de déjalo todo e ir a abrazarla,  nos separaban más de 252 km.

Por cierto, las conversaciones fueron cambiando, de su pensamiento a mi vestuario, a la cena etc. Espero que al menos un poco lo pudiera aliviar. 

Duchado, me maquillé (20:28),  me vestí, (20:32) y a las 20:36 ya estaba listo.

Llegó la espera. Espera que está vez era especial, pues no quería dejar de hablar con esa persona.  

Dos cosas antes de acabar: 

Esa persona estaba pasándolo fatal y lo único que hizo fue desahogarse conmigo, pues hasta eso me sirvió a mí para reducir mis miedos y comederos de cabeza, hasta hecho una mierda me estaba ayudando, como siempre. 

La ducha. Quería mostrar en Instagram todo el proceso de preparar a Víctor y eso incluía también la ducha, porque en Granada nos podemos duchar

Me hice una foto, solo de las piernas, y recuerdo la reacción de mi sobrina:"Momo borra eso, quita esa foto, es horrible, tu perfil no es así, hazme caso que yo te cuido mucho en esos temas". Y claro está la borré.

Concentración, relajación, que pronto empezaba, pero lo que para mí es el mejor momento de la noche, esta vez no me apetecía nada.


Granada, sábado 2 marzo de 2024.





1 comentario:

  1. había llegado, pero como me ha demostrado la vida, sobre todo en los últimos años, ni las expectativas, ni los miedos sirven para nada. Porque la vida luego hace algo y todo es lo contrario a lo pensado. Magnifica reflexion.

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