sábado, 24 de diciembre de 2022

SOLITO PERO ACOMPAÑADO. PREVIO.

 

Pues el viernes 23 de diciembre del 2022, tenía curro. Se repetía por segundo día consecutivo la visita al centro de Málaga de Eventos con historia, Cuentacuentos teatralizados de Andersen y de nuevo el emperador debía acudir

La caprichosa diosa fortuna hizo que cuando iba a entrar al Museo Revello de Toro, donde nos cambiábamos, me volviera a cruzar con la misma compañera con la que lo hice el jueves.

Esta vez me preguntó qué debía decirme cuando me abriera la capa, para concluir el pase según lo previsto, y no ocurriera como en el día anterior. 

La verdad que me agradó mucho más que la recepción del 22, donde se puso a  gesticular como una especie de regañuza, dando a entender que los pases iban a empezar ya y que yo llegaba muy retrasado. 

 "¿ Desde cuando una compañera tiene potestad para evidenciar si un compañero llega más tarde que otro, y encima con un regaño?",  ¿Ella sabe por qué llego tan justo de tiempo?, ¿Ella sabe si Edu está al corriente de esto?". ¡¡¡Qué fuerte todo!!!.

Oye que lo mismo no era esa su intención pero yo sí la recibí así. 

Tras responder lo que debía decirme, sonreí de oreja a oreja y entré al museo.

Me volvió a recibir amablemente la chica de la puerta, me dirigí hasta el patio, pero esa tarde sí me paré un momento en el Nacimiento del Descendimiento dedicando unos minutos a disfrutar de él. Después crucé el patio y me encontré a un compañero, Patxi, ya con el vestuario puesto. Como era similar al de un fraile, lo saludé con un : " Ave María Purísima". Qué bien me cae ese muchacho.

Si ayer fui el amo y señor del museo, esta vez era el fantasma travieso que corría de un lado a otro de manera invisible. 

Corría porque aunque quedaba más de una hora para empezar a actuar, tampoco podía andar perdiendo el tiempo. Además Edu deambulaba por allí y encima que había llegado tarde no iba a ir hueveando.

E invisible, porque aunque saludé amablemente a todos los compañeros, que aún andaban por allí, o bien terminando de vestirse o esperándose unos a otros, no tengo intimidad con ninguno de ellos así que apenas articulé palabra. Fui a lo mío.

Debo aclarar que esta vez no llegué tarde porque estuviera trabajando, ni porque me despistara, sino porque nos habían citado 2 horas antes y yo con menos tiempo tenía suficiente.  

El proceso que seguí esa tarde, fue idéntico al del día anterior, pero de otra forma, pues las condiciones eran distintas.

Como el baño de las chicas estaba ocupado, Edu, me dijo que fuera al de caballeros. 

¡¡¡ No. Otra vez vivír ese martirio de subir a la primera planta y dar vueltas de un lugar a otro del museo, buscando el baño.No.!!! Le pedí que me lo explicara bien,seguí sus instrucciones, y esta vez si lo encontré.

Yo creo que lo pusieron nuevo que ayer no estaba. 

Pues oyendo Amigo Felix, volví a maquillarme. Otra vez fue muy tranquilo, rápido y sin problemas, eso sí, este baño era más pequeño, pero más intimo que el de ayer.

Una vez maquillado empecé a vestirme y todo el museo empezó a quedarse vacío. Mis compañeros se fueron marchando a sus lugares de actuación y de nuevo pude deambular tranquilo y sin ruidos por dicho lugar, ya estaba solo.








OLOR A BIZNAGA, A INCIENSO Y A MANTECADO. LA SOLEDAD DEL EMPERADOR.

 

Aunque seguía en el museo, ya andaba solo, así que se podría decir que en ese momento empezó la soledad del emperador del viernes 23 de diciembre del 2022.

Pese a que había llegado tarde, seguía siendo temprano para irme, medio desnudo como actuaba, a la calle, así que vi un mensaje de audio de mi amiga y cofrade Marina y lo oí. 

A partir de ese momento esta mujer dicharachera, mi alma gemela, me acompañó en los últimos momentos de vestirme, en el de caminar hacia el lugar de actuación y en la soledad previa a comenzar, que fue poco sola gracias a ella. Cosa que le agradezco porque sino hubiera sido eterna. 

Íbamos de un audio a otro. Oía uno suyo, le grababa la respuesta, se lo mandaba, ella la oía, me respondía, yo la volvía a oír  y así uno tras otro.

Ya todo fue hablar de cofradía, de ilusiones de Reyes, de vivencias navideñas, de recuerdos de infancia, etc.

Me fui transportando y viajando con esos audios de un lugar a otro. Desde recordar mis Semanas Santa de niño en la Peña Trinitaria, a la cabalgata de Reyes, a la historia de unos incensarios, así hasta que en un momento, apoyado en la base de la higuera que hay a la puerta del Museo Picasso, donde esperaba para actuar, caí en la cuenta de que no estaba para nada pensando en la actuación. Estaba en otro mundo y en otras cosas.

No fui ni consciente de que había momentos donde llevaba la capa abierta, sin importarme que me vieran. También es cierto que esta vez no había fiesta pija en el Picasso y la plaza estaba bien solitaria. Además el calor, esa tarde, pese a la fechas en las que estábamos, era exagerado, tanto como para ir solo con medias, pantalón corto y camiseta con manga a la sisa, sin tener el más mínimo ápice de frio. 

Tenía una excesiva calma chicha que podría haber dado resultado, debido a un exceso de confianza,  a una mala actuación.  Gracias a Dios no fue así.

Las ganas de empezar a actuar, eran máximas, tenía muchas ganas de meterme de nuevo en la piel del emperador y de disfrutar de esa tarde navideña, dando ilusión y magia a los niños, pero por otro lado no tenía el más mínimo gusanillo. Estaba como dice el chiste, a cero grado, sin frio, ni calor.

Como no tenía los nervios de ayer de¿ Saldrá bien sin haber ensayado?, ¿ Llegará el bus a tiempo?, ¿ Podré maquillarme? Hoy ya sabía que todas las respuestas eran positivas así que quizá por eso, esa emoción no estaba.

O porque ese día tras la actuación había que devolver el vestuario y esperar que todos acabaran y demás, con lo cual terminaría muy tarde y no tenía la ilusión del día anterior de poder irme por ahí un rato.

O a lo mejor porque Marina me había recordado su mañana navideña/ cofrade con su padre que me había trasladado a la que yo también había vivido con la mejor compañía del mundo, la de mi madre. 

Una  mañana muy relajada de paseito por el centro para comprar el tronco de Navidad en Aparicio, visitas al Belén de las Penas, compras navideñas para los Reyes capillitas de mi hermano, galletitas para la Nochebuena, paseos, Navidad y esa emoción que a mí me reporta todo eso, que podría ser otra causa por la que prefiriera estar haciendo cosas navideñas que allí.

No lo sé pero emoción, nervios y ese gusanillo típico antes de actuar, esa tarde no estaba.

La hora de actuar se acercaba, informé de eso a Marina, nos despedimos, al poco llegó María José, me comentó que el grupo se acercaba, escondí mi móvil, hice 2 repasos y listo para empezar. 

Lo que sí tengo claro es que entre el calor que hacía esa tarde, los recuerdos del paseo por la mañana con mi madre y  tanto hablar de cofradía, no sabía si olía a mantecados, incienso o biznaga, ni si estaba en la feria, en la Semana Santa o en la Navidad.



viernes, 23 de diciembre de 2022

CRÓNICA DEL SEGUNDO DÍA DE "CUENTACUENTOS TEATRALIZADOS DE ANDERSEN".

 

Estaba sentado en un salón del Hotel Palacio Solecio, publicando en mi Instagram, cuando empezaron a salir los espectadores del segundo de los 2 pases realizados de Cuentacuentos teatralizados de Andersen el viernes 23 de diciembre del 2022. Edu nos había pedido ir allí, tras la actuación para entregar el vestuario, cuando oí, sin querer, la conversación de una familia que se encaminaban hacía la calle:

Papa a su hija muy animado: "A mí el que más me ha gustado ha sido el emperador y ¿ a ti?".

Hija. Si ( No contestó mucho).

Madre: "Sí a mí también".

Ciertamente oír esas cosas y más cuando no son consciente de tú estás ahí, animan mucho.

Yo creo que la cosa salió bien. Aquí os dejo las crónicas escritas al acabar cada pase y juzgar por ustedes mismos:



1.- Emperador o domador:


" Voy a escribir la crónica del pase, pero en lo único que pienso es:“ ¿ Qué le pasa a mi garganta?”.

No me duele exactamente la garganta en sí, tengo una especie de dolor de mandíbula, como una tensión muscular. Supongo que he estado demasiado tiempo tieso, para conseguir la soberbia y la voz engolada del emperador que me he quedado engarrotado. Es bastante molesto. Espero que se me pase cuando acabe todo, porque yo soy muy cagón.

Un poco antes de empezar, vino María José y me advirtió que estuviera preparado pues era un grupo difícil, con niños y niñas muy revoltosos. Me pedía que los conquistara, que yo podría y creo que lo conseguí.

Pues pasé de empezar el pase sin niños porque estos estaban correteando por la plaza, sin aplausos porque no siguieron mis indicaciones, sin respetar mi espacio pues corrían a mi alrededor y sin parar de hacer spoiler sobre mi traje o gritar a voz en cuello que el gesto que había realizado no era chino sino japonés. 

A acabar riéndose todos un montón, divirtiéndose y siendo mis colegas, porque hubo complicidad, cercanía. Ya no iban a pillar, como al principio que parecía que iban contra mía, sino que se dejaban mirar a los ojos, tocar el pelo o dar con mi dedo en la punta de la nariz de una niña. Pienso que han acabado relajados, siguiendo mi rollo, han disfrutado y yo también.

Para ello he tenido que tirar de oficio. Cuando sabes pillarle rápido el punto al público puedes encausar la actuación, casi sin preverlo, para que sea satisfactoria. Siempre y cuando demuestres, de forma evidente o sutil, que aquí mandas tú. En esta ocasión lo hice usando la borderia y altivez del personaje. A veces, en exceso. 

Cada vez que me desplazaba todos se venían a mi alrededor, en un momento hubo uno que no me dejaba caminar, lo toqué en el hombro y le dije: "Quítate", es cierto que luego lo vi muy serio y le toqué el pelo y sonrió. Je,je,je.

La encaucé, diciendo las partes de más textos o más serias, más rápido, para que pasaran pronto y no hiciera que estos niños perdieran la atención y buscarán “nuevos entretenimientos”, centrándome más en las partes más participativas, pensando menos en los gestos o posiciones del personaje en pos de que se divirtieran, en controlar sus energías y que no se subieran a mi chepa, o sea, intentar integrarlos en mi juego y llevarlos a mi terreno, según sus necesidades.

Pero pese a mi templanza hubo momentos donde me lie. Como cuando creo que repetí o Persia o Babilonia 2 veces, olvidando decir la otra o cuando iba a empezar a hablar, por un segundo, se me olvidó la  frase que debía decir.

Tenía que ir con pies de plomo para que no se me desmadrara todo, por eso jugué con ellos pero con cuentagotas en cambio me dediqué más a los adultos, les di más caña a los pobres. Eran de 10, pues tenían ganas de cachondeo sano y con mis ocurrencia han reído mucho, han jugado y han aplaudido aún más."  





2.- Más que teatro, Navidad:


Pues segundo pase acabado y emperador concluido. 

Pienso  que lo hemos pasamos muy bien. Un pase con muchos más niños que en pase anterior, pero mucho más manejables pues eran muy tranquilos. Iban a disfrutar viendo y participando, no intentando dirigir ellos el cotarro.

Le he prestado muchas más atención a ellos que a los padres, a los que apenas me he dirigido. De nuevo estaban muy separados unos de otros, o sea, niños, pasillo y padres. Esta vez me quedé delante con los pequeños. Además se ha creado una conexión muy bonita con ellos.
 
He respetado más o menos las posiciones marcadas, los gestos, desplazamientos etc. Pero también he jugado mucho, porque me daban para eso y para hacer cosas con ellos pero de buen rollo. En un momento era más importante lo que se hacía que lo que se decía. 

De hecho a la hora de repetir mis gestos eran un poco lentos, no los pillaban o no lo hacían bien y eso me ayudaba a jugar. 

Especialmente con el hijo de una compañera que se liaba para dar una palma, paré todo y lo hice repetir todas las veces que fueron necesarias hasta que lo hizo bien. Volví a retomar diciendo de nuevo la frase que daba lugar a la palmada, solo para él, y proseguí.

Las partes que me gusta decir rápidas han salido súper bien. No ha habido ni un fallo de  texto. 

La voz creo que ha estado tan engolada y solemne, en todo momento, como yo deseaba y el final ha sido muy gracioso, pues todo se ha llenado de comentarios y risas. 

Lo puedo definir como un pase bonito, muy entrañable, muy tierno, con muchas miradas, mucha conexión, atención, todos pendientes a lo que les decía, o sea, la esencia de la Navidad. Fue un pase muy navideño.

Las palmas ensordecedoras con las que me despidieron me hizo reflexionar de que el pase había salido de lujo.

Tan contento estaba que cuando acabé, en vez de ir a cambiarme, me quedé en un estrecho callejón haciéndome fotos y una pareja de extranjeros, ya mayores, me pidieron una y me la  hice muy amablemente."







FOTOS OFICIALES DEL SEGUNDO DÍA DE "CUENTACUENTOS TEATRALIZADOS DE ANDERSEN."

 

Y los 2 pases celebrados el pasado jueves 23 de diciembre del 2022, de Cuentacuentos teatralizados de Andersen, con Eventos con historia para el Ayuntamiento de Málaga también tiene sus fotos oficiales realizadas por Eduardo Nieto y que a continuación os dejo en esta entrada.




RELAJADO PUES ME ENCOMIENDO A SAN GOOGLEMAPS.


La tarde del jueves 22 de diciembre del 2022, fue la primera vez, desde que empezó esto del Covid, que disfruté de lo que para mí es uno de los grandes placeres del mundo: El dormir en un autobús de línea. 

Conseguí el primer asiento, ese en el que vas solo, me senté, acomodé todas las bolsas que llevaba sobre las rodillas, para así no olvidar nada, me puse mis auriculares y empecé a oír la voz insinuante, susurrante y adorable de Rigoberta Bandini, ella es mi revelación del 2022. 

Ya era de noche, me dejé llevar y cuando fui consciente estaba medio dormido. ¡¡¡ Qué sensación más relajante!!!. Personalmente 10 minutos de bus equivalen a 10 sesiones de yoga.

¿Debería ir nervioso porque tenía que actuar algo no ensayado? O ¿Debía ir agobiado porque podría llegar tarde?, pues sí, pero no iba a desaprovechar la oportunidad de dormí en un bus y lo hice.  

Debo confesaros que me dejé llevar. No iba con el culillo apretado, no porque vaya de sobrado, sino porque San Googlemaps me dijo que llegaría tiempo y yo confío en él a pies juntillas. 

Como os dije en la entrada anterior, ese día era el estreno de Cuentacuentos teatralizados de Andersen mi parte comenzaba a las 19:40 aproximadamente y yo salía del colegio, en el Puerto de la Torre, a las 18:00h. Llegando a las 19:10 al museo, iba estupendo de tiempo, porque en caso muy extremo actuaría sin maquillarme. 

Todo apuntaba a que lo lograría, pero el bus a veces tardaba casi una hora y de la parada al Museo Revello de Toro, lugar donde nos citaron para cambiarnos, podía haber 10 minutos caminando, así que no quise poner nervioso a Edu, pero no las tenía todas conmigo...

En el camino de ida al Puerto de la Torre, consulté a San Googlemaps, o más conocido como mi gurú, mi salvador o mi vidente. Este me decía que para las 18:51 h. estaría en el museo. Gracias a él descubrí que había una parada en el paseo del parque y si me bajaba allí solo andaría 4 minutos. 

Así que cuando me bajé en este y me dispuse a caminar hacía el museo, el parque estaba excesivamente iluminado por miles de luces navideñas, había un enorme trasiego de personas de un lado a otro, puestos navideños, jaleo, música pero yo era ajeno a todo eso, porque venía relajado y porque ya solo me separaban de mi destino 4 minutos así que no me iba a estresar, el reto estaba superado, ahora iba a disfrutar.

Pues os juro que a las 18:53 cruzaba el umbral del museo. ¿ Es santo el Googlempas o no? ¿ Tengo que quererlo? Pues claro que sí.

Él es santo y yo fui responsable porque: La tarde + yo solo paseando = a merendar dulces. 

En el paseo del parque no había confiterías, pero sí puestos de buñuelos, estuve muy tentado en pararme, pero oí retumbar en mi cabeza la voz de mi madre que me decía : " Lolo no seas tan huevón, vete al museo ya, y no llegues siempre tarde porque te entretienes". 

Así que feliz por ser tan responsable, relajado por el viaje en bus y repleto de ilusión y ganas, porque iba a poder disfrutar el previo sin prisas, entré en dicho museo de paredes de madera negra.

Me recibió la vigilante, que me preguntó si era del teatro, pues ya se habían marchado todos. Le respondí que yo iba más retrasado.

Esta amablemente me invitó a pasar y eso hice. Iniciando así el previo.






 

EL EMPERADOR DUEÑO Y SEÑOR. PREVIO.


Pues tras agradecer a la vigilante su atención, doblé la esquina y lo primero que me encontré fue el nacimiento de la cofradía del Descendimiento.

En otras condiciones me hubiera parado a verlo y disfrutar de él sin importarme mucho que eso hiciera que los segundos avanzaran, que avanzaran los minutos y que me acercara peligrosamente a llegar tarde, pero no lo hice. Esa tarde doña responsabilidad me había poseído.

Así que como un rayo, pasé por delante del Nacimiento, abrí una pesada puerta, crucé el precioso, pero oscuro y frio patio del museo, me dirigí a la izquierda, abrí otra puerta y entré a la sala de proyecciones.

Lo lógico era que empezara a prepararme. ¿Verdad?. Pues no, lo primero que hice fue buscar un huequecito en la habitación, donde poder dejar mis cosas. Las 11 o 12 sillas que había en la sala estaban ocupadas con las ropas y efectos personales de mis compañeros.¡¡¡ Si tantos no éramos!!! ¿ Cuantas sillas ocupó cada uno?. 

Me hice con un rincón en el suelo. Entre mi mochila y la bolsa del vestuario pude colocar y estirar el mío para que no se arrugara mucho, eso sí, la capa la estiré bien estirada entre todas las sillas.

Y ya sí, cogí mi maquillaje y con una pasividad pasmosa me fui al baño de señoras.

Fue muy sencillo, es un maquillaje más visto que el tebeo y que me hago casi con los ojos cerrados. Aunque carece de complicación, si es cierto, que una esponjilla un poco sucia puede joderlo, pero no fue el caso.

Algo que puede ser tan rutinario, como maquillarse, esa tarde de jueves 22 de diciembre del 2022, también fue muy especial. De nuevo era la primera vez de algo. La primera vez que me veía en un baño maquillándome de forma tranquila, y sobre todo disfrutando, sin miedos, ni inseguridades por el tema de la pandemia. 

Ese baño estaba impoluto, debo aclarar que yo puse todas las seguridades posibles, claro está y oyendo Amigo Félix de Enrique y Ana, me maquillé.

Sé que esa es una canción bastante triste, pero si la oigo sin prestar atención a la letra me da subidón.

Aunque vivo en el modo "película navideña de Antena 3" esa tarde no pegaba, debía escuchar algo infantil para hacerme el cuerpo a lo que me esperaba.

Podía poner música, organizar el baño a mi antojo y hacer lo que me diera la gana pues estábamos solos, en todo el museo, las 2 vigilantes y un servidor. Ellas no podían moverse de su puesto, así que yo podía campar solo, tranquilo y relajado a mis anchas. ¡¡¡ Qué lujazo!!!.

Maquilladito procedí a vestirme o más bien a medio vestirme, pues solamente llevaba la ropa interior y una capa. En menos de 2 minutos estaba listo. 

Al final mucha prisa, mucha emoción pero casi 40 minutos antes de la actuación estaba listo, así que, para no estar muy "tirado" en la calle, me quedé tonteando por el museo.

La verdad que pasé mucho tiempo intentando domar la capa, para que me tapara todo lo que me debía tapar. 

En esas estaba cuando 2 hechos me hicieron ver que ya no era el amo y señor del museo. Uno fue que el baño donde me cambié estaba cerrado con pestillo y otra más evidente fue un señor maduro, alto y delgado que andaba por allí, se me quedó mirando y se marchó. 

Fue entonces cuando yo tomé la decisión de hacer lo mismo, o sea, mirarlo y marcharme.




AL FINAL CON EL CUENTO LLEGAS TARDE.


Pero antes de marcharme del museo Revello de Toro e ir a mi lugar de actuación, la tarde del jueves 22 de diciembre del 2022,  me hice una fotito en el hall, para ver qué tapaba la capa. Ese simple gesto fue el que pudo motivar que llegara tarde a la actuación. 

La vigilante muy amable, se ofreció a hacerme la foto, se lo agradecí pero le dije que lo que necesitaba era un espejo y el baño estaba cerrado. Esta me propuso subir a la planta de arriba al de caballeros. Me indicó perfectamente como llegar y me invitó a coger el ascensor. 

Lo hice pero de pronto me sentí como un capítulo de Historias para no dormir. Aquellas salas empezaron a burlarse de mí.

Salí del ascensor,  seguí sus indicaciones y acabé en una sala muy larga.

Volví a mi punto de partida, inicié de nuevo la ruta y acabé en una sala pequeña. 

Regresé al ascensor, volví a seguir las indicaciones y acabé en un pequeño balcón.

Hice esta misma operación como 4 o 5 veces más, cada vez más rápido, casi corriendo y estresado. Acabando cada vez en un lugar distinto que si en un patio, en una ventana, en un sitio oscuro sin salida... 

Ya no sabía qué hacer, aquello resultaba agobiante, a la vez que cómico y ridículo. 

Iba corriendo de un lugar a otro, medio desnudo, liado en una capa de seda amarilla, con una corona y sin las gafas. No veía nada, de pronto estaba en una sala oscura, que una iluminada, veía pasar a mi alrededor cuadros de mujeres desnudas o de la Reina Sofía. 

Llegó un momento que iba sin sentido, ni lógica. Abriendo y cerrando puertas y pasando de unas salas a otras, casi con desesperación.

Si el lugar era muy pequeño como podía perderme de esa forma. 

¡¡¡ Yo que sé, si al final llegaba tarde!!

El llegar al baño ya era cuestión de orgullo más que otra cosa, pero desistí y me fui. Me escapé por la primera escalera que vi ya no buscaba ni el ascensor.

La sonrisa enorme de la vigilante que me despedía con un :" Lo has encontrado, ¿ Verdad?" Me hizo pensar que por las cámaras de seguridad me había visto dar vueltas como un perrito perdido.

A lo que yo respondí con un rotundo: " Sí claro por supuesto". Y me marché muy digno y con la cabeza bien alta.



jueves, 22 de diciembre de 2022

EL CUENTO SE FUE. LA SOLEDAD DEL EMPERADOR.


Pues igual de digno, pero por dentro diciendo tierra trágame, que salí del museo, crucé los 140 metros que separaban el museo Revello de Toro de la calle Postigo de San Agustín ( vamos donde está el auditorio del Museo Picasso), a mí no me gusta mucho ir andando por la calle vestido de personaje, pero tampoco me importa, si hay que hacerlo pues se hace y punto.

Pero es que este personaje sacado de contexto da muy mal rollo. 

En el cuento es un emperador egocéntrico, soberbio y pagado de sí mismo, algo ridículo que es engañado porque le han vendido un traje que no existe, pero fuera de él es un tío con la cara blanca, paseándose por calles estrechas y oscuras, envuelto en una capa de seda mostaza sin nada debajo, solo una extraña ropa interior, así que la pinta de un exhibicionista truculento no se lo quita nadie.

La capa blanca y las pieles del año pasado me daban un aspecto más de rey, pero la de este año es al ser de seda y mostaza, se asemeja a una bata de diva gay de los años 40, que a mí me encanta como queda pero que para pasear en  Navidad por la calle, es susceptible de ser parado por la policía, pues es un poco sórdido.

Bueno pues llegué a dicha plaza y cuando estas en un lugar donde a tu espalda tienes la tienda de recuerdos del Museo Picasso, a tu derecha el centro de estudios del Museo Picasso, frente a ti el auditorio del Museo Picasso y a tu izquierda las oficinas del Museo Picasso, pues  te viene la pequeña sospecha de que esa plaza pertenece también a ellos, que tu estás como un poco conquistando un espacio que no es tuyo y  tienes una cierta premonición de que un momento a otro, alguien te va a invitar a marcharte  y más cuando esa noche se celebraba un evento y todos los "pijossianos" deambulan por allí, así que para que no me pusieran colorado, me escondí en la callecita.

Quedaban más de 20 minutos para iniciar el primer pase.

Con la seguridad de tener ya todo amarrado y  más que amarrado, empecé a hacerme fotos para Instagram, para el blog etc, fue entonces cuando decidí grabar un pequeño video con parte del monologo.

Entre el sueño del bus, la prisa por hacerlo todo, el morbo del reto de llegar a tiempo etc. Había tenido la cabeza muy entretenida y me había hecho olvidar algo, que volvió a mi cabeza, como un jarro de agua fría. 

A veces la vida te hace vivir episodios inesperado que te trastoca un poco la realidad y yo estaba viviendo un momento de esos, que había de desaparecido por unas horas y de pronto volvió a mí.

Empecé a grabar, a hablar pero el texto no estaba, este se había ido de mi cabeza, saltaba de unas frases a otras sin mucha lógica aparente. Corté de grabar y empecé a tomarme en serio hacer un repaso. Me lo sabía pero cuando más intentaba recordar, menos me salía y menos y menos. Debía ponerme al día, abstraerme de la realidad y volver a mí punto de partida en cuestión de minutos. 

En esto apareció María José, me aclaró la posición exacta donde debía esconderme que era contraria a donde estaba y me guardó el móvil. Gracias.

Me comentó que el otro cuento ya había acabado y venían por un camino muy corto hacía mí.

Volví a sonreír como a la vigilante, totalmente falso y me fui a esconderme.

¡¡¡ No tenía el texto!!!. ¿Qué hacía ahora?. 

Pues nada, ya escondido y esperando que llegaran, volví a repasar, pero ya mi propia inseguridad, me generaba más inseguridad y claro el texto no salía pues cada vez que iba a decir una palabra, a mi cabeza venían  mil dudas que me hacían olvidar lo que tenía que decir.

Poco a poco el texto fue saliendo pero de una forma volátil, sin peso alguno.




CRÓNICAS DE "LOS CUENTACUENTOS TEATRALIZADOS DE ANDERSEN". DÍA 22

 

Siempre he dicho que el teatro es curativo. Tiene el poder de hacer que el espectador por unos minutos se olvide de sus problemas diarios, desconecte y sea feliz. 

Bueno eso también lo consigue la música, el cine, la cultura en general y hasta el fútbol y esa es la razón principal por la que estudié teatro para poder ser esa herramienta que ayude a las personas a olvidar sus penas.

Pero el jueves 22 de diciembre el 2022, ese efecto se revirtió, pues fui yo el que hacia teatro, el que tras acabar el segundo pase había olvidado por un momento mi realidad pues desconecté del mundo. Llamé a casa para informar que iba más tarde a cenar y dije que estaba muy contento y que como dice el villancico : " Fuera las penas viva la alegría".

Eso sí, es curativo pero no milagroso, porque su efecto renovador tampoco me duró muchas horas, pues a lo largo de la noche tuve que volver a la realidad.

Pues ese jueves se hicieron por el centro de Málaga 2 pases de Los cuentacuentos teatralizados de Andersen y estas son las crónicas post de 2 pases analgésicos.



1.- Ensayo, ensayo general y estreno a la vez = a inseguridad extrema: 


"En el último minuto estaba en plena y absoluta dualidad, por un lado, deseando salir y disfrutar de este personaje como lo hice la Navidad pasada en el jardín "La Cónsula" en Churriana y por otro mi cabeza estaba en todo menos en la actuación, no recordaba nada, así que salí un pelín inseguro, la colocación del público, hacía que me vieran salir de mi escondite, perdiéndose así el efecto sorpresa y el aplauso tan poco animoso con el que me recibieron tampoco ayudaron mucho. 

De hecho cuando me paré frente a todos y debía empezar a hablar sentí un poco de ansiedad. 

Era un grupo más o menos amplio pero con muchos más adultos que niños, y muy repartidos.

Cuando, con la autoridad ridícula del emperador,  pedí por señas más aplausos empezaron a motivarse  y todo funcionó mucho mejor. 

Pese a la colocación y la inseguridad, conseguí respetar casi todo lo que hice en Churriana; forma de andar, posición del personaje, juegos, movimientos, poses, pegar con los talones cada vez que me detenía etc. Debo ser sincero y decir, que quedó mucho menos limpio y vistoso que en Churriana, pero hay que aclarar que estábamos en una adaptación de dicha actuación y no en una repetición, pues ni el lugar, ni la hora, ni el sitio fueron ni parecidos. 

Por ejemplo. Ya era de noche, no llevaba gafas, por tanto no veía prácticamente nada, así que me perdí muchas reacciones de los presentes.

Este  es un personaje de teatro infantil,  autoritario, egocéntrico, seguro, superior, así que cualquier duda, titubeo, error o repetición, no podría justificarse con el personaje, sería un error garrafal y los niños que son súper sinceros lo notarían. Eso me hizo aumentar mi inseguridad e ir con ella constantemente, no creo que los peques la notaran pero yo sí. 

Los he mirado a la cara, les he hablado, en un momento que tienen que imitar unos movimientos propuestos por mí, he improvisado un poco, por cierto, he visto a algunos repitiendo y dándolo todo y a otros que no hicieron ni el más mínimo esfuerzo por moverse.

Ha habido risas, muchos comentarios por parte de las madres y algunos pequeños. El último párrafo que me gusta decirlo a mucha velocidad, ha funcionado sin ninguna traba.

Pero yo estaba nervioso de hecho dije. " Hilos de cera" y no seda, pero no le di importancia pues con lo inseguro que estaba...

Creo que se ha cumplido el objetivo de hacer que los niños se diviertan y no entendieran el monólogo como algo aburrido, pues ha habido muy buen rollo. Hemos conectado, se han reído un montón de las tonterías y la ridiculez del emperador. Cuando he abierto la capa se han reído todos muchísimo, pero yo  no he disfrutado pues me he estado juzgando y analizando en cada palabra, gesto o movimiento. No me he dejado llevar porque estaba autodirigiéndome mientras actuaba y eso nunca debe pasar.

Al acabar no sentía nada más que nervios e inseguridad." 





2.- Bocata de pan duro:


"Este pase fue como un bocadillo con salmón noruego, caviar ruso y jamón 5 jotas pero con el pan duro.

Es decir, lo del centro, lo que es el pase o mi actuación, fue maravilloso, puedo asegurar al 100% y creo que no me equivoco que el personaje ha gustado realmente, o sea, el relleno estupendo, pero lo de fuera, el principio y el final un desastre.

Digo lo de que fue perfecto, porque cuando el emperador pidió más aplausos por señas, el público se vino arriba oyéndose grandes aplausos y hasta gritos de: "Bravo". 

Llegué frente a ellos y en vez de empezar a hablar paré unos segundos, gesticulé y empecé. Esa presentación  les ha encantado, y han comentado muchísimo y de forma divertida cada vez que repetía, para demostrar mi ego, "yo, yo, yo...". 

Los juegos donde imitaban mis gestos han sido todo un éxito, pues tanto pequeños como mayores los repitieron. 

Los adultos con bastante lentitud pues les costaba pillarlo. Eso ha dado lugar a  crear muchas bromas, hice algunas, pero no todas las que vinieron a mi mente, porque no quise alejarme mucho del texto. 

En primer lugar porque a Edu no le gusta y en segundo porque tardar más minutos de los previstos sería negativo para los compañeros.

Pese a ello, improvisé, bromeé y jugué, porque este pase fue un juego. 

No estaba yo actor y frente a mí los demás, el público, sino que éramos todos un todo. Un grupo de amigos en sintonía, con un mismo código de diversión y ganas de pasarlo bien. Un todos a una. He visto a las niñas reír a carcajada limpias.

De hecho me concentré menos en respetar, poses, gestos o posiciones para ir más a la reacción. De hecho me salté una frase esencial que luego pude colocar con total normalidad.

Pero como dije antes, el principio no fue el esperado. Mi compañera no me presentó exultante, ni pidió aplausos y mi aparición fue un tanto sosa y seca. Lo arreglé pronto pidiendo yo los aplausos. Era algo solucionable. 

Pero el final no lo  pude solucionar. Cuando el emperador enseña "su nuevo traje" al público, este rompió en risas, comentarios y aplausos y es entonces cuando la anfitriona debía comentar una cosa que hace que el emperador realice su divertida y y acelerada salida, pero esta se quedó callada. Todo fue silencio, comenzó a hacerme preguntas, yo tuve que improvisar y toda la euforia que había se transformó en lentitud.

Fue una pena pues el pase fue in crescendo de una forma vertiginosa, para llegar al punto máximo del clímax y ahí en vez de estallar, cayó empicado a un limbo, lento y neutro.

El éxito del pase se ha debido además de a un público maravilloso y entregado, a que en el tiempo entre pase y pase en vez de descansar, lo he empleado en repasar casi 5 veces el texto y ganar con ello en seguridad, conseguir la voz original mucho más solemne y engolada y así salir a escena con un peso y una templanza pasmosa. 

Ahm y decir que tuve que improvisar mi lugar de actuación.

Mira que la plaza era grande, pues el público se  colocó de tal forma que había unas 6 o 7 niñas, un pasillo y tras ellas y el resto. 

Si actuaba delante de las niñas no podría moverme pues delante había una higuera y si me ponía frente a los adultos taparía a las niñas. Así que actué en el pasillo mirando a un lado y otro."






FOTOS OFICIALES DE " LOS CUENTACUENTOS TEATRALIZADOS DE ANDERSEN".

 

Pues si habéis llegado leyendo hasta aquí, recordadme que os debo una cerveza, pues vaya si habéis leído, es que esa tarde me pasaron muchas cosas y quería compartirlas todas.

Pero  para no perder la costumbre las crónica de un trabajo de Eventos con historia, acaban, como he dicho ya mil veces, con las fotos oficiales y estas son las de Los cuentacuentos teatralizados de Andersen del jueves 22 de diciembre del 2022. 












miércoles, 21 de diciembre de 2022

EL MIÉRCOLES DE LOS IMPREVISTOS: PROFESIONALES, PERSONALES, NAVIDEÑOS Y HASTA METEOROLÓGICO.

 

Un año más, Eventos con historia realizaría sus cuenta cuentos dedicados a Hans Christian Andersen. Esta vez se llamaban Cuenta cuentos teatralizados de Andersen y tendrían lugar los días jueves 22 y viernes 23 de diciembre del 2022. Se harían 2 pases por día, uno a las 19:00 y otro a las 19:30 horas y tendrían lugar por el centro de Málaga.

En esta ocasión Eduardo no había contado conmigo, pero tampoco pasaba nada, uno no puede estar en todas partes, además ya había currado lo suficiente con Edu.

Pero el miércoles 21 de diciembre del 2022, el mismo día que entraba el invierno, fue abrir los ojos, sobre las 10:20 h. coger el móvil e iluminarse la pantalla con el numero de Eduardo Nieto. Yo estaba medio sopa, pude no cogerlo y llamarlo en otro momento cuando estuviera más espabilado, pero como no esperaba su llamada lo cogí.

Estaba acelerado, me decía que el compañero que iba hacer del emperador en el cuento de El traje del emperador, por causas mayores, personales y urgentes, no podía trabajar en esos días y necesitaban a alguien. 

Reglón seguido me pedía el favor de que lo hiciera yo. Tenía solo un día para organizarlo todo, era muy precipitado y con ello me quitaba 2 de las pocas tardes libres que iba a tener esa Navidad, pero era algo muy gordo y  tanto sentimentalmente como moralmente no podía dejar a Edu en la estacada. Sin dudar un segundo le dije que sí.

Aunque le advertí que el jueves 22 debido a mis clases llegaría muy justo de tiempo. Me respondió que no había problemas, que se adaptarían a mi horario  y que sobre las15:00 vendría a casa a traerme el vestuario del compañero. Antes de terminar le pedí que me mandara el guion.

A penas colgué, empecé a recapacitar, pues hasta ahora había sido un poco autómata, aún en la cama bicheé mis correos y encontré el texto. 

Este personaje nunca me atrajo especialmente, lo había realizado en casi 4 versiones distintas, pero esta en concreto era un monólogo que representé en diciembre del año pasado en el parque El Retiro de Churriana Málaga. 

Abrí el texto, lo leí y confirmé mis sospechas, ese personaje no me gustaba mucho, me pareció duro, no me acordaba prácticamente de absolutamente nada.

Pues mientras hacía la cama, recogía el dormitorio, me aseaba y me espabilaba, vagamente recordé que habían algunos videos de los ensayos o para coger imágenes para redes sociales de dicho personaje. Decidí buscarlos, los tenía, los vi y  ¡¡¡¡ Eureka!!! De pronto mi mente se llenó de luz y claridad.

Aquello ya era un reto profesional que me motivaba un montón. Yo no pensaba adaptar el vestuario del compañero a mi cuerpo, me quedara como me quedara, ni salir ahí a soltar el texto, mejor o peor. No iba a salvar a Edu de cualquier forma e irme, eso iría contra mi profesionalidad. 

Si lo hacía lo hacía bien, el público no tenía que notar si lo había hecho en horas o en mil ensayos.  Deseaba volver a levantar en menos de 33 horas de la nada, ese personaje ridículo, egocéntrico, excéntrico, lleno de gestos, de juegos, de andares extraños que creé para Churriana, quería recuperarlo porque así era una joya que me encantaba representar.  

Así que me puse manos a la obra. Escribí rápidamente a María José, para decirle que no quería el vestuario de mi compañero, le dejé claro cual necesitaba, luego vi el video una vez, me leí el texto 2 veces  y a falta de unas frases que se me atravesaban, antes del desayuno, ya estaba, en mi dormitorio, haciendo un pase con movimientos y texto sin papel en el mano.

No solo estaba el interés profesional sino personal, porque a parte de la buena acción que esto presentaba, formaría parte del programa oficial del  Ayuntamiento de Málaga para la Navidad 2022/23 y eso me motivaba un montón.

Si Edu me dio la noticia recién levantado, el vestuario me lo trajo a casa, después de despertar de la siesta. Serian las 17:00 horas y ¿ Por qué tan lejos de lo previsto? Os preguntareis, pues porque esa mañana nos fuimos, sin programarlo previamente,  mis padres y yo a ver el Belén de La Mosca y después a comer al Palo, con una sorprendente e inesperada temperatura primaveral, por tanto a las 15:00 horas no estábamos. 

Recuerdo como negociaba, por teléfono, el vestuario a la orilla del mar o como ya en casa, decidí junto a él que piezas usaría, dentro de las que él me ofrecía. Esta vez llevaría una capa color mostaza en sustitución de la blanca.

Aunque hice algún que otro repaso más del texto, especialmente antes de acostarme y mientras me duchaba, no tuve mucho tiempo porque nos fuimos de "zambonbá" y tampoco mucho interés, pues fue una tarde "raruna" e imprevista, que a nivel personal, que descolocó todo un poco.