viernes, 13 de septiembre de 2024

LAS LLAGAS NO, EL MILAGRO DE SAN FRANCISCO.

 

Estaba en escena, desde el principio de la pieza, mimando una acción. Cuando la Vanidad ( Luisa ) se dirigió a mí, me volví y comencé mi texto. Mi boca se abrió y el texto salió solo, con una voz firme, seria, segura, limpia y clara.

No había ni miedos, ni nervios, de pronto habian desaparecido. Es más, cuando el Mundo ( Miguel), se saltó una intervención de la Vanidad. Ella y yo, gracias a Dios, enlazamos con la frase que dijo el Mundo y seguimos hacía adelante, obviando el error. Menos mal, sino se podría haber liado.

La obra fue pasando, y yo fui ganando seguridad y peso, todo iba ocurriendo con fluidez. Era la parte más lúdica y divertida de la pieza, donde interactuábamos con el mayor número de compañeros y todo pasó con el tono necesario. Miguel, Luisa y yo abandonamos la escena con aplausos.

La primera parte había acabado. 

Mi vuelta al escenario fue breve, segundos. Volvía para 2 monólogos. Era la primera vez que los decía en voz alta  y frente al público tal y como los había preparado y pensado en casa, pues hasta ese día nunca lo conseguí.

Eso sí, entre un monologo y otro, había una intervención de la Muerte, que tardó horrores en salir, pues más tardó en llegar a escena y  más en hablar. Tiempo que me dejó solo y sin texto que decir.

De nuevo salía fuera.  Me escapé al vestuario, a la silla donde tenía todas mis cosas puestas y recogí mi guion, necesitaba ver qué me tocaba en cada momento. Todo estaba controlado, pero justo antes de salir, tuve que volverme y preguntar a Inma qué tenía que decir pues mi mente estaba en blanco.

Y comenzó la parte más crítica, la más complicada para mí, esa que hacía que estuviera todo el tiempo sin salir del escenario y  llevando el devenir de la pieza.

Con San Agustín ( Miguel) estuve siempre en escucha activa a lo que me decía, dejando mi cabeza volar a la acción de la escena y no pensando en todo momento en lo que iba a venir. Era la primera vez que pasaba. 

Y llegó el momento crítico, ese donde cuando repasaba en casa, me confundía, es más, la mayoría de las veces, la saltaba  y me iba al final de la pieza. ¿ Y si me pasaba ahora?, la que podía liar era chica.

Yo debía llamar a la Humildad y la Pobreza ( Ángeles y Marta) para que me cantaran. Previamente miré al lugar de donde salían los actores, para ver que ambas estaban preparadas y asegurar que ese era el momento exacto de llamarlas, pero no las veía.

Yo lo hice, pero no salían. ¿Me había equivocado? No, fue simplemente que regiduría no las llamó a tiempo. ¡¡¡ UFFF !!! Menos mal.

La relación con Junispero ( Luismi) fue preciosa, reflejaba una amistad y compañerismo real.

Me quedé solo de nuevo, otro monólogo más, que de nuevo fluyó por mi boca, sin nervios, sin dudas, con seguridad y según lo planeado. Esa noche estaba siendo mágica por algún motivo.

¿ Como podía sentirme tan bien, tan seguro y con tanta presencia?.

De hecho una de las asistentes me dijo al acabar: " ¿ Pero como te creces tanto en escena? Si ere igual de bajito que yo ¿Cómo te puedes hacer tan grande?".

La escena con Santo Domingo ( Juanjo) fue toda sentimiento, dulzura, cariño y serenidad, creo que fue un fiel reflejo del que ambos nos tenemos.

Una salida más, breve pero muy lucida, que de nuevo no entendía cómo me había salido tan clara.

Cuando abandoné de nuevo la escena me fui diciéndome: " Lolo lo has conseguido, ya lo que queda son, el éxtasis y la lucha y ambas escenas aceptan trabarse o repetir, con lo cual, prueba superada lo que queda es pan comido".

Eso sí, para la siguiente escena debía quitarme toda la ropa y quedarme solo con el paño de pureza. Pues fue entrar en el vestuario quitarme la ropa y el paño se me cayó.

Debía volver a escena en un par de minutos y allí estaba yo en slips y todas mirando a mi alrededor. Hasta que de pronto entró Luisa de escena y grité: " Luisa esto se me ha caído".

A ella no le importó, ni que venía de escena, ni que iba a volver en breve, se olvidó de la actriz, de la Vanidad y se convirtió en la Luisa de años atrás que vestía a las modelos. 

Le pegó un tirón al nudo del paño de pureza, me lo quitó. ¡¡¡ Me dejó en slips y en un minuto tenía que salir!!!. Pues en ese minuto volvió a hacer el nudo, fuerte, me arregló el paño, ocultando los slips.

¡¡¡¡ GRACIAS LUISA ERES GRANDE!!!.

Comenzaba el extasis.

Debo decir que iba sin ropa, exagerando la respiración y gimiendo. Por problema logísticos, tardaron en taparme el pecho más de lo esperado y de respirar así, hipreventilé y comencé a marearme.

Pero me gustó mucho esa parte. Fue un reto personal,  exponer mi intimidad: Gemidos, casi sin ropa, extasis...Creo que gustó pues hubo mucho silencio.

La lucha salió según lo montado minutos antes por Miguel y un servidor. 

Eso sí al final hubo un poco de lio, pues se hizo el silencio cuando no se debía. Resultado: que me moví antes de lo previsto.

Pero vaya ese pequeño detalle no puede enturbiar esa noche llena de serenidad, compañerismo, unión, limpieza, fluidez, vida, disfrute y triunfo. Y sobre todo SEGURIDAD Y SATISFACCIÓN.


Crónica de Auto de las llagas de San Francisco

Vélez Málaga, viernes 13 de septiembre de 2024




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