Ayer, lunes 10 de octubre del 2016, nos volvimos a reunir en mi casa para
ensayar y seguir currando en la Lola, pero ayer eramos muchos.

Concretamente fuimos 500. Desde el principio habíamos 498, estos eramos Alba, sus 496 virus y yo.
Los otros dos eran dos elefantes enormes llamados Cansancio y Agotamiento.Estos llegaron más tarde y se posaron primero sobre Alba y luego sobre mí.
Pero ella pese llevar el elefante a sus espaldas y los virus en sus venas, no paraba de crear y ensayar.
Es más, cuando propuso acabar y marcharse, yo le dije de hacer un repaso rápido de todo lo que llevábamos montado y sin muchas ganas por su parte así lo hicimos.
Pero se fue animando más y más, se quitó a Cansancio de sus hombros y empezó a
crear, a montar cosas nuevas y yo muy sutil y amable, le solicité que
acabáramos el ensayo.
Es decir, cerré mi guión y le dije literalmente: " niña se acabó,
que te vayas ya a tu casa de una vez." Pilló la sutileza y recogió.

Había sido un día duro para ella, mocos, clases y ensayo y también para mi reunión, clases y ensayo.
Pero pese a que cada vez me encontraba más cansado, yo no quería dejar de montar.
Había ganas de dejar la pieza lista y comenzar ya a darle vida.
Nos quedaron solamente tres escenas por montar. Íbamos a quedar hoy, 11 de octubre del 2016, pero a Alba le han ganado la batalla los virus.
Me encanta, creo que vamos muy bien de ritmo. Alba lo tiene en su cabeza todo muy claro: qué quiere, qué busca y qué espera de cada frase, cada chiste y cada movimiento.
Pero a veces a mi me cuesta llegar justo al punto exacto que ella me pide.
Pero jefa seguiré trabajando.
Además ayer pese a tenerlo todo claro, aceptó negociar una
acción. Gracias jefa.
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