"¿Y tú has visto a mi amigo Santiago?, ¿Y tú has visto a mi amigo Santiago?, ¿ Y tú
has visto a mi amigo Santiago?" Pregunta mi Alba una y otra vez o al menos eso es lo que oigo desde mi rincón
"secreto", o sea, el hueco
entre dos estanterías, de la librería Rayuela, donde hoy sábado, 29 de octubre
del 2016, hacemos un cuenta-cuentos para Médicos
sin frontera.
Alba, ya está en escena, intentando conseguir público, no hay
muchos niños, pero parece que están
llegando,bastantes, a última hora y mi Alba está organizando todo para empezar.
Mientras, yo, espero, rodeado del vestuario que debo llevar durante la pieza, a que empecemos.
Uy, vamos a empezar. Voy a dejar el móvil. Estoy tranquilo, pero ahora, de pronto, temo que
se me vaya a ir un poco el texto.

Son las doce y cinco y esto ha empezado, así que, dejó de escribir.
Ahora estoy frente al circo romano, hemos acabado el pase en Rayuela y el segundo pase es aquí, junto a la carpa
montada por Médicos sin Frontera. Esta es una copia de las que usan en sus campos de
trabajo.


De hecho la
exposición me ha servido para coger conciencia y meterme, más, en la historia del
cuenta-cuentos y mis personajes.

Ya que os he hablado del primer pase os voy a contar como ha
ido.
Como sabéis estaba escribiendo en el blog cuando ha comenzado el primer pase y me has
pillado muy frío pero, como sabía que controlaba no tenía problema, excepto por la dicción y hasta se me ha ido una, pero he estado
tranquilo en todo momento.

De hecho en el personaje de médico, aquí hago cuatro personajes, el pájaro, el médico, el padre y el maestro. Bueno pues en el medico he improvisado y jugado con los niños, pero en el resto de personajes he estado más comedido, más metido en mi papel, en el texto y en no salirme. La verdad, que tampoco tenía mucho espacio para moverme, pero creo que ha ido bien, me he sentido bien pero precipitado.
Por cierto, desde las nueve y media de la mañana, hemos estado en Rayuela, preparando todo y haciendo entre Marta, Santiago y un servidor, una especie de barca, con cajas de cartón, precinto y globos y aparte de estar muy bien tratado por la propietaria de Rayuela, que nos ha tratado como a reyes, gracias, hemos trabajando en equipo, muy bien, sin nervios, sin presión, con risas y mucho compañerismo. Luego hemos hecho varios repaso del texto y eso, si ha sido más pesado. Pero mientras lo hacía me dedicaba a ver los libros y cotillear. No entiendo por qué me gusta tan poco leer, pero me gusta tanto un libro y una librería.
Entre pase y pase, hemos estado en Calle Alcazabilla,
esperando y cada uno ha ido a su ritmo, yo me he despegado del resto y aquí en
la sombra de unos árboles estoy esperando para empezar, tranquilo y estando
conmigo mismo.
Tras montar todo, para el segundo pase y quedando muy poco para empezar, me siento un poco más seco y hasta desganado, espero animarme.
Me cansa, un poco, ciertos comportamientos y me ponen un poco nervioso.
Así que no lo pienso
más y a relajar.
Y se hizo el segundo pase, Este ha sido más vivo, más
bonito, pero creo que ha faltado juego, se podría haber jugado mucho más el
cuenta-cuento, la relación con los niños, la relación entre personajes etc. Ha
quedado muy bien, pero debió ser una fiesta, pero donde manda patrón no
manda....
Yo he empezado un poco tenso, pero he ido relajando a medida
que la pieza avanzaba, incluso he metido nuevos movimientos y nueva interacción
con los niños, pero bueno, no cuento más, solo decir que no he acabado contento... pero bueno...
Lo he pasado muy bien, al final, repartiendo globos por Calle
Alcazabilla, globos que me iba dando Santiago.
Para acabar hemos recibido un detalle de Médicos sin
Frontera y un almuerzo, al que no he podido asistir, pero gracias a todos los
voluntarios, muy amables y muy pendientes a nosotros en todo momento, pero sobre
todo GRACIAS a Médicos sin Frontera, por
la labor que hacéis.
Paparruchas.
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