ASI FUE LA ULTIMA PARTY DE KARPIS.

Ayer, viernes 7 de octubre del 2016,  se redimió para siempre, decidió quedarse con el ángel, vio la luz, la eternidad y abandonó su vida de libertinaje y siguió el buen camino.

Aunque llevaba redimiéndose desde julio y los espectadores que vieron el show pensaran que Karpis,Alvin Karpis, enemigou públicou númerou unou de los Estados Unidous de América, como a él le gustaba presentarse, se había redimido en el pase que ellos fueron, pues no, era una mentirijilla.

 

En cada pase Alvin era redimido, pero ya sabéis la cabrá tira al monte y siempre volvía a las andadas, volvía a la mala vida, ni Amalia Heredia, ni James bolwes, ni Manuel Agustín Heredia pudieron convencerlo, pero ayer quien lo consiguió definitivamente fue Eduardo Ocon, este compositor malagueño, le indicó el camino de la luz y de manos del ángel entró en la capilla, se cerraron las puertas para siempre y ya Alvin Karpis nunca más las volverá a cruzar.

La última que estuvo con él fue el ángel (Laura) que se despidió de él, dándole/ dándome una apretón en la mano con la que íbamos cogidos.

Por tanto, ayer,  Alvin vivió su última fiesta o party junto a sus chicas, Nancy y Paty.

Aunque llevamos haciendo esa escena desde julio y concretamente hemos realizado 13 fiestas, siempre iguales, en el teatro nunca es igual, se vive siempre la emoción del directo, ya que, en el teatro siempre puede pasar algo que lo cambie todo y ayer, viernes 7 de octubre del 2016, pasó.

Ya sabíamos que el automóvil en el que íbamos a entrar tenía problemas de baterías y que se estaba haciendo todo lo posible para solucionarlo, pero cuando nos tocó salir, el coche dijo que andará otro.

Por tanto, todo lo que había organizado se tuvo que cambiar. A mí me hacía ilusión entrar al cementerio, por última vez, montando en el coche, pero no pasa nada con buenas profesionales y mejores compañeras, todo es fácil. En un segundo organizamos e hicimos nuestra entrada.

Íbamos caminando y aunque no fue tan espectacular, fue tan grandiosa como siempre.

Tuve mi maldad de "cómico viejo" como decía mi gran profesor Federico Cassini. Como a las chicas le costaba andar por el camino empedrado del cementerio y lo sabía, cuando estábamos llegando, me adelanté, sabiendo que no me podían seguir y así entré en escena el primero y evité ese jaleo excesivo que no me gusta, que me hace esforzarme, perder el personaje y liar un poco todo.

Cuando ya estábamos los tres empezó la escena. Es muy corta, por tanto, hay poco que decir. Las chicas estaban impresionante y cuando ellas hablan yo me apartó para verlas y disfrutarlas.

Quizá puedo decir que me sentí muy a gusto, controlé cuerpo, voz, cara, tonos, movimientos etc. Pero quizá me faltó torpeza en el texto, de nuevo creo que hice bien el español mal hablado, pero me faltó la inseguridad de quien no sabe expresarse en otro idioma, lo vi como muy seguro.

Además el primer encuentro con el público fue un poco frío y me separé un poco de ellos, no queriendo molestar, no los vi muy receptivo, mal, fallo mío, porque al final me di cuenta de que querían cachondeo y no se los di, debido a esa primera impresión equivocada.

Pero si vi mirada de jovencitas asustadas cuando me acercaba a ellas, otros que reían tímidamente y demás.

Yo salí a disfrutarlo, de hecho hubo un momento que pensé que iba demasiado despacio, pero tampoco me preocupé, era el último día y con perdón, ese pase era para mí y mis compañeros.

Con Javi, Eduardo Ocon, pues perfecto, se adapta a todo y responde muy bien a todo lo que recibe, pero hay tanta confianza entre ambos y es tan cachondo, que a veces me cuesta mirarlo a los ojos, porque sé que nos arriesgamos a ponernos a reír.

La salida de Karpis fue despedida con aplausos pero más fríos que otra vez.

Yo me quedo con ese apretón de mano de Laura y mi satisfacción, quizá no acabé feliz y orgulloso del trabajo de ayer pero si muy satisfecho porque cumplí con el objetivo y a lo largo de estas fiestas he conseguido controlar yo a Karpis y no él a mí.