Hoy, 7 de septiembre del 2017, hemos puesto el punto y final
a las representaciones de La historia jamás contada. Este espectáculo, se ha
estrenado este año y tengo la esperanza de que volverá el próximo verano.

Como ya sabéis cuando llego al final de algo, pierdo el
interés y la concentración y lo hago por hacer, eso está mal, lo sé, pero ya he contado, muchas veces, que me pasa y que lo hago siempre.

Quiero aclara que no hablo de la historia, ni de mis compañeros, ni de nada. Solo hablo del personaje. Ahora mientras escribo esto, pienso que Jorge es un
bombón, pero yo no he sabido quererlo y mira que lo he pasado bien.
Bueno, pues hoy hemos hecho cuatro pases. Con cuatro tipo de público distinto y no sé cuál era el mejor. Si hay días que sales al cien por cien y el público
te mata, hoy ha sido al revés, he salido muerto y el público me lo ha dado
todo.
Me han recibido, en los cuatro pases, con tanto cariño que les
he dado todo al máximo. Y puedo decir que creo que hoy han sido cuatro pases buenísimos
y entre ellos el mejor de todo el verano.
He acabado sin melancolía alguna, pero luego nos hemos
quedado Samu (fotógrafo) y los actores Dani, David, Úrsula, Rebeca, Juampe y un
servidor, para hacernos algunas fotos de grupo y ha sido muy bonito, todos con
nuestros personajes, por primera vez todos juntos, cansados, pero muy cómplices y con algo de pena por
abandonar a nuestros personajes.
1.- BUEN COMIENZO:
Andaba yo muy regulero, sin ganas de actuar, pensando en mis
cosas, sin el más mínimo interés de ponerme a
hacer de Loring y en ese momento oigo a Rebeca llamarme. Me pongo en
pié, cojo el reloj con la mano y salgo, directo, del sofá a la balconada.

Ya desde el balcón oí risas del público, algo que
normalmente no pasa, y entonces comprendí que estos ya estaban entregados.

El discurso empezó bien: con aplauso y olé espontáneos, pero
Rebeca con su broma los cortó.
La primera broma, del
discurso, ha funcionado magistralmente la segunda muy regular.
A la señora que cojo para que haga de anfitriona conmigo ha
disfrutado mucho, bueno ella y toda su familia.
La desesperación me ha gustado sobre todo cuando al volver
la gente ha empezado a consolarme.
El final también ha estado muy natural, pero le he echado la
bronca a una niña pero la llamé niño, menudo observador.
Debo decir que he acabado hecho una piltrafa: el nuevo
pañuelo se me había salido y al no llevar cinturón, la camisa se me salió
por detrás.
El grupo era reducido, muy atento y con ganas, por cierto,
había dos chicos de mi gimnasio y una mujer con un bebé que comenzó a llorar y
lo sacó del pase. Muy bien hecho.
2.- TOS, VECINOS Y UN PUBLICO ENTRAÑABLE:
Este pase ha sido especial, la mayoría pertenecían a una
asociación y las monitoras, que acompañaban a los chicos de la asociación, no
paraban de mirarme y aprobar todo lo que yo les iba diciendo. A algunos de
ellos, yo, los notaba un poco perdidos.


Por cierto a la niña elegida para la bronca final, que iba
con su madre, no le ha hecho mucha gracia y la notaba que me miraba muy seria.

Aplausos y olé durante el discurso, hoy el discurso
funciona.
En la desesperación la gente estaba muy atenta y respondía a
mis intervenciones. Eso me encanta.
Pero el hecho de la garganta, las toses frágiles y una
vecina que en cuanto me vio e hice la broma de los saludos, no paraba de hablar
en alto diciéndome "hola" y que si yo no la conocía, me hicieron
desconcentrarme y decir palabras mal o repetir trozos de textos para aclarar.
Durante el paso de una habitación a otra, si pude aprovechar
mi libertad, para saludar, más cariñosamente y de forma más cercano a los
miembros de dicha asociación.
3.-UNO MÁS Y TEMIENDO POR LA VOZ:
Temiendo por mi garganta y tras el susto del pase anterior,
inicié este pase justificando mi " posible tos “y por ello al llegar al
salón le dije a Rebeca: " Señorita Beatriz, esta tos no me deja tranquilo,
sigue ahí. Tengo la garganta fatal" y ella que es una monstrua, ha
improvisado de lujo echándole la culpa al tiempo. Al acabar los pases me dijo,
que pensó que estaría mal de la garganta y que lo quise justificar así. Olé,
tal cual. ¡Qué buen equipo hacemos!
Era un grupo, de nuevo, muy reducido pero cargado de niños.
Eso sí todos muy educados, estuvieron todo el rato sentados en el suelo de los
salones. Durante el discurso estaban un poco aburridos, durante mi
desesperación, un poco callados, al acabar la desesperación, si estuve hablando
con ellos y en el final con el hada y la bronca que les eché no paraban de
reír.

Las bromas muy bien, pero en la segunda broma, del discurso,
muchos de los asistentes eran un poco más "pijillos" y no las han
aceptado muy bien, en cambio había un chaval más de barrio que la ha aceptado
de lujo.
De mi interactuación con Rebeca no tengo nada que decir,
solo que ha sido perfecta. Hoy es que estamos los dos sembrados.
La desesperación muy bien, he sabido entrar muy rápido y de
forma muy natural. Esta ha provocado muchas risas. Aunque al principio me costó
empezar porque los chavales no paraban de hablar.
El final muy bien, los chicos han recibido mi bronca con
risas. El único problema era que el banco, donde acabo, estaba ocupado y los
ocupantes no pillaban que se tenían que levantar.
Ha sido un pase bueno, donde la garganta no me ha fallado
mucho solo alguna tos, pero que no ha sobresalido mucho, ni para bueno, ni para
malo. Uno más
Eso sí había algún que otro cofrade que conozco de vista.
4.- UN ADIÓS CON MUCHOS HOMBRES:
Sobre el último pase de esta noche, de este verano del 2017 y de
La historia jamás contada, lo escribo, ahora en casa, recién llegado del jardín. Después de una charlita con mi madre y de guardar todo el vestuario y atrezo del
señor Loring me dispongo a escribir. El sr. Loring ha vuelto a un cajón hasta nueva orden.
Recostado estaba en el sofá y con la cabeza echada sobre el
espaldar, casi cerrando los ojos. No estaba cansado, la verdad, tampoco tenía
sueño, pero es cierto que estaba así, cuando oí a Rebeca decir eso de:"Señor, señor". Creo que en este pase ha sido cuando más veces lo ha
repetido de todo el verano, entre otras cosas porque, conscientemente, tardé mucho en levantarme
del sofá, comprobé que todo estaba en orden y fue entonces cuando me asomé a la balconada. Empezaba
el cuarto pase y el ultimo del verano 2017.
La primera intervención estuvo de lujo, yo no suelo mirar al
público, solo a Rebeca, pero noté un público muy entregado. Casi todo el mundo
miraba para arriba, pero eso sí había poquita gente. Salí muy contento de esa primera
intervención.

Ovación para Rebeca, cosa que yo aproveché para ponerme
delante de ella y agenciarme de sus aplausos. A partir de ahí le gusté al publico y ya no hemos parado de
jugar e improvisar. Durante toda la escena ella ha continuado asomada a
la ventana y me ha dado mucho juego y diversión al publico .


Saqué a una señora para que hiciera de anfitriona conmigo y
luego me enteré que era la madre del Gran Dani.

Me han hecho jugar con el personaje e improvisar, hoy Jorge Loring
ha sido un poco Don Rafael Echevarría y eso para mí es lo máximo.
El final muy bien, un poco atropellado, pero bueno, los niños
han recibido mi bronca con muchas risas y eso es lo importante. El momento de ir
a por el sombrero ha estado genial.
Creo, es mí parecer, pero me parece que no me equivoco, que este ha sido el mejor pase de la noche, el mejor pase de Jorge Loring y el mejor pase de La historia
jamás contada. Yo no estaba cansado al contrario, cada parte, cada momento me
notaba más eufórico y más arriba.
Ya digo unos jueves de verano, para mí, muy irregulares pero que han acabado con un BROCHE DE ORO Y BRILLANTES.
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