Acabo de poner las velas en el Museo Loringiano. Hoy Un paseo por el tiempo, se despide de su temporada 2017 y da un poco, o un mucho, de pena.
Este espectáculo lleva ya 5 años en cartel, 3 años tal cual
está ahora y dos conmigo, con lo cual, todo indica que este año puede ser
último, así que, da penita.
Hoy, miércoles 6 de septiembre del 2017, puede ser un día más, pero me ha entrado mi vena dramática, quiero que todo sea melancólico y una especie de recordatorio
El viaje ha sido rápido y también extraño, estaba carente de
emoción, de la emoción veraniega que siempre me acompañaba. Era todo raro, tristón.
Aunque el viaje ha sido como siempre, también ha sido muy original porque, previo a iniciar nuestro camino hasta el Botánico, hemos pasado por la casa de mi sobrina para que, ella, nos saludara desde su ventana y luego hemos emprendido el viaje.
Quería empaparme de todo y he dejado el móvil a un lado.
He
estado mirado por las ventanas, percibiendo el sol de otoño, la caída de la
tarde, la chica del Ptv, que vende en la puerta del Mercadona del barrio, me llamó la atención, porque ya lleva muchos meses allí, las casas de Ciudad Jardín que son todas iguales pero
distintas, la gran urbanización que van a hacer en el antiguo Citesa, hasta en
el azul de la fachada de la tienda del Málaga me he fijado. Y a todas estas cosas le iba sacando
un comentario, por tanto, ha sido un viaje muy distendido.
Pero también, iba recordando el verano, los viajes en bus, a
mi amigo Antonio y su vuelta, el proyecto que negué, las tardes con María, a mi
amigo Luis, etc. O sea, todo los temas que de una u otra manera ocupaban mi cabeza
durante esos viajes de verano.
A las 19:50 y tras ir detrás de muchos ciclistas, Don Rafael
llegaba, por última vez en este verano, en coche, a su finca.
Eres un soñador, me encantas!!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho esta entrada.