Pues como
anuncié en entradas anteriores El viaje de Don Quijote volvía a la carga y Juan
Luna volvía a hacer de Quijote. Qué alegría más grande, con él no hace falta hablar, nos entendemos a la
perfección.
Pero por muy bien que nos entendamos, llevamos sin tocar el
texto y los personajes desde antes del verano, así que, una cita previa antes
de la actuación, nunca vienen mal. Yo quería hacerla, pero es que Juan ,también,
me la pidió.
Y por tanto, el jueves 14 de septiembre del 2017, a las 19,00 horas,
quedamos en mi casa para dicho ensayo.
Además de repasar texto, teníamos que organizar el show. Veréis
dicho show esta montado y previsto para que dure 60 minutos, pero en este pase
nos pedían solo 45 o 50 por tanto había que recortar 10 minutos.
Yo había pensado poco, o mejor dicho, muy poco en los
recortes y me dije, “Ya que entre Juan y yo hay tan buen rollo, porque no
decidir entre los dos que quitar y que poner. Dejar aquello que más nos guste
hacer y quitar lo que nos aburra.”
Así se lo dije a Juan y ambos convenimos en hacer la
primera parte de la pieza, que son 30 minutos tal cual es y de la segunda, que
es la más pesada, para el publico y para nosotros, dejar solo 10 y hacer un
gran recorte, los otros 5 minutos los guardábamos para imprevistos.
Ambos estabamos de acuerdo y tras la negociación, empezamos
el repaso de texto de la pieza completa pero siguiendo los recortes. En 20
minutos estaba todo dicho y repasado. Parecía que hacía un día que no tocábamos
el texto y como digo, hacía más de tres meses. Yo llevo ya casi cuatro años con
el texto y me lo sé de memoria, pero Juan, me confesó que no lo había repasado
desde la última vez, así que, nuestro encuentro fue milagroso, porque en poco
más de media hora estaba todo organizado y repasado.
Qué gusto es trabajar con actores así, que te responden y lo
hacen todo fácil. No te hacen realizar
miles de ensayos y perder miles de horas. Es que un actor que viene con los
deberes hechos de casa es un primor.
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