He llegado con tantas ganas de estar con los compis, ya que,
ayer no pude, que lo primero que he hecho al llegar a la finca ha sido saludar
a Úrsula que me la he encontrado en la puerta, coger mis cosas y subir a la
"Casa-palacio"a prepararlo todo y poder irme un buen rato con los
compis.
No contaba con eso, ya se me había olvidado, subí y la "Casa-palacio" estaba cerrada, así que, he llegado, he llamado al seguridad y me he sentado en
las escalera a esperar que abra.
Me he dedicado a disfrutar del sonido de los pájaros, de la
naturaleza, del atardecer, pero también del ruido de los coches que no paran de
pasar y del sudor, aquí hay humedad de la...
Hoy, jueves 7 de septiembre del 2017, he subido a la "Casa-palacio" por el atajo. Pero no me ha
dado nada de pena.
El año pasado, salí del jardín sin saber si volvería pero
desde ese septiembre del 2016, no he faltado un mes al jardín, por tanto, hoy no
llevo pena, estos caminos ya son caminos familiares, donde paso corriendo, vigilando a
niños, con chuches , o sea, mi camino de los cumpleaños. La finca sigue siendo mágica,
pero ya tiene menos secretos ya es casi mi hogar.
Pero la subida, en soledad, la he usado para pasear, observar, recrearme y no solo mirar los árboles y plantas, sino observarlos, sacar las
distintas alturas, los distintos tonos de verde. Ya digo, he vuelto a disfrutar de
un paseo por la misma. Lo único negativo ha sido el dolor de dedos que traigo por llevar
las perchas y la cantidad de mosquitos que han picado mis piernas.
Ya está aqui el seguridad entro a la "Casa-palacio" a montar.
Ya
estoy solo, en mi soledad.
Oigo al fondo, los gritos de Juanpe y Dani
que hacen su escena, que por cierto, hasta aplausos se han oído. Están triunfando. Normal
su papel es genial. El mío es más soso y hoy nada más y nada menos que cuatro pases.
Como tenía ganas de ver a los compis entré en la "Casa-palacio" y en
poco tiempo, puse la decoración que es muy poca.
¡Qué miedo! Vengo del salón de abajo de la "Casa-palacio". Nadie
me ha visto, menos mal, he bajado a dar oscuridad a
la sala y a encender las velas artificiales.Se me había olvidado.
Bueno, sigo, mientras ponía el atril, Rebeca me preguntó que
la palpara, por si tenía fiebre. Pero no era así. El atril me costó horrores
ponerlo. No sé, pero la tela, por ser el último día, se negaba a ponerse.
Y con la excusa de ayudar a Rebeca, a poner la velas de la
escalera. Me fui en busca de ella para hablar un rato y qué buen rato de
cotilleos y chismes nos hemos pegado. Como siempre, acabamos recordando viejos tiempos.
Subí a ordenar mi atrezo y vestuario, cuando recibí un WhatsApp
de Samu. A las 20:40 venía a la "Casa-palacio" para hacerlos fotos al
grupo. Nos pidió estar vestidos.
Así que, al carajo mi visita a los compi y en menos de 8
minutos, me maquillé y me vestí o me medio vestí, porque hoy se me olvidó el cinturón
y el botón del cuello de la camisa estaba roto y tuve que hacer un apaño con el
pañuelo.
Por cierto, Rebeca me pidió, de nuevo, el pañuelo de Jorge, para
tapar su boquete de la camisa. Yo le traje uno negro y me traje uno vino tinto para
mí. Hoy por ser el último día quería ir diferente. Lo probé con la ayuda de Dani
y gustó. Así que hoy estreno pañuelo.
Fui el primero en vestirme y al final, no hubo fotos. Así que
nada, me vine a mi soledad pero antes de iniciarla, tuve una conversación, maravillosa, con Rebeca. Ya las echaba de menos.
De nuevo unas fotos, habían cambiado todo mi previo. Por cierto, de la soledad tengo poco que contar. Como ya estaba vestido y maquillado, me tumbé en el sofá, cené y me relajé. No hice nada más. Bueno si, las fotos para el blog, que acabó con el móvil en el suelo....
Y cuantos tonos de verde vistes?
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