Lo que empezó como una cosa especial, para un hecho determinado, se ha convertido en una pieza de teatro que hemos representado cinco veces, en menos de un mes.
La última, por ahora, porque no sé, lo mismo nos salen más, tuvo lugar el domingo 18 de mayo de 2014, de nuevo en la Iglesia de San Felipe Neri, esta vez dentro del congreso de las ordenes de Servitas de toda Andalucia.
Tenía muchas ganas de volver a esa iglesia y hacer esa función, porque una semana antes, estaba en ese mismo lugar, cargado de nervios, porque era el estreno de Daños colaterales del amor, y ahora volvía allí, con todo el trabajo hecho, feliz y con ganas de hacer dicha función y disfrutarla.
Pero como he contado en la entrada anterior, debido a las malas noticias que recibimos nada más llegar, por el pago, bueno el NO pago, del trabajo realizado, la semana antes, me enfadé muchisimo, no tenía ninguna ganas de hacer la función y permanecí en silencio todo el tiempo previo, me sentía ultrajado, usado y maltratado y no quería hacer NADA.
Llegué al sitio donde íbamos a cambiarnos, me cambié y me senté en silencio, pronto comprobé que todos estábamos igual de enfadados, desganados y sin ningunas ganas de hacer la obra.
En los minutos previos, todos estábamos, sentados, hablando de nuestras cosas, nada de nervios, de concentración, ni de nada.
Salimos a actuar cuando nos tocó,pero lo que son las cosas, ha sido el mejor pase que nos ha salido de todas las representaciones, el ritmo fue como nunca , los diálogos fluyeron muy bien, la relación de los personajes estuvo muy bien definida y los momentos de tensión se notaron como nunca.
Actuamos en medio de la parroquia, delante de la Virgen de los Dolores, que se encontraba en el suelo, con la iglesia totalmente iluminada y el publico a nuestro alrededor, se creó por todo eso un entorno especial y todos, pese a las condiciones salimos muy contentos.
Vaya tela..que poca verguenza...
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