No tengo claro si esta entrada, sobre la burocracia previa a
crear Diantre Teatro y a clausurar Teloneatro, debo titularla: Capítulo 2
ó Capítulo 3 y no porque se me haya ido la
cabeza, sino porque como el otro día escribiendo, sobre el ensayo del domingo,
hablé también del tema burocrático, ya
no sé si debería denominar esta entrada como la 2 o la 3. Así que paso, os
dejo que ustedes decidáis que título vais a leer: Capitulo 2 o capítulo 3.
El meollo del asunto es que la pasada semana continué con
mis paseos burocráticos.
El jueves, 1 de marzo del 2018 y debido a temas personales,
me levanté muy temprano. Cuando acabé mis asuntos personales era pronto, aun no eran las diez, así que, me fui al gym.
De él salí antes de las once y por tanto, decidí realizar;
mi segunda visita burocrática a la Junta de Andalucía.
Lo cuento como si todo fuera una gran aventura, pero no fue
así, todo estaba programado y más que organizado desde la noche anterior. De
hecho en mi mochila del gym llevaba los papeles de la asociación.
Cuando salí del gym, como llevaba ropa mojada dentro de la
mochila, saqué la carpeta con los papeles y los llevaba en la mano, en la
mochila roja que aparece en la foto, pero vamos no sé si fue peor, porque como
diluviaba, la pobre carpeta iba más húmeda en la mochila pequeña que en la
grande.
Fui al gym para hacer deporte, pero no sé por qué lo hice,
porque si tuviera que titular esta segunda visita burocrática de alguna forma
sería: Una visita deportiva, puesto que
lo único que hice fue andar de un lugar a otro como una peonza.
Me fui, desde mi gym, que está cerca del Hospital Civil, al
trabajo de un amigo, cerca del parque Picasso. Iba con mi mochila, mi otra
mochila, mi paraguas, el móvil, las
llaves y mil cosas más y tuve que soltar todo eso para poder entrar al trabajo
de mi amigo, puesto que, son las normas de seguridad.
Cuando consigo pasar los controles, veo a mi amigo, pero está tan ocupado, que no nota
que yo estoy allí. Esperé unos dos minutos y decidí irme.
Me fui a la Junta de Andalucía
y subí al registro de asociaciones. Allí me recibió la misma funcionaria,
mayor, seria, pero amigable, de la otra vez.
En cuanto le presenté el papeleo y le recordé quien era yo,
me dijo: " Si ya te revisé la documentación la otra vez y te dije lo que
había que cambiar, lo has cambiado y has incorporado lo que te faltaba, ya no
hacía falta que vinieras más aquí. Vete directo a Delegación. ·" Así que
fui para nada, pero como la mujer es muy apañada, me los volvió a revisar todo.
Con respecto al tema de Teloneatro, también me revisó los
documentos que llevaba y me dijo que a uno de los papeles le faltaba
por rellenar la parte de atrás. Cuando le dio la vuelta y vio que no había nada relleno porque el papel no estaba impreso, me dijo, que me lo dio en dos hojas. Yo le dije que solo me dio eso y
ella aseguraba, una y otra vez, que me había dado dos hojas. Como yo no podía asegurarlo y ella,
aunque dijera que sí, tampoco, me dio lo que me faltaba.
Resumen, de nuevo hay que
empezar a rellenar, entregar, etc. Por tanto, ese trámite volvió a pararse.
Me fui a Delegación y
repetí unas normas de seguridad idénticas a las de antes. Pasado el férreo
control, me dispuse a ir al registro,
donde dieron entrada a toda mi documentación.
Por tanto, el trámite para la inscripción de Diantre Teatro, oficialmente, ha comenzado. Ya, quitando las quejas que nos presente Sevilla, sobre articulado y denominación, podemos decir que EXISTIMOS.
Eso sí aún, como mínimo, falta un capítulo más y será el
cuarto: dedicado a Hacienda, porque será el paso siguiente y necesario para que Diantre
Teatro pueda ejercer actividades económicas, legales y remuneradas.
La celebración del nacimiento de Diantre, la celebré con mi
amigo Diego, desayunando, en un bar cercano a Delegación.
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