lunes, 19 de octubre de 2020

CRÓNICAS DEL ESTRENO DE "LA MÁLAGA DULCE".


Esto que vais a leer hoy, trata sobre el estreno de la visita teatralizada llamada La Málaga dulce, que tuvo lugar el sábado 22 de Agosto de 2020 en el Cementerio de San Miguel, está escrito el viernes 28 de agosto del 2020, o sea, el día anterior  a la segunda y última función de esta pieza.

Empecé a escribir esto, justo después de haber hecho un repaso del monólogo, así recordaba todo para la actuación del día siguiente y llegué a  esta conclusión : El texto me había salido muy fluido, mucho más real que antes ,estaba lleno de muchos matices y de entonaciones, este parecía una conversación real, llena de bloques sentidos, de manera que cambiaba mi forma de hablar de acuerdo a lo que iba contando y esto me hizo ver que el día del estreno fui más monótono, marqué un solo ritmo que usé a lo largo de toda la noche. 

Como estaba muy preocupado por  hacer el acento de Granada, llegué a un tono donde me salía bien y me acomodé en este a lo largo de todos los pases, perdiendo con ello frescura y naturalidad. Esta vez me salió más  natural. 

A esta conclusión llegué 7 días después de la actuación, ya que disponía de dos versiones del personaje  y podía comparar. Por tanto, aunque ahora leáis que fue muy bien, quiero que sepáis que la sombra de la monotonía lo cubrió todo. 

Bueno y ahora os dejo mis impresiones sobre los 4 pases de estreno:



1.-Estreno con niños e impactos:



Antes de empezar había calentado el personaje, había ensayado toda mi gestualidad, había marcado bien los movimientos, los enlaces del texto, etc. Empezaba con una cuchara de madera en las manos y  batiendo chocolate líquido en un cuenco, de espalda al público, luego me volvía y sorprendido los veía, pues estaba yo ahí, con todo preparado muy concienciado y lo primero que me llevé fueron tres grandes impactos, dos en forma de sorpresas y otro de cañonazo. 

Cómo digo, estaba muy concentrado, y de pronto oígo como la anfitriona se dirige al público con un tono infantil y acto seguido oígo como un grupo de niños le responde. ¡¡Otra vez un personaje preparado para adultos se enfrenta a un público infantil!!!. ¿ Ya hay que cambiar el tono de todo? ¡¡Y encima un día de estreno!! ¡¡¡En el primer pase, con un personaje poco ensayado y con poco atractivo infantil‼ Empezábamos bien y la cosa no mejoró. 

En Eventos con historia se le da mucha importancia, durante los ensayos, a los pie que te hacen para iniciar tu actuación. Yo sinceramente no suelo prestarle mucha atención a eso, pero esta vez si se lo hice, como no oía el pie, pues no empezaba y fue entonces cuando mi compañera empezó a gritar el nombre de mi profesión y a animar a los niños para que lo hicieran también, como en un espectáculo infantil, rompiendo así todo lo que yo tenía marcado. 

No entendí nunca por qué se hizo eso y menos sin mi permiso, pero no me corté, al contrario, guardé silencio, respiré y seguí haciéndolo todo tal cual lo tenía previsto. ¡¡Pero vaya inicio‼. 

La cosa no mejoró mucho, porque el siguiente impacto vino en forma de cristales y piedras que unos "jóvenes civilizados" arrojaron desde la calle. La organización del evento lo solucionó de lujo y yo casi ni me enteré.

Llevaba todo el día pensando en el acento granaíno, quería que me saliera bien, lo repasaba constantemente y había compañeros que me decían que lo usaba hasta en mi forma de hablar habitual. Pensaba tanto en él, que este pase, como había ensayado poco, fue más una presentación del acento que del personaje y un asegurarme que podía hacerlo, más que un disfrutar de la actuación. 

Pues bien, debo contaros que cuando mi personaje dice, como al minuto de empezar el monólogo, que es de Granada, oí a una chica del público decir algo así como :"Veis lo que yo os dije que era de Granada", como dando a entender que había reconocido el acento, así que no salió muy mal, digo yo. 

Pese a todo, creo que salió muy bien, bueno al menos a mí me gustó mucho la verdad, porque la gente estaba muy enganchada. Creo que se entendió el mensaje y los asistentes interactuaron conmigo. Los niños al final conectaron muy bien con mi personaje, aunque no era para niños, pues en todo momento contestaron y reaccionaron. 

Yo hacía un juego, donde se me olvidaba una frase que intentaba recordar, y quedó bien, pues gustó bastante. 

Conseguí crear un buen ambiente, yo quería dar más y ser más sinvergüenza pero el público infantil me cortó, aún no tenía suficiente seguridad para enfrenterme a ellos y fue un poco marcado y no muy real.

Pero al acabar me llevé una grata sorpresa, pues se me acercó una persona con su hijo. Persona a la que quiero dedicar unas palabras desde aquí, porque es un señor que siempre viene a vernos, siempre está pendiente a lo que hago y siempre me piropea. Esta vez me dijo :" Tío vales para todo porque lo mismo te metes en una cosa que en otra y sin dificultad. Hoy te has puesto un acento de Granada y sin problema, todo te viene bien". ¡¡¡GRACIAS!!!.



2.- Seriedad y jardín:



Este era el pase que yo esperaba con más  ansias, era el que quería hacer de verdad, ya había calentado el acento, ya lo controlaba todo, así que mi idea para este pase era, dejarme llevar y disfrutar, pero para nada fue así, el público era mucho más serio que el anterior, fue un público muy recto, muy concentrado. Yo los miraba pero no enganchaba con la mirada de ninguno de ellos. 

Al llevar mascarilla no ves la boca de las personas pero creo que nadie sonrió. 

En resumen. El pase fue mucho mejor, mucho más cuadrado, pero yo me sentí mucho más desanimado porque creo que en ningún momento conseguí conectar con ellos, además en algunos momentos me sentí un poco automata, como que estaba haciendo lo que había que hacer pero sin sentirlo.

Lo bueno fue que  quería tener una relación con la anfitriona, como colofón a mi actuación y sin querer, ni plantearlo previamente, salió.

Cómo mi personaje daba mucha información sin mucho orden, decidí presentarlo como un hombre campechano, pero muy charlatán y un poco desordenado en sus ideas. 

Entonces pensé que estaría gracioso que el final de mi monólogo se diera porque la anfitriona hiciera algún gesto para indicar que me estaba pasando y tras una pequeña discusión con esta y pedir perdón, concluir. 

Debido a la "nueva normalidad" no pude hablar con mis compañeras y contárselo, pero pese a ello, cuando iba acercándome al final miré a la infitriona, que era Carmen, esta me hizo un gesto, le respondí y sin querer, de forma totalmente imprevista e improvisada hicimos lo que yo había pensado. ¡¡¡Qué guay!!!. 

Y una vez más al acabar el pase alguien se acercó a hablar conmigo esta vez fue una niña, que muy amablemente me preguntó si yo era el dueño del Jardín Botánico, que la semana anterior estuvo viéndonos y pensaron que yo era el mismo actor del otro día. 

La verdad que me hizo mucha ilusión, me felicitaron por ambos trabajos y me dijeron que no les parecía el mismo, por el acento y eso, pero luego vieron algunos gestos que le hicieron pensar que sí, y de ahí la pregunta. ¡¡ME ENCANTÓ!!. 



3.-Caro y la estabilidad:


En este pase venía como anfitriona nada más y nada menos que Caro y ella es un peso pesado, es decir, es un hueso duro de roer. Esta chica es puro arte y desde que inicia su caminar con el público les inyecta unas dosis de energía y buen rollo que hacen que este llegue a ti muy animado y muy arriba, por tanto es in público exigente. 

Si el personaje que te toca representar es triste, no hay problema, porque el público se adapta a lo que le estas ofreciendo, pero si el personaje es cómico o alegre, las personas vienen ya con un nivel de comicidad tan alto que te la juegas. 

Estos grupos son la retroalimentación perfecta, con ellos te das cuenta si has hecho un personaje divertido de verdad o si tu personaje no tiene ninguna gracia. 

Si lo es, enganchas rápidamente con ellos y mantienes el nivel festivo que traen, pero si no mantienes el nivel es porque tu personaje no es gracioso, estas aburriendo al público y el arte de Caro te ha comido por goleada, por tanto, este pase era complicado para mí. Además Caro fue una de mis profes en el acento "granaino" creo que la que más me ayudó y  enfrentarme a ella también era un reto para mi.

Lo empecé muy bien y creo que el público enganchó, los mantuve alegres y entretenidos, es más, con el juego del olvido oí alguna que otra risa, hubo interactuación con ellos, vamos que la cosa marchó bien. Pero eso sí, solo bien, creo que no aumenté el nivel de fiesta, fue un pase divertido, pero no una gran juerga. Aunque a mi favor debo decir que tampoco les reduje la alegría, es decir, que no aburrí, así que al menos mantuve a la gente contenta.

Para mi este fue el del asentamiento, en este pase tomé conciencia de que ya estaba todo controlado, ya dominaba el texto, el acento, los movimientos, la forma física y psíquica del personaje y que desde ahora podía empezar a pasarlo bien, a jugarlo y a disfrutar. Este aunque estuvo bien, no logré disfrutarlo, pero si me sirvió para  tomar conciencia. 

Por cierto, debo decir que este pase lo concluí, también, como deseaba, esto es, hablando y jugando con la anfitriona, pese a que no lo habíamos pactado.



4.- Crisis, juego y risas:



Este terminó, también, con el juego entre un servidor y la anfitriona y de nuevo no lo había planificado. Es más con esta ocasión el diálogo fue hasta "larguillo". 


El pase fue muy cuadrado y divertido, pero antes de empezar entré en crisis. El acento iba marchando muy bien, pero cuando estaba a punto de empezar este pase, lo calenté un poco y no me salía, pero nada de nada, de nada y claro me asusté, en cambio fue darme la vuelta, empezar a hablar y salir todo perfecto. 

Me lo pasé tan bien, empecé a disfrutarlo tanto que se puede decir que en este pase fui el Rafael Echevarría del Albaicin, pues controlé la situación, el grupo y dejé al personaje campar a sus anchas durante la representación. 

Es más solté hasta una broma improvisada muy digna de don Rafael. Había un momento de la actuación donde mi personaje hacía una pregunta cuya respuesta era, “Cristóbal Colón” y el chico que me respondió solo me dijo  Cristóbal y mi personaje soltó una de esas bromas bordes, pero graciosas, que levantó una carcajada general. 

El grupo venía caliente, así que fue fácil dejarse llevar y continuar la fiesta. Estaban muy atentos, jugamos, se dejaron llevar. Vamos que me lo pasé muy bien y lo disfruté. 

Fue un buen broche final, que se remató con otra nueva visita. Acabado el pase se me acercó, una señora, la madre de María José, la jefa, y me dijo que tenía mucho arte. Yo le di las gracias mil veces y ella me respondió que de gracias nada que de verdad tenía arte. Y Javi que iba con ella me dijo que había sido un cachondeo que fue muy divertido y ese, esta vez, era mi fin. 









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