viernes, 6 de noviembre de 2020

CRONICA DEL ESTRENO DE "ALHAURÍN MÁGICO".


Podría empezar esta entrada de muchas formas pero creo que me tengo que remitir a Rebeca, puesto que ella aparte de ser la que conquistó al público, en el estreno de ayer,  jueves 27 de agosto del 2020, de la pieza Alhaurín Mágico, fue la protagonista de todo, del ensayo, de la función, de la recogida... Lo pasó bomba, vamos era una niña chica en un parque de atracciones. Su buen rollo nos lo trasladó a todos, pero especialmente me quedo con 3 frases que dijo, que resumen muy bien, mi sentir y creo que el de Dani y el de todos los que hicimos esa noche posible.


" Me da igual que la pieza dure más de lo previsto. Pensé que íbamos mal de tiempo porque íbamos rápido, pero no tengo ningún problema  en acabar más  tarde. Me da igual no descansar entre pase y pase."

"Venga chicos vamos por el siguiente. ¡Venga que empezamos!, ¡ Qué ganas. Joder!"

" Tío, ¿ Ya hemos acabado? Pues yo ahora,  haría dos o tres pases más. Me da igual, haría los que hicieran falta." 

Es que Rebeca, anoche, se lo pasó muy bien. Bueno creo que el pueblo de Alhaurín de la Torre,  Dani y yo y todos los que estábamos allí  también lo pasábamos muy bien. Ahora os relato las crónicas de los dos pases que hicimos:




1.- Pase de estreno:




"Tal como dice el título de esta crónica fue el estreno, y como estreno que fue no se puede decir otra cosa. Un estreno siempre es un estreno y los nervios, la inseguridad y la falta de control se nota.

El pase salió muy bien, pues  se cumplieron los plazos de actuación de cada actor, ocurrió todo lo que estaba establecido y  tal  cual estaba previsto que ocurriera. No fallaron las luces, no falló el sonido, los encuentros  entre los personajes fueron perfectos y sobre todo lo que era más peligroso, no falló ni la maquina de humo, ni la música. Sé que en un estreno esas cosas no deben ser preocupantes, puesto que se supone que todo eso ya se ha trabajado y asentado en los ensayos, pero os recuerdo que nos dejaron sin el ensayo general, que nos lo suspendieron, asi que todo estaba muy claro y planificado en nuestras cabezas, pero lo difícil era que todo saliera bien en la práctica y por suerte todo salió. 

Lo que sí noté al menos en mi personaje, ya que a los demás no los vi, fue un excesivo derroche de energía.

Derroche que no siempre es bueno, porque puede quedar exagerado o aturdir al público con tanto exceso. 

Otra cosa no muy positiva fue la oscuridad. Había algunas partes del jardín muy poco iluminadas y cuando actuaba en dichas zonas, no sabía si el público estaba viendo lo que ocurría y si todo estaba llegando a los espectadores. 

Mi primera aparición que era muy breve, en ella me asomaba a un lugar, veía la llegada del público y huía de él. Me asomé y estaba en total oscuridad, creo que no me vieron.

La segunda escena tampoco estaba muy iluminada, pero de pronto, un fogonazo de luz me dio en la cara, era un equipo de la televisión local que venía a grabarnos. Yo temía que la cámara y los cables pudieran despistar al público, pero a mí me vino de perilla, porque la cámara me encanta y actuar delante de ellos me motiva y además el foco que traían iluminó algunas partes donde la oscuridad era extremada.

Otro punto positivo fue que  me había montado un personaje con mucho atrezo, cambio de  utensilios, de sombreros, elementos externos etc. La verdad que no sabía si iban a cuadrar, pero todo salió  super bien.

Me produjo mucho vértigo, pero a la vez emoción y adrenalina, el riesgo de exponer directamente al publico aquello que había ensayado en casa, solo y frente al espejo del armario del dormitorio de mis padres. Era extraño porque eso que yo había montado en casa, ahora lo veía el publico directamente, pues quitando el video que envié a Dani y Rebeca, mi actuación no la había visto ningún compañero, ni director, ni nadie, solo yo y ahora lo veía el público y era una sensación chula pero rara.

Otra cosa que me preocupaba era el tiempo, no quería que el pase durara menos de los 45 minutos, que habíamos prometido, pero tampoco más, para que mis compis  pudieran descansar entre pase y pase.


Cada vez que no actuaba y me encontraba al jefe, Emilio, le preguntaba por la hora y el tiempo que llevábamos. Eso fue otra de las cosas que me hizo ir acelerado, porque tenía mucho texto y no quería robar tiempo a mis compañeros.

Al final hicimos 50 minutos.

En cuanto al personaje, creo que empecé un poco gritón e incluso algo seco con el público, es más, creo que pude caer mal, pues cuando el personaje de Dani se iba, yo decía que no quería quedarme con el grupo y lo hice muy duro y poco agradable. 

En la siguiente parte, si jugué mucho con la gente, estos estuvieron muy atentos, pero no tenía  ni un cuerpo, ni un personaje muy definido y algunas cosas las hacía Lolo. La parte didáctica, la tenía muy preparada y la hice muy bien, pero quizá no me fijé mucho en el público y no fui muy atrayente, entre otras cosas por el tema de la distancia y no acercarme a ellos. 

Las partes con Rebeca estuvieron muy bien, la otra donde el publico tenía que improvisar, este estuvo muy atento y jugó con nosotros y la final fue muy bonita. 

Pienso que a parte de la tensión normal de un estreno estaba el hecho de que en esta pieza yo era actor, casi director, responsable y organizador. Era el responsable de que el pase durara 45 minutos, que mis compañeros estuvieran contentos con el trabajo y que Emilio y María, nuestros jefes, quedaran satisfechos y vieran que cumplíamos lo pactado. Tenía tanta responsabilidad y cosas en la cabeza que quizá a la actuación no le di tanta importancia, pero quedó todo muy bien, y sobre todo tal y como yo lo tenía previsto y planeado."





2.- ¡¡¡ Este sí!!!, ¡¡¡¡ este sí!!!



Casi no nos dio tiempo a descansar puesto que cuando finalizó el primer pase vinieron unos niños a saludarnos y se hicieron unas fotos con nosotros. Después del acto promocional nos metimos en la sala donde nos habíamos cambiado, nos tomamos un poquito de agua y Emilio nos avisó que ibamos a empezar. 

Esta vez empezamos con ganas, ya habíamos estrenado, y ahora lo que nos quedaba era disfrutar, no había presión, ni tensión por el tiempo, puesto que al no haber otro pase después, podíamos ir tranquilos y relajados, además el pase anterior que fue un poco acelerado sobrepasó los 45 minutos, si  en este ibamos a ir más relajados, completábamos el tiempo pactado sí o sí. 

Ahora había que disfrutar y eso hicimos. De hecho antes de salir, Dani dijo la siguiente frase: “Ahora os vais a enterar porque me voy a recrear. "

Y eso hicimos todos, recrearnos.

No me concentré nada, es más, antes de mi primera aparición, esa en la que me asomaba y luego me iba, estuve hablando con Emilio, contándonos cotilleos, charlando de nuestras cosas etc. Hasta que oí que venía Dani, me metí en el papel y a actuar. Esta vez, como todo estaba tan oscuro, mi aparición la acompañé de palabras, onomatopeyas y gestos que me hicieron visible. 

La siguiente aparición, que muestra mi relación con Dani, fue mucho más interactiva con él y con el público y quedó muy graciosa, pues, oí muchas risas y comentarios. 
Esta vez estaba en la actuación, disfrutaba cada momento y eso se hacía notar, pues al yo saborear cada instante el público también lo hacía. De hecho cuando expreso mi deseo de no quedarme con el grupo, esta vez no fui seco, sino más bien, asustadizo, perezoso, caprichoso y la gente conectó conmigo al instante. De hecho la presentación del duende, que hacía con una pandereta, confetis de hoja secas, rimas y cuatro pasos de baile, lo hice tan metido en lo que hacía, que acabó con un sonoro aplauso del público. 

Después del aplauso me sentía aún más seguro pues ya sabía que ese público era agradecido  y que los tenía en el bolsillo. 

Esta vez el duende estuvo infinitamente mejor, llené el texto de matices, jugué mucho el personaje y las situacuones. 

Corporalmente estuvo casi perfecto, pues mantuve una posición constante del Arlequino de la Comedia del Arte, con cambios posturales muy curiosos. 
Su comportamiento fue mucho más infantil, mucho más agradable, mucho más cercano, mucho más simpático. De hecho cuando conté el problema de la historia, un problema amoroso que me hacía llorar, la gente empezó a comentar y a sonreir, en plan pobrecito. 

El publico fue genial. Mi personaje era muy materialista, solo pensaba en el trabajo y en cuidar su jardín, por ello, de vez en cuando se acordaba de alguna tarea que tenía pendiente de hacer y se iba dejando al público plantado. Cuando volvía se los encontraba sin querer, pues ya no se acordaba de ellos y bien se sorprendía o se  asustaba. 

Todo esto lo hice mucho más tranquilo que la otra vez, con expresiones mucho más claras y concretas, esto hizo que todos los reencuentros fueran recibidos por risas y comentarios. 

En el grupo había una mujer mayor que lo comentaba todo y a todo le daba solución y  a la que estuve respondiendo toda la noche. Era un público muy abierto, muy dado al cachondeo, yo le di marcha, pero debido a las normas de seguridad,  iba un poco asustado y no fui todo lo bullanguero que podría haber sido y que ellos demandaban. De hecho cuando llegó la parte más infantil de la pieza, jugaron como si tuvieran 8 años y qué lástima que por el virus, no pude dar más. 

La parte didáctica/cabaretera, quedó de lujo, más tranquilo y seguro  y con ello los hice disfrutar más, al juego inicial entraron de maravilla, al acabar la presentación de mi primera planta hubo risas, a la segunda un comentario que respondí y a la tercera una gran reacción. ¡Qué guay iba todo‼ 

El primer encuentro con Rebeca quedó muy bien, pues se entendió más que la otra vez y le coloqué al público súper bien. El segundo corporalmente quedó perfecto y el texto que fue improvisado, estuvo lleno de sentido y naturalidad. 

Después ya le tocaba actuar a mis compañeros, asi que ese tiempo libre, lo dediqué a sentarme tranquilo a descansar en el auditorio, a deambular por ahí, a recoger cosas y a esperar el final junto a Rebeca, mientras disfrutábamos a escondidas del arte de Dani. 

Esperaba que en la parte improvisada donde el público tenía que dar la clave final de la historia, ese público tan maravilloso lo diera todo, pero estuvieron muy callados y casi no dijeron nada.

Y acabamos con todo el encanto que el final tenía que tener y lo tuvo. La gente estuvo muy integrada y creo que se notó que los tres ya estábamos tranquilos, que ya habíamos llegado al final, que habíamos cumplido, que había salido bien  y que estamos contentos. 

Creo que el final fue nuestro regalo, lo disfrutamos un montón. 

En resumen que aunque con cositas fue una noche magica, explendida y llena de encanto. "












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