lunes, 7 de febrero de 2022

VIENEN LOS KILOS Y SE VA JOAQUIN.

 

Quería ir despacito al ensayo de hoy, lunes 7 de febrero del 2022, caminar tranquilo, disfrutando de la tarde casi primaveral y oyendo la canción de Exiliado en el lavabo, para ir así metiéndome poco a poco en el personaje y llegar al ensayo con el trabajo de preparación listo. Pero como salí tarde de casa, fui corriendo, la música no me sirvió de nada y llegué sin la atmosfera del personaje hecha.

Pensaba que el ensayo consistiría en ir cada uno a su espacio escénico y repetir varias veces el monólogo para coger seguridad en nuestras actuaciones, pero no, el ensayo consistió en hacer una especie de representación integra para el promotor.

No empecé con muy buen pie con él, pues cuanto llegué, Edu me llevó a conocerlo, nos lo encontramos en un pasillo y me presentó como: "Aquí está el actor que faltaba".

De sus palabras entendí que el muchacho esperó puntual en la puerta a que llegáramos todos, pero se cansaría de esperarme, pues llegué unos 7 minutos tarde y se fue a hacer sus cosas mientras yo llegaba. 

De pronto sentí una vergüenza horrible, ganada a pulso lo sé, pero me llené de vergüenza en cantidades industriales.

Yo quería asentar mi interpretación y le pedí a Edu libertad, para que en vez de ver de nuevo la visita, me dejara ir a mi lugar escénico a trabajar solo.

En un principio me dijo que no, pero luego lo convencí. Al igual que a María José que tras contarle lo que iba a hacer decidió seguir mis pasos e irse ella sola también a ensayar. 

Pero cometí un gran error. Cuando estábamos mi María José y yo pasando por la sala de los espejos, nos hicimos una foto para Instagram. Foto que nunca vio la luz, pues parecía enteramente una foca, una gran foca.

¿ Por qué ahora que estaba empezando a cuidarme me veo mucho más gordo y relleno?. 

En mi cabeza martilleaba el pensamiento de que mis compañeros estarían más pendiente en lo rechoncho que me había puesto que en mi interpretación. Como estaba con dicha cantinela no había forma humana de meterme en el personaje, pues tenía la cabeza en otra cosa. 

Hasta que llegué a esa conclusión no paré de buscar maneras para llegar a Joaquín. 

Primero me metí en el baño. Allí estaría totalmente solo, pero no,  pues una limpiadora discretamente controlaba mis pasos. 

"Perdona me voy a quedar aquí porque soy un actor y voy a..." Eso era lo que pegaba que le dijera pero como últimamente voy poco de "actor enrollado", fui a lo mío. Ella me rondó un ratín y luego también volvió a lo suyo.

Posteriormebte y como medida desesperada saqué los auriculares y empecé a oír la canción de Estopa y nada. La otra vez me metí solamente oyendo los primeros acordes, pero esta vez ya podría haber tenido al grupo a mi lado que no.

Me miraba al espejo y me veía haciendo poses, pero sin ninguna esencia interna, ni verdad. Empecé a dar vueltas por el baño como un león enjaulado buscando la inspiración pues mi interior estaba vacío. 

Al final cogí al toro por los cuernos y me fui a la cafetería, pedí el atrezo necesario e hice el monologo tal cual, como si el público estuviera presente.

Pues tampoco. ¿ Sabéis cuando me vino la inspiración? Pues cuando grabé un pequeño video del monólogo de donde sacar fotos para esta entrada y de pronto, plas, me llegó. Me salió hasta una nueva forma de hablar. 

Cuando me tocó hacer el monólogo, lo hice y logré meterme en el personaje, al principio un poco frío pero después quedó muy bien, eso que la llegada de un cliente a la cafetería no ayudó a concentrarme.

Acabé de actuar y  vinieron como 5 o 6 minutos de miedo e incertidumbre, pues vi peligrar mi personaje. 

El promotor empezó a decir que le había encantado pero que quizás era un poco duro y le parecía que lo mismo no encajaba. De un momento a otro estaba esperando que le pidiera a Edu  un nuevo texto con un personaje más lúdico. ¡¡¡ No por favor que horror!!!. Al final la sangre no llegó al río, Edu lo defendió a capa y espada, mis compañeros me felicitaron mucho y el personaje se quedó tal cual. 

Me fui contento por eso y a la vez un poco triste pues me hubiera gustado hacerlo todo más despacio, llegar a mi hora y haber disfrutado más de los compañeros.





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