Qué durita ha sido, hoy lunes 21 de agosto del 2017, la vuelta a la realidad y al trabajo en Cicatrices.

Como dije, en otras entradas del blog, no me gusta escribir de cosas intimas. Pues por ello me va a costar escribir las entradas dedicadas a Cicatrices de las cicatrices, porque vamos a sacar mucho de nosotros, de nuestras vidas, de nuestros éxitos y fracasos personales y eso duele, cuesta y no es digno de contar aquí, porque forma parte de nuestra intimidad y por no destripar ( ahora spoilet) la pieza.

Primero lo ha sido por la hora del ensayo... A las 9: 30 de la mañana me esperaba Salvi en Plaza mayor. Para eso pillé el tren de las 9:10, para cogerlo tuve que salir de casa a las 8: 50 y para ello tuve que levantarme a las 8:30. Si a eso le sumamos que me acosté sobre las 3:00 y que dormí en tramos de dos horas despertándome sobresaltado por si no oía el despertador. Me hizo ir al ensayo como un zombie.
Sabéis que odio madrugar y más si lo hacemos después de una semana de fiesta.



Debo decir que ambos ejercicios fueron fantásticos, en ellos conseguí hacer muchas cosas, pero no estaba al cien por cien y lo vuelvo a repetir. Fue pasar de las vacaciones al trabajo muy duramente. Estos ejercicios me exigían mucho y yo no estaba dispuesto ni física,ni psicológicamente a dar, pero pese a ello hice lo que pude, pero bueno. Muchas veces autodirigiendome y otras llevando la improvisación a mi terreno.
Sé que salieron cosas muy chulas, pero hoy me arrepiento porque podrían haber salido más y haber aprovechado la oportunidad de investigar, de actuar y de sacar más cosas pero no lo hice.
Esa oportunidad de jugar, se le presentan a muy pocos actores. Yo el otro día la tuve pero no me dejé llevar, no la aproveché al cien por cien.
Pero bueno no pasa nada, tengo deberes y el próximo día mucho más y mejor.
PD: Acabamos el día, una vez más, en la piscina y con una comilona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario