UN VIAJE CONTRA EL TIEMPO.

Hoy, miércoles 16 de agosto del 2017, mi viaje al Botánico no ha estado cargado de contra tiempos ehm, pero si ha sido una carrera contra el tiempo.

Un viaje que ha estado cargado de novedades. Mis padres están de viaje y por tanto, un personaje ilustre como Don Rafael Echevarria es obligado a ir en bus hasta su casa, lo mismo que mañana hará el marqués de la casa de Loring.

Ya estoy en el bus son las 19:28 pero llevo esperando desde las 19:04 a que venga el mio, En ese tiempo han venido dos "17" y un " 20".

He salido de casa a las 19 menos muy poco y como el jardín es mágico y no, no me canso de repetirlo, he salido de casa por segunda vez, sí he salido de casa dos veces, porque se me olvidó coger la cena, pues lo dicho he "resalido" de casa feliz, todo había salido muy bien, me había llegado un Whatsapp que no esperaba. Todo había salido según lo planeado, había almorzado en casa con el gran Jorge y me había llenado de energía chula, tanto él como sus juegos de cartas. Tras eso me había dado tiempo a recoger todo y escribí en el blog, así que, representando a la paz, salí hacia el bus.

Representaba la paz, porque llevaba la percha muy separada de mi y como hacía viento, iba la camisa blanca volando y parecía la bandera de la paz.

Bueno en el bus, bien, tranquilo, escribiendo y sin el aire muy fuerte, pero la espera ha sido horrible. No sé si luchaba contra el tiempo o contra el sudor. No había sombra en casi 100 metros. Todo era sol y calor. Mi ropa se empapaba por segundos. ¡Vamos un martirio chino.!

Quiero llegar antes de las 20:00, son las 19:36 y el bus esta llegando.

He llegado a la finca a las 19:49 o sea, le gané la carrera al tiempo.

Hoy hace humedad. Es un día para sudar, pero hace un viento agradable y ese viento me ha acompañado en el camino a pie hasta la finca. Eso y la versión de Alguien cantó de la película Pieles, ha sido un paseo perfecto. Vamos iba hasta cantando por la calle,algo que creo que algún que otro chaval que iba corriendo me ha pillado.

PD: Llegando al jardín estaba raro y no conocía la causa, pero luego caí, al ir andando, tenía el cuerpo de cumpleaños y no de visita teatralizada. Como se ve somos animales de costumbres.