Esa canción, Alguien cantó y su versión para la película Pieles me acompañó, durante todo mi viaje a pie al Botánico, pero también lo hizo durante el previo.
Hoy miércoles, 16 de agosto del 2017, llegué a las 19:49 y no empecé a montar el museo hasta las 20:00 horas. Durante esos diez minutos lo que hice fue: "Tatatachan" oír un monólogo de Ursula que me contaba sobre un trabajo que ha realizado, esta semana, en un chiringuito de la playa. Yo no podía reír más.
Con ese buen cuerpo y esa positvidad, subí al museo, acabé de escribir la entrada anterior y con eso cerré una etapa y empecé otra, la del previo. Otra etapa pero muy similar a la anterior, como dije me puse mis cascos y en estado de extasis monté las velas del museo, recogí el vestuario, monté mi camerino y hasta me maquillé.
Por cierto, el sitio para maquillarme es horrendo, parece el baño de un tren, pero es donde me he maquillado mejor. He tenido mejor luz que nunca, muy buena y el espejo era pequeño pero me veía muy cerca. Hoy he notado como la piel iba pillando el color del maquillaje.
Creo que me ha quedado un trabajo mu fino.
Son las 20:38 voy para el "baño-camerino-común" a ver a los compis y a hacer mi labor de vestidor de las chicas.
Pues nada, risas, charlas, cotilleos y asuntos laborales. Nada fuera de lo normal, hasta que Ursula va a vestirse y le falta la falda. A partir de ahí todo ha sido un caos, todos para arriba y para abajo, buscando la falda, buscando un sustituto etc. Ya digo un caos.
Como era el único que no estaba vestido, me han mandado abajo a la calle a la furgoneta de Rebeca a buscarla y ha sido una extraña sensación.
No me gusta estar fuera cuando debo estar dentro. Esto es; toda la finca estaba tan preciosa, la gente muy arreglada, con la emoción de ver algo que les va a gustar y yo ahí vestido de cutre futbolista entre la gente intentando no llamar la atención, para que luego no me reconocieran. Ha sido raro, cruzar el umbral.
Luego se ha roto un imperdible vamos que seguía el caos,
Tanto caos ha habido que yo me te ido a mi soledad con el pase ya empezado. Iba caminando por un atajo, mientras veía al publico y oía a Dani que no veas como proyecta.
Lo que empezó como un remanso de paz, ha acabado como el rosario de la Aurora.
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