La obra que vamos a representar se llama El burlador de Sevilla o también El convidado de piedra y en este caso el ensayo de esa tarde de domingo en el cementerio San Miguel, se podria llamar El ensayado de lujo.
Por fin un ensayo en condiciones, una interpretación como Dios manda, bueno a ver no nos emocionemos, ni que yo fuera María Guerrero. Quiero decir que dentro de las posibilidades de uno, fue un ensayo en condiciones.
Esto quiere decir, saliendo a disfrutar, a jugar, a probar, a relacionarme con los compañeros, a oir, a sentir el personaje etc.
Hasta ahora, lo único que había hecho era mirarme el ombligo, pensar en mí, en qué digo, cómo e intentar salvar el pellejo lo más dignamente posible, pero esa tarde no, para nada, esa tarde ensayé en condiciones.
Que quede claro que cuando hablo de buen o mal ensayo, hablo unica y exclusivamente de mí y nadie más que de mí.
Bueno se hicieron dos pases.
En el primero me dejé de tonterías y salí con ganas y fuerza.
Las escenas 1 y 2 ya me las sabía y las había hecho muchas veces, así que, ahora había que vivirlas y eso hice. Se creó una relación muy chula entre el criado y don Juan. Un poco de admiración y sumisión, por su parte hacía mí y de autoridad y compradeo de mí hacía él.
Luego venía el tomate, la 3, 4, 5 y 6. Ahí eran como nuevas, la primera vez que iba "seguro" y lo demostré. Tenía ganas e ilusión que es lo mejor, y además me dejé llevar.
Iba con mi poquito de reserva en cuanto a mis pies y a los de los demás, pero salí victorioso y me dejé llevar. Sobre todo con las chicas y en la escena de lucha con Alberto y Pachi. A esta salí muy seguro porque este último nos convocó, antes de comenzar el ensayo, para repasarla varias veces. Nos vino muy bien.
Y cuando en la escena 6, el final, estoy todo triunfador y seguro, digo una frase y me cayo, Miguel también, se hace silencio y Edu me dice:" Lolo habla", le respondo que no me toca y me dice que sí y lee texto.
¡¡Adiós!!. Se me había pasado que esa frase tenía dos partes, pero es que continué en silencio dos frases más. Se me había olvidado estudiarme 3 frases de la última escena. Otra vez me quedaba más por estudiar.
Pedí perdón, y en el descanso entre ensayo y ensayo las estudié.
Por cierto, en ese ensayo se hizo una relación de superioridad, al final de la pieza, de comendador sobre mí que me encantó y me vino de lujo para el personaje. Le pedí que la exagerara más. Ese final me encantó.
Bueno, tras ese primer ensayo, vino el segundo y en este me planteé que mi único fin era pasarlo bien y eso hice. Fue un ensayo maravilloso, lleno de matices y ganas de actuar el día 2.
Por cierto, el teatro todo lo cura, pero vaya ensayo más tétrico, ya se había adelantado la hora, se hizo de noche en mitad del ensayo, frio, humedad, bufanda, el cielo nublado. Menos mal que estaba actuando y no fui muy consciente de la llegada real del maldito otoño.
Málaga, domingo 27 de octubre de 2024.
Que empollon hio
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