Este año no quise participar en la gincana de Halloween del Jardín Botánico de Málaga, pero el destino quería que viviera una en estos días, y mi camino hacia la visita El convento abandonado fue una auténtica carrera de obstáculo.
Ya en teoría las cuentas no eran lógicas. Yo salía de trabajar a las 18:00 h del Puerto de la Torre, eso suponiendo que todas las madres eran puntuales y a las 19:00, 60 minutos después, comenzaba a 11 kms, el primer pase de El convento abandonado, según Google, 16 minutos en coche. Yo por primera vez, dudé de mi fiel amigo Google Maps.Debido a que era una noche importante para los niños, tuve muy poco alumnado, no pude dar la clase normal, jugamos a hacer pasajes del terror,así que acabé un poco antes y tuve suerte pues las madres fueron. puntuales, al igual que mis choferes, pues tenía el Kia de mi padre color gris en la puerta del cole.
Me despedí rápido de las compis y me monté en el coche. Por ahora todo iba bien, pero pronto empezaron los obstáculos y la gincana.
Desde aquí dar publica, publiquisimamente, gracias a mis padres que se quitaron horas de descanso y se metieron en un lío de circulación por llevarme al jardín.
Pero como digo pronto aparecieron los obstáculos. El primero el tamaño del coche y el problema idiomático.Por lo que se ve este es enorme porque el flujo de información de los ocupantes, mi mamá y yo, con el conductor, mi padre, no circulaba.
Él no sabía cómo ir de un sitio al otro. Nosotros se lo indicábamos, a la derecha, pero tiraba para la izquierda y así todo el camino. Parecíamos tres personas de distintos países hablando a la vez.
Esto suele pasar mucho, pero ese día cada segundo valía oro, porque no tenía mucho plazo de tiempo y porque, llevaba muchos días lloviendo y la cantidad de coches en la carretera era exagerado. Todas las carreteras estaban tremendamente colapsadas.
Pero tanto que a principio Avda. Carlos de Haya, pero muy al principio,estuve a punto de llamar al jardín, para informarles que se buscaran un plan alternativo porque yo, no llegaba.
Lo pasé realmente mal. Y todo se complicó cuando estuvimos a punto de meternos camino a Teatinos, o sea, dirección totalmente contraria a donde íbamos y con una caravana horrible.Los tramos de colas no paraban, pero se iban intercalando con momentos de circulación normal. Menos mal eso nos hacía robar minutos.
A ver que yo no empezaba a actuar hasta las 19:15 aprox. Pero para antes de las 19 queria llegar.
Mientras, a parte de respirar y relajar porque sino me iba a poner peor y no serviría para nada, me dediqué el camino a maquillarme y vestirme.
Pero vamos que íbamos tan lentos que hice la mitad del camino, vestido, me sentía el señor obispo.
Llegábamos y la circulación fue fluida.
Me pidieron que entrara por la puerta lateral del jardín, no por la principal, ya que al ir tan justo de tiempo, el público ya andaría por allí y no era plan de ver entrar al capellán, y que para adelantar me pidieron, que cuando estuviera cerca, avisara al seguridad para que me abriera.
Pero el hombre no pudo contestarme peor, si llega intentar contestarme mal, no le hubiera salido tan bien. Me dejó muerto y en silencio, porque ese día me dio por contar hasta 10 y no meterme en lío que sino...
Pues al final llegué, a tiempo.
Málaga, jueves 31 de octubre de 2024.
Que mala cara mas buena.
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