Estoy sentado, una madrugada más, frente al ordenador, acabo
de sentarme. Antes he estado recogiendo todas las cosas de la actuación de hoy
y sobre todo, me he lavado la cara para quitar todo el maquillaje de Don Rafael
y me he puesto a vaciar la mochila y a introducir todas las cosas para ir
mañana al gimnasio y mi sensación era de satisfacción.
Mi cabeza me decía: " Son las dos menos cuarto de la
madrugada vienes de trabajar, de hacer feliz a muchas personas, hoy la verdad
que pocas, no ha habido mucho publico, has oído risas, has oído comentarios, has visto caras de felicidad. Has sido, por un momento, el instrumento de felicidad de muchas personas y mañana
irás, como un mortal más, al gimnasio, pero con esa satisfacción de trabajar en
lo que te gusta y de hacer reír a la gente ¿Qué más puedes pedir?".
Así ha sido tal como lo cuento, pero esa sensación de
satisfacción no la he tenido a lo largo de la noche. Ha sido una noche rara.
Antes de venir a casa no he podido hablar mucho con los compañeros y en el
camino de vuelta, con Úrsula, tampoco he hablado mucho del tema porque era su
primera vez como ninfa. Íbamos hablando de eso y no hemos hecho el análisis, en común, de la noche que siempre hacemos. No sé cómo se han sentido ellos, pero yo hoy he
salido un poco, "pachín-pachan".
Esto es; contento pero tampoco para tirar cohetes.
Creo que hoy Don Rafael no ha venido, ya sabéis hay días que
viene y días que no. Pensareis que estoy loco, pero hoy, miércoles 30 de agosto
del 2017, antes de empezar no estaba yo muy dispuesto a cederle mi cuerpo y mi
voz y por ello, hoy creo que he sido yo haciendo de él, pero no era él.
Entonces me he notado el "estar haciendo de...Don
Rafael", he notado que el acento no fluía, que yo lo buscaba, aunque en
todos los pases ha habido chistes, bromas etc. sobre los vascos. Como el típico
"ostia tu" o gente que me imitaba dando a entender que yo era vasco,
o sea, que el acento ha llegado, pero yo hoy no lo notaba, sí notaba que
gritaba mucho, que forzaba los chistes y bromas, que no salían solos... no sé...
Esa es mi impresión. Ahora no sé cómo se habrá visto desde fuera, porque risas
y es lo que más espero con este personaje, ha habido muchas.
Pero por eso como ha sido una noche un poco... no hay nada
bueno ni malo que destacar, ha sido como dice el chiste: " una noche sin
frio ni calor, o sea, a cero grados" por eso está sin titulo o mejor dicho, sin nada que
destacar.
Tres pases hemos hecho hoy y todos con muy poco publico. Os dejo las crónicas de cada uno de ellos:
1.- DESGANADO:
Estaba en mis cosas y comenzó el pase. Me levanté, me dirigí
a mi palmera, de espalda al público y todo comenzó, ellos me saludaron antes de
tiempo y una vez más tuve que volverme antes y no pude empezar como a mí me
gusta. Solté el texto y no veía que las personas reaccionaran como normalmente
suelen hacerlo. Empecé a dudar si sería por mi culpa y creo que el acento vasco
empezó a salirme forzado y que Don Rafael no llegaba.
En mi segundo monólogo, noté que lo que realmente me
pasaba, estaba más fuera, en mis cosas personales, que dentro, con Don
Rafael enseñando su casa, pero es que la gente tenía un poco de cara de palo.
Durante todo el pase, había un grupo de mayores, dos o tres
parejas, que buscaban la broma y el cachondeo. Eso es lo que a mí me gusta
¿no?, pues sí, pero cuando el cachondeo está dentro de la historia, del
personaje y de lo que vendemos. No el cachondeo por cachondeo, de hecho no les
hacía caso, ni les seguía el rollo, porque querían y buscaban desmadrarse y
después me hubiera sido imposible controlar la situación. Es más dije: "
Me encantan las palmeras" y saltó el señor: " A mí me gusta más los dátiles".
Claro está lo ignoré. Ese chiste lo oí cada vez que hablaba de palmeras.
Hoy he notado el camino, muy oscuro, cuando me senté en mi
banco, estaba en total oscuridad y en la subida al mirador no se veía nada.
Era un público muy agradecido en el tema de las risas, lo reía
todo y mucho, pero no me seguían las bromas, las oían se reían y fin a otra
cosa. Las típicas bromas que funcionan siempre y que vienen en el texto no
funcionaron. De hecho cuando hablé de la arqueología que todos protestan nadie
protestó.
Las bromas de la época no las apoyaban, querían bromear con
la actualidad y yo por ahí no paso, había una señora que no paraba de hablarme
del picudo rojo que ataca a las palmeras y que a su prima se le han muerto no
sé cuántas palmeras y por más que yo le decía que no sabía de qué hablaba, ella
seguía erre que erre u otra que le tuve que confirmar que en la finca se
celebraban bodas porque no paraba de preguntar, no se metían en que yo estaba
en 1904, eso hace perder mucha vida al pase.
Yo hubo un momento que me aburrí durante el pase, pero oí a
algunas personas decir que yo iba muy rápido, pero a mí se me hacía lento y
espeso.
Tanto el pase como Don Rafael estaban espesos y desganados.
2.-RISAS Y UN JURADO SERIO:
Este grupo era muy simpático y estaba en todo momento de muy
buen rollo. Era un grupo, de nuevo, muy reducido.
Había una señora que empezó a comentar sobre mi apellido,
que era muy raro y muy propicio para que hicieran burla con él. Ella me dijo
que se llamaba Mayorga, esta iba con otra amiga llamada Reina pero que ella
decía en todo momento que era una reina. Con ambas he ido jugando y riendo en
todo el pase y ellas secundaban y me buscaban para seguir jugando.
Por cierto, Mayorga ha llegado muy cansada y casi asfixiada
al mirador, pero con nosotros venía una mujer mucho más mayor, del brazo de una
muchacha, entraditas en carnes que ha subido al mirador como toda una campeona,
por eso, por su cara de felicidad, por la dulzura con la que me miró cuando me
acerqué a ella y porque se parecía a mi abuela le dediqué un aplauso en cuanto
llegamos al mirador.
Había otro muchacho al que su chica llamaba "cari"
y ya eso me dio pie para jugar con él y su afición por hacerse fotos, todo el
pase. Al igual que un amigo que iba con él que iba muy separado de su esposa y
le obligué a llevarla del brazo como buen caballero.
Otra niña pequeña, muy graciosa llamada Carmen, me guió al
grupo, jugó en el mirador y me dijo que desde su coche siempre lo veía y le
dije que podía contar, ya, que conocía al dueño del mismo. Ella totalmente feliz
le preguntó a la madre si realmente podía contarlo.
Un chico que quería comprarme la finca por 50000 pesetas.
Ya digo un grupo muy simpático, muy metido en la historia,
con bromas de la época, muchas risas, aplausos al final. Ya digo agradecido y
buen público, que iba a disfrutar y eso han hecho.
Pero entre el grupo iba Adri mi compañera, adolescente, de
Lluvia fina, eso es un monstruo de la escena y claro, fue verla y me puse
nervioso, no la esperaba y claro, como el vasco me salía regular, me
desconcentré un poco, pero luego tuve una charla con ella, muy improvisada y
muy chula.
Al irme le besé la mano, ella sabe de teatro, pese a su edad
y es un genio, espero que le gustara y lo pasara bien, yo siempre que la miraba
la veía sonriente. Espero es un jurado experto y duro.
3.- ¡QUÉ PACIENCIA!:
Esta vez, no le echo la culpa al grupo, ni al público, ni a
nadie. En este pase no he sido yo el que he tenido paciencia, sino ellos, por
aguantarme, especialmente la amiga y el marido de una chica llamada Asunta.
No he parado de meterme con ellos en todo el pase, con la
amiga, porque en cuanto le dije que podía venir a mi casa cuando quisiera, ella
se auto invitó y quería quedarse a vivir y con el marido, porque empezó a decirme que venía de ver
a Doña Amalia Heredia y yo metido en el personaje y en 1904, a ella la tomé por una chica
con mucha cara y a él por un loco. Todo el rato he estado, bromeando con ellos y ellos
muertos de risas, creo que han sido los que han animado a todo el grupo. Por
cierto, en el mirador me pidieron una foto con ellos.
Luego venía muchas parejas jóvenes que también han
aceptado muy bien las bromas: como al chico que le pedí que abrazara a su novia
porque tenía frio, el otro chico que quería que le regalara una estatua etc.
Era un grupo animado y con ganas de pasarlo bien y yo les
iba dando juego, pero como notaba el vasco y lo digo ya por cuarta vez, muy
forzado a veces me avergonzaba seguir hablando, pero hubo muchos momentos en lo
que me dije: " Ellos quieren pasarlo bien, yo también y lo están pasando bien. ¿Qué
más da que seas más vasco o menos?". Pero en el grupo venía un chico a los
que yo doy clase de adultos y quería que me saliera todo perfecto, no solo por
la espontaneidad, sino por no perder el personaje en ningún momento y espero no
haberlo perdido.
Me obligaron a empezar antes de tiempo porque, una vez más,
me saludaron al llegar, me quedé un poco frío al ver que era un grupo tan
pequeño. Nueve o diez personas.
Entre ellos mi alumno. Empecé el monólogo y notaba poca
empatía conmigo, luego en el banco sentí que perdí el acento y la señora que se
sentó a mi lado pasaba de lo que yo contaba, la subida al mirador fue más
animada y luego ya todo se fue animando por momentos y ya las risas, los
comentarios y el propio publico buscándome la boca para que les dijera cosas, llenó
todo el pase. Pero ya digo Don Rafael...no
aparecía.
Fueron tan pacientes, que les dejé hacerse fotos en el mirador,
jugar en el banco de los secretos e ir a un paso lento.
Al final muy bien, todos muy contentos, pero hoy me he notado torpe en todas las despedidas. Además
en la broma de la arqueología, donde todos se ponen en mi contra, me ha salido
hoy fatal, todos estaban a mi favor.
Para acabar quiero recordar a un niño de unos once años, que me ha dicho que lo que más le había gustado de la casa era mi
mirador. ¡Qué lingo!
PD: También hemos visto un sapo escalando una roca y todo el
grupo se ha parado a verlo y a hacerle fotos.