jueves, 18 de octubre de 2018

PÁNICO EN EL BOTÁNICO.


Inseguridad, miedo, terror, ansiedad, angustia, cansancio, mal rollo, eso es lo que buscan todas las personas que van a celebrar Halloween al botánico, pues se podrían haber venido ayer, martes 16 de octubre del 2018, al primer paseo de pruebas que hicimos en el jardín.

Se suponía que íbamos al jardín para organizar, ver los caminos a seguir, las necesidades técnicas y poner en pie todo lo que habíamos creado, en papel, durante la cita anterior.

Llegué pronto a la reunión y me puse a esperar junto a la parada de bus, oyendo música y escribiendo en el blog. Minutos antes de la cita, emprendí mi camino hacia el jardín. El cielo estaba de tal forma que parecía que iba a caer el diluvio universal, pero como yo sabía a lo que iba a enfrentarme y me gustaba, no había problema.

En el camino me encontré a Soraya, la jefa, que me invitó a subir en su coche y nos fuimos juntos al jardín, la conversación hasta allí fue muy fluida.

Después, cuando durante el paseo de prueba, todo se me fue complicando por momentos, Soraya salía en mi defensa, es más, antes de empezar me hice una foto con Dani y se acercó muy dicharachera a posar con nosotros. Ayer me reí mucho con ella, me mimaba mucho y  cada vez que oiamos un ruido raro, nos mirábamos con cara de miedo.

LLegamos, yo presté mi traje a un compañero, esperamos la llegada de otro y una pequeña reunión de los miembros de admimistración. Tras esas dos esperas,  comenzamos el recorrido de prueba. Yo iba muy contento, pero el camino  fue como una verdadera pelicula de terror. Mi papel era el del chulo que va de valiente, que lo ve todo fácil y no ve el peligro, pero que al final es el primero en morir.

Pues ese fui yo, iba feliz, tenía mi personaje muy bien marcado, sabía sus acciones y  estas eran fáciles pero muy efectivas, hasta que de pronto todo se transformó.

Según lo previsto yo empezaba dando un portazo, que era la presentación de mi personaje y luego para el siguiente susto tenía que: ir de un lugar a otro del jardín, cruzar por una zona de arboleda desprovista de caminos, bajar un terraplen, correr campo a traves, subir otro terraplen, dar una vuelta a los baños y aparecer por el paseo de las palmeras corriendo y todo eso a oscuras y ahí empezó mi maldición.

Todo cambió a partir de ese momento. Un compañero decidió que mi personaje se debía modificar y lo transformó en tres.

Pero tres personajes con cambios de vestuarios incluidos, ya nada tenía que ver con la historia planteada. Todo lo que me gustaba desapareció y a mi personaje, bueno a mis tres personajes lo llenaron de acciones, apareciones y cambios. No puedo revelar nada, por el tema de las sorpresas, pero estoy en casi todo el trayecto junto al público,y para mi ultima aparición tengo que recorrer medio jardín. Yo estaba anodadado. Si en vez de ser la prueba el 16 de octubre, hubiera sido el 28 de diciembre lo hubiera entendido todo, pero así, solo podía ser una maldición de Halloween.

Ya al final incluso se hicieron bromas sobre la cantidad de acciones que tenía que realizar y en la de sitios que debía  estar.

Era normal todo el mundo se dio cuenta la carga de trabajo que me habían encasquetado y lo más bueno es que al final hasta me "aconsejaron" escribir un texto para hacerlo con un compañero.

Mis comentarios y mis "bromas" también se notaron y fue en ese momento donde me planté y dije que como la acción del portazo se hacía para presentar a mi personaje y este ya no existía que no quería hacerla y así me ahorraba la carrera campo a través y me lo aceptaron. ¡¡ MENOS MAL!!.

Eso sí nada tiene que ver el miedo de los padres de Caroline al verla dentro del televisor ni el del padre Lankester  al ver a la niña con la cabeza dando vueltas, con el que yo sentí a medida que iban dando nuevos trabajos, caminos y registros diferentes.

Sí debo confesaros que al quitarme lo del portazo, evitar el correr por el campo y bajar el terraplen, me quedé más tranquilo. Ya sé que puedo con ello, sin peligro a caerme, aunque os confieso que el otro personaje me gustaba más.

En la segunda y tercera parte del recorrido no aparezco. La segunda no se repasó el otro día y en la tercera como no aparezco, mi función fue ir acompañando a los compañeros como oyente y observando lo misterioso, fántastico, bello y enigmatico que es el jardín a oscuras y como caminos que ya conoces más que de sobra, se llenan de vida con los claros y las sombras de la noche...











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