lunes, 25 de febrero de 2019

ERASE UNA VEZ... UN VIAJE, UN SUEÑO Y CALOR


El sueño se apodera de mi por momentos. ¡¡¡¡ Qué sueño más grande tengo!!!. Hoy, viernes 22 de febrero del 2019, viajo a Teba con el Teatrobus, junto a Natalia, como es su estreno no quiero abandonarla y dejarla sola en un día como hoy, pero la verdad es que me tiraría en los asientos y me quedaría frito.

Estoy tan cansado que no quiero pensarlo pero son las 15:54, en 20 minutos empezamos la actuación y aun andamos campo a través, por cierto el bus no es el mejor del mundo pero Diego le está metiendo bastante caña, o llegamos a tiempo o se nos hace pedazos por el camino. La verdad que no se ve nada, así que parece que vamos destino a ninguna parte.

Tengo muchas cosas que acabar, antes de la actuación, realizar las fotos para el blog, maquillarme, empezar a escribir en el blog, pero tengo tanto sueño que digo como Scarlata Ohara: “Ya lo pensaré mañana.” Y mucho más cuando Diego me acaba de informar que empieza la peor parte del camino, la subida y las curvas, así que no me voy a arriesgar a levantarme.

Natalia anda dando vueltas por el bus se le ve excitada y feliz por su estreno, yo también lo estoy. Actuar en Teatrobus me encanta y aunque no se me note mucho tengo ganas de actuar.

Natalia ha vuelto a mi lado, estaba maquillándose, ¡¡ Qué apañada es!!. Me reitero en el tema de que  me encanta actuar en Teatrobus, pero los previos suelen ser feotes. Nada más subir al bus, donde el gran Diego nos esperaba y a donde Natalia a entrado como si fuera una niña en Disney, este nos informaba de que el bus tenía un sonido bastante feo y que no sabía si podría quitarlo durante la actuación… Y cuando íbamos ya de camino, me ha entrado un “ agua Levante” como decía mi abuela, porque han comprado unos monitores nuevos y al intentar pasar las canciones, en los videos, era imposible y pensé que de nuevo teníamos que improvisar el show y me cabreé mucho, pero mucho, pensé hasta en abandonar. Empecé a amargarme pero Natalia solucionó el problema y eso me relajó. Yo como coordinador, soy el que debería arreglar los problemas, pero en los previos, suelen aparecer tantos que ya la verdad pierde uno un poco la emoción de arreglarlos ¡¡¡ Menos mal que estaba ella!!.

Seguimos corriendo y sin llegar.

Creo que vamos tarde pero tampoco hemos salido muy atrasados, es verdad, que nada más subir al bus, sobre las 15:00, le dije a Diego si podía esperar que nos vistiésemos porque con el bus en marcha me suelo marear. Así que, saqué el atrezo, lo coloqué, saqué los vestuario, me puse el micro, me vestí  y guardé mis ropas. Yo ya estaba ultimando cuando Diego nos dijo que ya debíamos salir y nos fuimos, me senté y  me entró el calor y la morriña.

Hoy hace calor en el bus pero es que mi vestuario es gordísimo así que una vez vestido me quité la parte superior.

Además de pelearnos con el mando a distancia y los videos, Natalia y yo fuimos ordenando las ideas, los cuentos y las canciones en nuestra cabeza, ya que ella me dijo que no necesitaba un repaso completo del texto, ¡¡¡ Menos mal!!.



Cuando empecé a activarme el bus se paró, pregunté a Natalia que pasaba y me dijo que habíamos llegado.

Me acerqué a Diego y estábamos frente a un mirador precioso desde donde se divisaba un monte con mil tonos de verdes, pero daba miedo.

Diego estaba telefoneando a la organización, esta le decía que ya estaba todo listo y que subiéramos a la plaza. Durante la subida me maquillé, organicé las mochilas, probamos micros y listos.

Llegamos a la plaza, la chica de la organización nos esperaba, los niños también estaba todo listo, nos saludó, nos dijo que ya podíamos empezar, le pedí que esperara que me quitara mis dos pulseras, lo hice, ella de bajó, Natalia ocupó su lugar, yo el mío, Diego abrió el bus y comenzó Erase una vez




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