jueves, 28 de marzo de 2019

TRASLADOS Y MÁS TRASLADOS.


No os asustéis que no es otra entrada cuaresmera hablando de cofradías que van y vienen de un lugar a otro. Con esta entrada quiero contaros lo que va a ocurrir hoy, martes 26 de marzo del 2019, desde que salgo de casa a las 10:15 hasta que actúe a las 12:00 en Alhaurin. 

Debido a la cantidad de publico el bus de Teatrobus,  estará parado en el parking del cole, donde vamos a actuar, porque habrá niños sentados fuera de las butacas, por los pasillos y así el bus no puede  circular, por tanto Quijote y Sancho van a viajar muy  poco, pero el actor que hará de Quijote, ósea yo, no va parar.

Tres etapas tiene este viaje:

1.- De casa a casa de Natalia en la línea 15 de la EMT:

La parada está a tres minutos, andando, desde mi casa y luego me deja en la misma puerta de la casa de Natalia, pero tarda...

Hemos quedado a las 11:00 y ya son las 11:02 y aun no he llegado y eso que he pillado el bus a las 10:30 o un poco antes.

Hoy me desperté muy temprano, creo que un poco estresado, no por la actuación, sino por todo lo que debo hacer en estos días, pero en vez de levantarme y poner todo en orden o adelantar la tarea, me he quedado tonteando en la cama, luego me he vestido, he desayunado y cuando he salido de casa ya era un poco tarde. Quería salir a las 10:00 y lo hice pasada unos minutos.

Llegando a la parada del bus, he visto a este que llegaba, así que he echado a correr, llevó mil años sin correr por el pie, menos mal que me ha respondido bien y he llegado con tiempo suficiente como para esperarlo medio minuto. Menos mal sino con lo que tarda este bus y la frecuencia tan lenta que tiene me dan las 12:00 en la parada.

Bueno ya estoy llegando, esta larga media hora de viaje la he aprovechado para escribir en el blog, hacer una entrada en Instagram, preparar las clases de mañana y buscar imágenes y músicas para las mismas.

Ya voy cruzando a casa de Natalia en breve comenzará el segundo viaje.


2.- Desde casa de Natalia a la central de Autobuses Olmedo en el coche de Natalia:


Y menos mal que Natalia ofreció ir en su coche sino todavía estamos de ruta...

Nada más subir, esta me informó que el trayecto en bus, desde mi barrio a su casa, es de 40 minutos, vamos una exageración.

Teníamos previsto llegar a la sede de Olmedo a las 11:15 pero a las 11:10, y gracias a mí, salimos de casa de Natalia. Yo iba un poco apurado por mi tardanza, pero cuando en su vehículo me dijo que a ella también se le había hecho un pelín tarde, me tranquilicé, esto quería decir que no la tuve esperando, menos mal.

El trayecto, según lo planeado duró unos 15 minutos, fue ameno, aunque yo iba un poco tenso, por si no llegábamos a tiempo. Así que el viaje fue corto y la distancia  también, pero ya digo, yo no iba abierto ni disfrutando de la buena compañía y de la mañana soleada, porque estaba pendiente al móvil, por la hora, pero no me atrevía a mirarlo.

¡¡¡ Qué carreteras más raras!!! Yo no sé como no nos perdimos. Pensaba:" Si yo estuviera aquí conduciendo, acababa en Yugoslavia". Vaya poder de concentración y de orientación el de Natalia porque vaya sitio raro.

Bueno charlando y hablando de nuestras cosas llegamos a las 11:30 a Olmedo. Ahora empezaba el previo que al final se redujo a la tercera parte del viaje.


3.- Desde la sede de Olmedo al lugar de actuación:


Llegamos a la sede, me bajé para preguntar donde aparcar, Natalia aparcó, nos recomendaron cambiar el lugar del aparcamiento, lo hicimos, cogimos las cosas, nos fuimos al bus, saludamos al conductor, probamos que los videos y los mandos a distancia funcionaran, sacamos el vestuario y pregunté la hora, Natalia me dijo que eran las 11:40, a reglón seguido pregunté al chofer que cuanto se tardaba en llegar al cole, me dijo que unos 15 minutos, así que fue un visto y no visto y en cinco minutos, nos vestimos, nos microfonamos y recogimos todo entre Natalia y yo.

A las 11:45 empezó la tercera etapa del viaje, así que entre la segunda y la tercera pasaron unos 10 minutos, por tanto no hubo previo, si no una fase más de los traslados.

Yo me maquillé mirándome en el espejo retrovisor mientras el conductor salía del parking.

Una vez fuera, me senté en un asiento, para no marearme. ¡¡¡ Nos quedaban solo 15 minutos para empezar y el viaje se me hizo eterno!!! Algo totalmente psicológico porque luego el de vuelta, pasó en un plis plas.

Por cierto, el conductor corría como si estuviéramos en el Dakar, supongo que gracias a eso, llegamos a las 11:55. Aparcó y se bajó en busca de los chavales, mientras Natalia y yo recogimos todo.

A los pocos minutos nos informaban que los niños ya estaban al pie del bus. Se acababan los traslados y comenzaba la función.






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