domingo, 3 de noviembre de 2019

MONTANDO "PROYECTO VICTORIA" EN DISTINTOS IDIOMAS.


Aunque el viernes ensayé, el sábado por la mañana también, por la noche actué en el botánico y al día siguiente, domingo, volví a madrugar para ensayar, la tarde del domingo 27 de octubre de 2019, la pasé por el centro de Málaga con mi amigo portugués, Bruno. Hablamos tanto, paseamos tanto, reímos tanto, que no tuve tiempo para repasar, ni para leer, ni para ensayar, ni para nada que tuviera que ver con el teatro. Dicha desconexión, fue tan breve en horas, pero tan grande a nivel mental, que el lunes, 28 de octubre de 2019,  fui al ensayo de Proyecto Victoria sin ninguna gana.

Sabéis que este proyecto me encanta, es más, me apasiona, pero como el domingo había desconectado y el lunes empezaba una semana que incluía: Dos obras infantiles, un ensayo general, tres ensayos, un viaje, un Halloween y un día festivo con ensayo, la verdad que no me apetecía volver a esa rutina e iba sin ganas, parecía que iba al ensayo con una cuerda atada a la cintura de la cual me tiraban para casa.

Cuando llegué el ambiente no fue muy alentador, mi compañera había tenido bolo fuera de Andalucía y el director había dormido, debido a otro trabajo, unas 4 horas, así que estábamos los tres para acostarnos.

El programa para ese ensayo era el siguiente: Montaríamos 6 páginas más, pero el texto no era necesario saberlo hasta el miércoles, es más, el director nos dijo que era positivo no saberse el texto hasta el miércoles pues así él podría trabajar mejor con nosotros.

No fue un ensayo fácil, pues parecíamos los  protagonistas de los típicos chistes de :"Era un francés, un inglés y un español" ya que los tres parecía que hablábamos un idioma distinto, nos costaba entendernos, coincidir o seguir las órdenes.

Yo fui listo. Sé perfectamente que la falta de sueño hace al ser humano muy irascible y rápidamente caí en la cuenta y me dije: "Lolo calla, guarda silencio, sigue las órdenes y no hables, ni justifiques, pues podría caerte buena una regañina".  No sé si lo hice bien como actor o no, pero como alumno aplicado sí, pues fui muy sumiso y no recibí broncas.

No sé por qué, aunque creo que el culpable fue el cansancio, pero nos costó cogernos el punto. El director quería que fuéramos a cámara lenta, para poder marcar cada gesto, cada movimiento, cada intención y nosotros corrimos más de la cuenta.

Además cada vez que marcaba algo, Arantxa y yo volvíamos al principio y repetiamos todo, y eso como bien decía el director, retrasaba el trabajo. Además al llevar los libretos en las manos, nos costaba repetir, porque no nos sabíamos el texto, cosa que tampoco gustaba al director, aunque nos pidió que no nos lo supiéramos. Vamos un caos.

Repito fue un ensayo difícil, complicado, lento, pues no pillábamos la forma de trabajar del director y no estábamos los tres para muchas florituras.

Aunque no fue un ensayo divertido, demostramos que éramos tres profesionales, pues la sangre no llegó al rio.

Por cierto, prometimos llevar todo lo nuevo, aprendido para el miércoles, a cambio de descansar el viernes, 1 de noviembre, que era el día festivo.

Así que esa misma tarde comencé a estudiar, pero a un ritmo tan rápido que me costó, y también empecé a preparar una parte individual que prometí llevar para el lunes.






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