miércoles, 21 de febrero de 2018

DISCUTIENDO, NO, DESCUBRIENDO JUNTOS.


Los que discutíamos, bueno, según Anai, los que descubríamos juntos éramos Salvi y yo.

Mientras, Anai era la espectadora. No porque ella no tenga capacidad de crear, descubrir y discutir, como cree, sino porque se coarta y se pone las barreras ella misma.

Como sabéis, no sé si os lo conté, bueno la cuestión es que tenemos, Anai, Salvi, yo y nuestro grupo de teatro (aún sin nombre definitivo y sin personalidad jurídica) una actuación programada y cerrada para el próximo 22 de marzo del 2018 en Málaga capital. El espectáculo versará sobre la mujer. Ya os diré lugar, horarios y etc.
  
Pues sí, nos hemos comprometido a estrenar un espectáculo,en menos de un mes y del que no tenemos nada, pero como estamos locos, nos da igual y nos hemos enfrascado en la aventura de crear dicho espectáculo y en un tiempo record. Para ello, el pasado viernes, 16 de febrero del 2018, nos dedicamos, en el apartamento de Anai en Benalmádena a crearlo.

Previamente, hicimos un "cronograma de ensayos", así lo llama Salva. Esto quiere decir que cada uno dijimos nuestras fechas libres y horarios y tras eso, marcamos los días que quedaríamos y las tareas para cada día. Con esto hecho, nos quedamos más tranquilos, bueno todos no, creo que Anai, aún estaba un poco dudosa.
  
¡Qué alegría es crear algo con un profesional de verdad! Se nota que es profesional, porque acepta las propuestas,  las oye, las medita, las discute contigo y como resultado: las acepta tal cual, las modifica o las rechaza, pero siempre con un fundamento y con una explicación.

Salva es un genio y no peca como algunos "profesionales" que solo aceptan su opinión y las demás son rechazadas sin ni siquiera oírlas. Y creo que los que actúan así, no lo hacen por ego, sino porque no están seguros de su talento y lo niegan todo porque así se reafirman en que son buenos y no aceptan la opinión de otros que los pueda mover de su estatus... ¡Una pena! Sobre todo si es un trabajo en común.

El momento que fue memorable, para mí, fue, cuando empezamos a plantear una parte del espectáculo que yo ya  había embozado la semana pasada y tenía claro qué contar y cómo, pero Anai y Salva lo habían entendido desde otro punto de vista y ese, por lo visto, era el bueno... Yo no estaba convencido y seguía defendiendo mi idea. Salva no la veía, de nuevo volví a insistir, pidiendo previamente perdón por la insistencia y él me dijo que para nada, que le encantaba trabajar así, donde todo se discute. Así él veía otro punto de vista y eso le permitía dar otra visión, reforzar sus ideas o desecharlas.
  
Al final ambos explicamos nuestros puntos de vistas, Salva puso sus porqués, entendió los míos y tomó una decisión intermedia, pero previamente pidió mi visto bueno. Yo acepté y de pronto vi la palma de su mano muy cerca de mi cara, su brazo extendido y su cara sonriente. Esperaba que cerráramos nuestro acuerdo con una palmada. ¡Me pareció tan genial!. Ambos confesamos que estábamos felices de currar así.

De hecho, Salva quería una línea argumental que podía ser repetitiva, cuando Anai y yo se lo planteamos, no solo lo aceptó, sino que lo vio claramente y nos lo agradeció.

Fue un lujo trabajar así, yo lo pasé bomba, de hecho acabamos la jornada con más de la mitad del espectáculo montado. Este debe tener una duración de sesenta minutos y Salva nos dijo, cuando aún no habíamos acabado, que podríamos llevar más de 20 minutos y tras esa afirmación  metimos muchas más cosas...

Salimos de casa de Anai pasadas las 15:00 de la tarde y porque Salva tenía que dar clases a las 16:00 y le dio por mirar el teléfono sino aún estamos allí.

Además el pobre "apañado" esperaba que acabáramos para almorzar.

Al final nos fuimos a la prisa. Resumiendo un poco todo, cerramos las ideas, vimos que nos faltaba por hacer y organizamos el próximo ensayo que será, de nuevo, trabajo de mesa. Al final salimos de casa de Anai sobre las 15: 15. Yo salí en una nube, iba volando de felicidad. El tiempo primaveral acompañaba, la cuaresma empezaba, ¿ Qué más podía pedir? La noticia del accidente de un amigo estropeó esa felicidad. ¡Hay que aprovechar los momentos mágicos al máximo.!
  
¡Pero que bien me lo pasé! Se me olvidó la libreta donde tengo apuntado todo lo que decidimos la semana pasada, pero como tengo buena memoria fui recordando lo que había apuntado.

Salva empezó planteando la situación inicial de la pieza y el papel de cada uno de nosotros. Desde ahí empezamos a crear todo. De nuevo, Salvi de pie, Anai en su banco junto a la mesa y yo en el sofá escribiendo en la libreta de Salva que me la prestó para que apuntara lo que íbamos creando. Eso fue todo un honor.

Iban saliendo ideas, tomando forma. Lo dicho un placer y un lujo vivír esa experiencia.
  
El próximo viernes más y mejor. Ya os contaré.




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