Antes de que leáis el previo y la crónica de mi actuación de Halloween en el Jardín Botanico de Málaga, el pasado jueves 31 de octubre del 2019, debo contaros un poco que fue lo que hice exactamente en dicha actuación.
Este año hice dos personajes: Matías y el enfermo 520.El primero que recibía al público era David en el museo Loringiano, cuando iba por el paseo de la palmera, se encontraba con Matías que llevaba un mono de trabajo, tras una pequeña escena, el grupo continuaba y yo me tenía que quitar el mono, bajo este llevaba un chándal con capucha y bufanda que tapaba casi todo mi rostro y debía correr a mi posición dos, allí ya era el enfermo 520, fotofobico, tras una pequeña actuación con David, corría a la posición tres, donde sólo me sentaba en el suelo, junto al público. Cuando este se iba, corría a mi cuarta aparición, donde me quitaba la capucha y bufanda y volvía a ponerme el mono de trabajo para ser Matías.
Mi aportación o esfuerzo interpretativo era poco o nulo, pero físicamente exigía mucho y aún no sabía seguro si me daría tiempo a llegar y cambiarme de vestuario.
Pues debo de confesaron que el previo fue más parecido al ensayo general que a un previo de Halloween en sí, pues de nuevo hice poco.
No os preocupeis que no voy a hacer otra relación de películas sobre el previo, pero os prometo que el previo fue tan útil como el día de la lectura de la revista Fotograma, pues no hice nada.
Desde mi punto de vista, faltaron y sobraron muchas cosas. Faltó unión, compañerismo, trabajo en equipo y sobraron horas, grados y tiempo muerto.
Recuerdo esos Halloween donde todo el equipo llegaba pronto y todos estábamos en todo y con todos, haciendo cosas en conjunto y tal, pero esta vez mi única relación fue con mi pareja de trabajo, David. Pues a Juampe casi no lo vi, a Ursula sin casi, no la vi directamente, a Samu solamente un poco cuando lo llamé para que nos pusiera un foco, a Álvaro unos tres minutos mientras le ayudé a poner unos focos y poco más. A los otros tres si los vi más.
Nos citaron en el jardín a las 18:30 para empezar a las 19:30, pero yo pacté con mi compañero, llegar lo antes posible, para así ensayar y probar todo a tiempo real, cosa que en el general no se pudo hacer. Coincidimos en llegar a la vez y muy pronto.
En cuanto llegué, cogí todo mi atrezo y vestuario para irme con mi compi a ensayar, pero este tenía muchas cosas que cojer, así que, aproveché en la casa de los administrativos para retocarme e intensificar mi maquillaje que no era muy fuerte y que nunca lo fue.
Al acabar le ayudé a subir sus cosas al museo loringiano, lugar donde él empezaba. Me dijo que tenía que preparar técnicamente si actuación, vestirse y demás que al acabar me avisaría. Como veía que eso iba para largo y en la puerta del jardin estaban esas joyas llamadas Ana y Dani me fui con ellos a charlar, reír y mínimamente ayudar a decorar el jardín. Por cierto, hacía tiempo de primavera y mi cuerpo estaba como tal, pues en vez de Halloween parecía que me iba a ir de procesiones y estaba súper animado y feliz.
Cuando me pareció, volví a ir con mi compi este me dijo que íbamos a realizar el pase, pero nada más lejo de la realidad, pues me tuvo como diez minutos esperando y no aparecía, tiempo que aproveché para charlar con la otra joya del jardín, Celia y a hacerme fotos.
Únicamente di un paseo con mi compi, donde me quiso cambiar a última hora dos posiciones, algo que me negué en rotundo, pues no era lo pactado y me volví al museo.
Y allí haciéndome fotos, cenando y colgando fotos en Instagram, pasé el tiempo.
Llegó la hora de actuar, me fui a mi primera posición, estaba a punto de empezar pero seguía con mis mismas dudas de siempre pues al final no había ensayado a tiempo real ni una vez.
Eres un romantico de la vida, ya de esos quedamos poco.
ResponderEliminarViva el siglo xx